La economía mundial ha sufrido una desaceleración durante el 2019 y continúa creciendo por debajo de la tendencia debido a la guerra comercial entre China y Estados Unidos, lo que ha provocado una gran incertidumbre en los mercados y la desaceleración de la economía global. Estas son las principales conclusiones del del informe Mercer Themes & Outlook 2020.
No obstante, desde la firma esperan que las tensiones arancelarias no se intensifiquen más y que se eliminen los gravámenes impuestos. “Ambas potencias están en plena fase una de negociaciones y el resultado es inminente, sin embargo, la fase dos será crítica para resolver cuestiones relativas a la propiedad intelectual y transferencia tecnológica”, subraya el informe. Además, si remite la guerra comercial y continúa creciendo el mercado laboral, será posible implementar políticas monetarias más moderadas, aseguran.
En lo que se refiere a la eurozona, destacan el potencial repunte de la inflación para 2020 en Europa gracias a una mejora de las tasas de empleo y la recuperación del crecimiento. Sin embargo, este aumento será muy moderado, por debajo del 2%. El principal factor de desaceleración ha sido la contracción de la economía alemana, derivada de la caída del sector de fabricación automovilística, provocado por el escándalo de exceso de emisiones de los vehículos diésel.
Mercer prevé que, en el 2020, el paquete de medidas de estímulo aplicadas por el Banco Central Europeo (BCE) dará fruto, consolidando la relajación de las condiciones financieras y, que se implementarán medidas fiscales en aquellos países con un superávit (como Alemania). Mientras que para los mercados de capital el informe prevé que los costes de capital aumentarán a medida que lo haga la inflación y los bancos centrales mantengan las tasas de interés congeladas. Para que las ganancias aumenten, “será necesario que las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos no sufran una escalada”, advierten.
Asimismo, desde la gestora destacan el estado del mercado laboral como indicador clave de que la economía global no entra en una nueva etapa de recesión. “Mientras se mantenga fuerte y aumenten los salarios mejorará la confianza de los consumidores y el aumentará el gasto”, afirman.
Por último, arrastrados por la incertidumbre generada por el conflicto entre estas dos potencias, los mercados emergentes han sufrido una desaceleración ya que tienen una fuerte dependencia del sector industrial y la manufactura, así como de las cadenas de suministro comercio global. No obstante, y si el conflicto remite, desde Mercer esperan que, en 2020, las economías de los países emergentes crezcan a un ritmo superior al de las economías desarrolladas.