«Para el segundo trimestre del año estimamos un mejor desempeño en el crecimiento del PIB vinculado principalmente al sector exportador gracias al repunte de la economía de los Estados Unidos. En los siguientes trimestres, además de la mejora de la demanda externa, la aceleración de la inversión pública en México también debería contribuir a un mejor desempeño de la producción nacional», así reza el último análisis económico de BBVA Bancomer.
En relación al gasto del sector público, la inversión en infraestructura es uno de los mecanismos más eficientes para fomentar el crecimiento económico de largo plazo de un país. De acuerdo con las estimaciones de BBVA Bancomer, en México la inversión pública genera un efecto sobre el PIB alrededor de 50% mayor al del gasto público corriente. Por lo tanto, es crucial que los recursos adicionales obtenidos por el sector público se orienten al desarrollo de infraestructura bajo un diseño y planeación que aseguren una contribución al aumento de la productividad. De esta forma se estará apoyando la expansión de largo plazo de la economía y no únicamente una reactivación de corto plazo de la misma.
El escenario de crecimiento anual contempla que la economía de EE.UU se acelerará en los siguientes trimestres, de tal manera que crezca un 2% en 2014 y un 2,5% en 2015; y que el gasto público continuará aumentando, primordialmente aquel destinado a infraestructura al haber sido ya aprobados y estar por comenzar la construcción de proyectos importantes. De esta manera, se espera que el PIB de México crezca un 2,5% y 3,5% en 2014 y 2015, respectivamente.
La discusión y aprobación de las reformas ha continuado. En concreto, ya se aprobaron las reformas de telecomunicaciones y energética. Se espera que la reforma en telecomunicaciones genere una reducción de precios y un aumento en la inversión en el sector. La reducción de precios resultado de la eliminación de los cobros de larga distancia y una mayor competencia contribuiría a reducir la inflación anual en alrededor de 0,20 puntos porcentuales en 2015.
En los próximos años, la profunda agenda de reformas debiera contribuir a que la economía mexicana tenga un crecimiento más dinámico que permita mejorar las condiciones de vida de la población y promover aún más el desarrollo. En la medida en que las reformas sean implementadas exitosamente, el crecimiento sería mayor al 4% en los próximos años.
En relación a la inflación, ésta aumentó como resultado del incremento de impuestos de la reforma fiscal. No obstante, el efecto ha demostrado ser temporal y no se han generado efectos de segundo orden sobre otros precios. Incluso, la inflación se situó en el 3,5% en mayo y después de un repunte que se estima transitorio en los siguientes meses a niveles cercanos al 4% resultado de un efecto de comparación anual, se estima que la inflación retomará una tendencia a la baja para cerrar el año en torno al 3,7%. Para enero de 2015 se espera que la inflación anual se sitúe cerca del 3% al disiparse el efecto del aumento de impuestos de 2014, y al entrar en vigor la reforma en telecomunicaciones que elimina el cobro de larga distancia y fomenta la competencia en el sector, así como al disminuir el ritmo de aumentos en los precios de las gasolinas, y mantenerse la holgura en la economía.
En junio pasado, el banco central sorprendió con un recorte a la tasa objetivo de política monetaria para situarla en el 3%, lo que llevó a la tasa real de corto plazo a terreno negativo, en el cual permanecerá por lo menos lo que resta del año. Este recorte obedeció principalmente a la sorpresa a la baja en el crecimiento económico del primer semestre. El banco central en esta misma decisión señaló que no considera aconsejable futuros cambios en la tasa monetaria en el futuro previsible.
Considerando la amplia holgura que existe en la economía, y una tasa real que se mantendrá cercana a cero en un ambiente de inflación bajo control, BBVA Bancomer espera una pausa monetaria prolongada. En el mediano plazo, en la medida en que el crecimiento económico se acelere, la tasa de política monetaria comenzaría a subir de manera pausada y en sincronía con el aumento de la tasa monetaria en EE.UU, el cual estima que ocurra hacia la segunda mitad de 2015.
En relación a los mercados financieros, la volatilidad de las distintas variables financieras se ha reducido considerablemente, alcanzando ya niveles previos a la crisis. El principal factor detrás de esta reducción en la volatilidad es la comunicación de la Fed (Reserva Federal), que además se desarrolla en un entorno de crecimiento moderado. En concreto, la Reserva Federal ha sido exitosa en convencer al mercado que aun cuando se termine la compra de activos, la tasa de fondos federales se mantendrá en los niveles actuales por un tiempo considerable, abonando a la perspectiva de una alta liquidez en un horizonte de tiempo que debe durar todavía varios meses.
Hacia adelante, y sujeto a los datos económicos, la variable a seguir continuará siendo la decisión de la Reserva Federal. En la medida que se acerque el final de la compra de activos de la Fed (estimada en octubre de 2014), se espera que los mercados centren toda su atención en el posible inicio del ciclo de alza de la tasa de fondos federales. En este entorno de perspectiva de reducción de la liquidez, se esperaría que el tipo de cambio registrara una depreciación; no obstante, el movimiento al alza se estima sería moderado. En concreto, BBVA Bancomer espera que el peso se sitúe alrededor de 13.30 pesos por dólar hacia el final de 2014.
Ahora bien, es relevante tomar en consideración que en episodios de estrés financiero, los mercados financieros parecen discriminar entre países emergentes de acuerdo al grado de vulnerabilidad de sus economías. En concreto, las economías emergentes que son relativamente más vulnerables en términos de sus variables económicas experimentaron depreciaciones más intensas y subidas de tasas de interés de la deuda gubernamental más grandes. Sin embargo, México es un país con poca vulnerabilidad y por lo tanto está bien posicionado para mantener una volatilidad acotada de sus variables financieras durante un episodio de estrés financiero global. Esto, gracias a sus esfuerzos por mantener el control de la inflación, acotar la deuda pública total, reducir el endeudamiento externo, y acumular reservas internacionales, entre otras medidas. A pesar de esto, México aún está lejos de las economías emergentes asiáticas, que son con diferencia las mejor posicionadas en términos de menor vulnerabilidad. Por ello, adquiere especial relevancia la agenda de reformas aprobadas en el país. Además, es crucial mantener la buena salud de las variables económicas que han permitido cierta diferenciación a favor de México, dice el informe.