Los tipos de interés consistentemente bajos crean un entorno operativo lleno de dificultades para los bancos, las gestoras de activos y las compañías de seguros, y suponen un desafío para los bancos centrales, tanto en su política monetaria como en lo que a estabilidad económica se refiere.
De acuerdo con el último informe de Moody’s Investors Service, el envejecimiento de la población o el desarrollo de los mercados emergentes son algunos de los principales factores que contribuyen este entorno que además podría suponer la incapacidad de estimular suficientemente la economía en caso de un shock negativo por parte de los bancos centrales.
“Asumiendo que la actual expansión del crecimiento en los Estados Unidos continua sin obstáculos, esperamos que el rendimiento nominal de los EE.UU. a diez años pase del casi 2% actual a alrededor del 3,5% en un periodo de cuatro a cinco años”, asegura el vicepresidente de Moody, Madhavi Bokil. Del mismo modo, esperan que los tipos de interés nominal en la zona euro aumenten gradualmente a lo largo del tiempo.
Diferentes factores, como el envejecimiento de la población, mayor desigualdad entre la población, un aumento en el ahorro corporativo o el desarrollo de los mercados emergentes seguirán contribuyendo a la caída de los tipos de interés en el futuro. Además, según el informe, el descenso en la tendencia de crecimiento desde mediados de la década de los 2000, los grandes programas de compra de los bancos centrales después de la crisis financiera global y la escasez de activos seguros de alta calidad también están hundiendo los tipos de interés.
“Los bajos tipos de interés presentan un desafío político para los bancos centrales”, aseguran desde Moody’s. Uno de los principales riesgos para la política monetaria es la incapacidad de estimular suficientemente la economía en caso de un shock negativo. Además, el riesgo para las instituciones financieras se presenta en una mayor exposición a activos de riesgo o cambios en la composición al vencimiento de los activos.
Una de las principales consecuencias del prevaleciente entorno de bajos tipos de interés es el potencial por excesiva búsqueda de yield. “Los gestores de activos se enfrentan rendimientos de referencia descendentes, lo que los lleva a buscar en otros tipos de activos para limitar el descenso en ganancias que hacen llegar a sus inversores. Especialmente aquellos que prometen altos rendimientos nominales”, destaca el informe. Por ello, están invirtiendo en activos con mayor vencimiento para obtener primas a plazo y en activos de mayor riesgo para beneficiarse de las primas de riesgo de crédito más altas y otras primas de riesgo que ofrecen estos activos. “Esta búsqueda de productividad podría suponer riesgos a la estabilidad financiera en el futuro si el entorno económico cambiase”, advierten.