El Banco Central de México se reúne el 11 de febrero para publicar su primer comunicado de política monetaria de 2021. Un sondeo de la agenda Reuters señaló que la mayoría de los analistas consultados piensan que la institución recortará la tasa de interés de referencia debido a las débiles perspectivas económicas que deja la pandemia de coronavirus.
Pero en un informe, Olivia Alvarez, analista de MONEX EUROPE, señala que hay división entre los especialistas sobre si el banco reanudará su ciclo de flexibilización tan pronto como la próxima semana o lo pospondrá para más adelante en el año:
“Más importante aún, no está claro cómo será la función de reacción de Banxico y la orientación futura dado el nivel de incertidumbre en torno a la recuperación económica y la distribución de vacunas. Si bien el amplio consenso se basa en las expectativas de un recorte adicional de tasas de 25 puntos básicos en algún momento de este año, los mercados y los analistas sitúan el movimiento en diferentes momentos, elevando el listón de las sorpresas en torno a los anuncios programados. Además, la especulación sobre un tono más suave hacia el rebasamiento de la inflación, similar al enfoque renovado de la Fed, ha comenzado a cimentar las expectativas de una política de normalización prolongada. Si bien Banxico hasta ahora ha eludido entrar en territorio negativo con respecto a los rendimientos reales, el aumento de las expectativas de inflación pondrá a prueba al Banco Central en el corto plazo si recorta las tasas y las mantiene bajas mientras la inflación aumenta en el futuro”, considera Olivia Alvarez.
Luego de un período de 18 meses que vio 400pb de relajación, Banxico decidió hacer una pausa para evaluar la dinámica de la inflación y dejar la puerta abierta para una reanudación.
La economía mexicana sufrió en 2020 una contracción de un 8.8%, la más pronunciada desde 1932, durante la Gran Depresión, según datos preliminares revelados por el instituto local de estadística. Analistas estiman que podría recuperarse un 3.5% en 2021.
Para MONEX Europa, “con el debilitamiento de los precios, las condiciones son óptimas para un apoyo adicional oportuno en medio de un panorama desafiante a corto plazo y una situación de pandemia aún grave. A los analistas les agrada este punto de vista, y el consenso de Bloomberg indica un recorte final de tipos en la reunión de la próxima semana. Como novedad de la decisión de febrero, se está renovando el consejo de gobierno, con la sustitución del vicegobernador belicista Javier Guzmán por la nueva directora Galia Borja, que se espera que se incline hacia el lado más dócil. Esto podría inclinar la decisión de la mayoría hacia un tono más suave, incluso cuando Banxico se compromete a mantener su postura conservadora hacia la relajación de las políticas”.
Olvia Alvares añade que los mercados se sientan en una página diferente por el momento, con expectativas implícitas de un único recorte de tipos dentro de seis meses según los precios de renta fija: “Los comentarios recientes del director Jonathan Heath señalaron que el banco estaría estudiando la viabilidad de recortar las tasas de interés a partir de la reunión de abril, diluyendo las expectativas de cualquier movimiento de política en breve. Heath suavizó esos comentarios indicando que una inflación abrumadora no sería tan preocupante para Banxico de cara al futuro, dejando pocas excusas para mantener las tasas en el clima actual. Con tales señales contradictorias que exacerban la confusión sobre el momento del próximo paso de política, los mercados estarán en una búsqueda frenética de cualquier pista adicional antes de la reunión”.
En México, la inflación general rompió levemente el rango objetivo de 2-4% de Banxico en el tercer trimestre y principios del cuarto trimestre, lo que provocó una pausa prudente en las dos últimas reuniones en 2020. Después de eso, sin embargo, la tasa anual general volvió a caer dentro del rango objetivo, a 3.3% en noviembre. y 3,2% en diciembre, impulsado principalmente por la reversión de un repunte anterior en la inflación de alimentos.
“Se prevé que esta tendencia de los precios de los alimentos se prolongue, ya que los efectos de base favorables hacen que el componente básico disminuya en los próximos meses, con aproximadamente una cuarta parte de la canasta básica del IPC compuesta por alimentos. El fuerte repunte del peso también afectará la inflación, ya que más del 20% de la apreciación de la moneda desde abril se filtra gradualmente en los precios internos. Un factor compensador será el aumento de la inflación de los combustibles, a medida que los mercados del petróleo se pongan al día con el ritmo del aumento de la demanda mundial y la disminución de los inventarios. Además, los efectos de base desfavorables empujarán temporalmente la inflación del combustible por encima del objetivo a fines del primer trimestre y durante la mayor parte del segundo trimestre. Teniendo en cuenta esta trayectoria esperada de precios y una necesidad potencialmente reducida de estímulo adicional más adelante en el año, favorecemos una tasa rápida linda más temprano que tarde”, concluye el informe de MONEX EUROPE.