Sería francamente difícil resumir los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos. Desde el mandato de Franklin D. Roosevelt, los primeros 100 días de la administración han adquirido una condición casi mítica como indicador del desempeño.
Corea del Norte, Siria, la reforma migratoria, los acuerdos comerciales, la desregulación financiera y ayer mismo la ley Glass-Steagall que podría obligar a los grandes bancos de Wall Street, como Entre esas entidades estarían J.P. Morgan, Bank of America, Goldman Sachs o Morgan Stanley, a separar sus divisiones de banca comercial y banca de inversión.
Aunque la evaluación que puede hacerse de este periodo es en su mayoría en términos políticos, el impacto de Trump en los mercados globales no puede subestimarse. Los activos de riesgo se han acelerado bastante desde el día de las elecciones, y continúan reportando ganancias en las proyecciones de su agenda pro-empresarial. En consecuencia, revisar el desempeño del presidente hasta hoy parece una tarea apropiada debido a su posible efecto en el portafolio de los inversores en el futuro.
Dave Lafferty, estratega jefe de Mercados de Natixis Global Asset Management, resume las cuatro claves de la presidencia de Trump y las lecciones que se pueden extraer de cara al futuro:
1.- Exceso de confianza de los inversores
El fracaso del proyecto de ley en materia de salud garantiza que cualquier progreso en materia fiscal que el presidente pueda llevar a cabo será insuficiente en casi medio billón de dólares, comparado con lo que se hubiera esperado.
Lección para el futuro: Esto supone una poderosa advertencia para los inversores que se han enamorado de la renta variable pensando que un Congreso con mayoría republicana podría derivar en la próxima revolución al estilo de Reagan.
2.- El aspecto positivo
El retorno a un discurso proteccionista, a la vez que apoyar alianzas y organizaciones globales tiene al menos dos beneficios para los inversores. En primer lugar, mitiga los efectos perjudiciales de la caída comercial y la elevada volatilidad de las divisas. En segundo lugar, reduce la prima del riesgo político que permea en los mercados, y que ya es de por si alta debido al Brexit, las elecciones en Europa y la victoria de Trump.
Lección para el futuro: No se debe perder de vista el hecho de que Trump ha reconsiderado su retórica en contra de la Reserva Federal y en contra de su presidenta, Janet Yellen. Una clara victoria para cualquiera que espere una gradual ‘normalización’ de la política monetaria.
En general, dice Lafferty, parece ser que el presidente está empezando a favorecer el ala pro-empresarial y pragmática de su administración… Trump parece además estar aprendiendo que los triunfos tangibles son preferibles a los titubeos ideológicos. Esto es evidentemente bueno para los inversores debido a que el conflicto, en casi todas sus formas, es perjudicial para los negocios.
3.- Mercados que no entienden
Las expectativas del mercado en su mayoría han dependido de la proyección de una reforma fiscal, opacando otras tendencias positivas en curso.
La economía global empezó a acelerar su paso en el segundo semestre de 2016, incluyendo a EEUU, Europa, China y a los mercados emergentes. En el corto plazo, esto conlleva a un entorno de ganancias generalmente positivas para las empresas. Además, la agenda de Trump en materia de desregulación podría finalmente detonar una mayor inversión de capital, un elemento clave que falta en la productividad y crecimiento a largo plazo.
Lección para el futuro: Si bien las altas valoraciones siguen siendo un impedimento para los precios de las acciones significativamente más elevados, los fundamentales corporativos subyacentes van mejorando, con o sin la reforma fiscal. Lo anterior proporciona cierto apoyo para la renta variable, incluso si no es tan bullish como otros activos, apunta el gestor de Natixis.
4.- La filosofía del domador de leones
A medida que aprende de sus asesores a favor de los negocios, Trump demuestra cada vez más indicios de un pragmatismo presidencia. Quizá el candidato Trump ha empezando una natural transición hacia el presidente Trump. Quizá.
Lección para el futuro: Los inversores deben recordar lo que Trump es en realidad, un novato en la política que fácilmente se altera, con un dedo flojo pegado a Twitter. Algunos leones pueden ser domados para obedecer, e incluso aprender nuevos trucos. Pero esto no cambia la naturaleza del león: un animal inherentemente impredecible.
«En el largo plazo, el residente Trump podría tener que aprender que la discreción es a veces la mejor parte del valor. Con la expansión del riesgo y las valoraciones, la asignación de activos debería prestar atención a estos mismos consejos», concluye el estratega jefe de Mercados de Natixis.