El final de semana ha sido, sin duda, ajetreado para los mercados. A mitad de semana el nerviosismo se desató y provocó importantes caídas en Wall Street, que arrastraron en el día a las bolsas europeas y a las asiáticas. No es el primer episodio de este tipo que registra este año el mercado y, sin duda, es el reflejo de la vuelta de la volatilidad que todas las gestoras han asumido en sus escenarios principales.
Las tensiones políticas han pesado más en la balanza para los inversores, quienes ven cómo la lista de posibles eventos no deja de crecer. Las próximas elecciones en Estados Unidos y Brasil, los efectos de la guerra comercial o el asesinato del periodista Jamal Ahmad Khashoggi son solo un ejemplo de los temas que han acaparado los titulares estos días.
“Las caídas de las bolsas asiáticas y europeas, debido a las tensiones en Oriente Medio o la presentación del presupuesto italiano a la Comisión Europea entre otros motivos, están impulsando a los inversores a refugiarse en el yen japonés y los metales preciosos en búsqueda de seguridad. En esta ocasión, el dólar americano no está actuando como activo refugio e incluso perdía terreno frente a las divisas emergentes esta mañana”, señala Matti Greenspan, analista de eToro, la plataforma de inversión global con más de diez millones de usuarios registrados.
Pero en esta ocasión, las caídas no han pillado de sorpresa a los analistas. Según explica Paras Anand, director de gestión de activos para Asia-Pacífico de Fidelity, hace ya una semana, “los inversores se andaban preguntando cómo era posible que el mercado estadounidense siguiera dando muestras de tanta fortaleza ante las subidas de los tipos de interés, la contracción del mercado laboral y el encarecimiento del petróleo”.
La gestora considera que dado que las perspectivas de la economía mundial siguen siendo sólidas a medio plazo y la retirada gradual de los estímulos monetarios es una señal de retorno a condiciones más normales, “la respuesta adecuada de los inversores ante las señales de que el mercado estadounidense podría estar quedándose sin fuelle es buscar valor en áreas que ya han sufrido abultados descensos”, puntualiza.
En opinión de Mark Haefele, economista global de UBS, “desde que comenzaron las ventas, los inversores se han preocupado del potencial impacto negativo del alza de tipos, los signos de debilitamiento del crecimiento global y el posible efecto de los aranceles. Los datos de ayer confirman estas preocupaciones. Sin embargo, la caída cercana al 10% del mercado estadounidense durante el último mes parece excesiva en relación con los riesgos que apuntaba antes. Las valoraciones en renta variable de Estados Unidos y global han bajado hasta niveles nunca vistos desde febrero de 2016. Como resultado, el riesgo-recompensa está volviéndose más atractivo”.
Los estrategas de State Street Global Advisors (SPDR) recomiendan, ante estas caídas, buscar refugio en duraciones cortas en bonos y exposiciones próximas a contado, y por sectores defensivos en la renta variable.
“Las cifras de PMI más débiles en Alemania y Francia y algunos componentes vistos el miércoles en Estados Unidos parecen indicar que las guerras comerciales están teniendo impacto. Las fuertes ganancias empresariales no son suficientes y conversaciones sobre el tope de ganancias han preocupado a los inversores. Las ventas de viviendas nuevas en los Estados Unidos cayeron a un mínimo de casi dos años en septiembre, la última señal de que el aumento de las tasas hipotecarias y precios más altos están afectando la demanda de viviendas, pero todavía no descarrilará a la FED. Además, el enfrentamiento político en Italia no ayuda al estado de ánimo. Mientras tanto, los mercados de bonos no entran en rally como uno esperaría. La discusión se centra más bien en el retorno de capital”, destaca en su último análisis SPDR.