Christopher Dembik, jefe de Análisis Macroeconómico de Saxo Bank, reconoce que es la primera vez en más de tres años que es tan optimista sobre la economía global y, especialmente, sobre el destino de la zona del euro. Apoya su visión en el impulso de crecimiento positivo en la eurozona, que compensa la desaceleración del ciclo crediticio de Estados Unidos y China.
“China está deliberadamente luchando contra la banca en la sombra al endurecer los estándares de crédito, mientras que Estados Unidos se dirige hacia el final del ciclo económico, lo cual es bastante normal después de tantos años de crecimiento del PIB”, señala Dembik en el último análisis publicado por la entidad.
En su opinión, el riesgo político fue el principal motor de la evolución del mercado en 2016, debido al Brexit y a la sorprendente victoria electoral de Donald Trump. “Pero, como demuestra el resultado de las elecciones francesas, los inversores se equivocaron al centrarse tanto en la agenda política europea en 2017”, afirma.
Justamente, en gran medida, los aspectos políticos han sido el gran foco de atención de 2016 y el primer semestre de 2017. Para Dembik es necesario fijarse en cinco aspectos clave de este verano que ya toca a su fin. Se trata de:
- La evolución del dólar. Según explica, “el dólar sigue siendo el rey, con una cuota de mercado del 88%, contra sólo el 31% del euro. La moneda común no ha conseguido seducir a los inversores y especialmente a los bancos centrales debido a la falta de integración económica. Mi principal consideración es que la cuota de mercado del CNY podría alcanzar más del 10% para 2019, superando a la de la libra esterlina”.
- La guerra de divisas no está en la agenda. Sobre la base de la paridad del poder adquisitivo, el dólar está sobrevaluado en un 7% frente al euro, un 11% frente al yen y un 7% sobre el dólar canadiense. Con estas cifras sobre la mesa, considera que es poco probable que haya un nuevo “Acuerdo Plaza” –acuerdo del G-5 para devaluar el dólar en 1985–, ya que no hay incentivos políticos y que el dólar sigue estando un 30% más bajo que en 1985.
- En los Estados Unidos, la inflación y los salarios son los indicadores económicos más rezagados. Según los datos hechos públicos, el IPC básico ha estado por debajo del objetivo del 2% durante los últimos cinco años, haciendo más difícil que la Reserva Federal suba sustancialmente los tipos de interés. A principios de verano hubo «un cambio clave de mentalidad y el mercado de renta fija ha comenzado a cotizar el riesgo de recorte de tipos el próximo año por parte de la Fed”, advierte Dembik
- Tendencia positiva en la Eurozona. Tras las elecciones en Europa, considera que los inversores esperan una exitosa iniciativa «Merkcron», para reiniciar el proyecto europeo después de las elecciones alemanas de septiembre. “El optimismo prevalece, lo que tiene un impacto positivo significativo en el tipo de cambio del euro. Por primera vez en tres años, el posicionamiento del euro está ahora de nuevo en territorio absolutamente largo”, afirma.
- El Brexit. Por último, Dembik cree que el Reino Unido experimentará el impacto macroeconómico real del Brexit, aunque se mantiene optimista con cómo evolucionará la libra de cara a la segunda parte del año. En este sentido, destaca que el Brexit ya ha tenido un precio muy alto en el tipo de cambio y, sobre la base de la paridad del poder adquisitivo, la libra está infravalorada en un 15% frente al dólar. “Un repunte, dependiendo por supuesto de la situación política, es bastante probable, desde mi punto de vista”, argumenta.
Los riesgos
Además de estos focos, Dembik establece tres riesgos muy claros: la baja volatilidad, Trump y el alto riesgo de impeachment a Trump. Por orden, considera que el mercado ha caído en un seria complacencia. “Hay cada vez más señales de tensiones financieras, como la gran divergencia entre el índice de volatilidad VIX y la incertidumbre política, así como el diferencial del bono a cinco años entre Estados Unidos y Alemania, que se sitúa en máximos de 28 años y que suele considerarse un signo temprano de corrección de mercado”, advierte, sin embargo la volatilidad permanece en sus mínimos históricos.
Trump es, en su opinión, el otro gran elemento de riesgo que hay en el mercado. Por un lado el hecho de que no cumpla con las reformas prometidas; en este sentido, “el mercado podría reaccionar muy mal y podría ser el desencadenante de una sana corrección en el mercado estadounidense”, señala. El principal freno a la implantación de sus medidas es que sean aprobadas y que implementarlas, como por ejemplo la reducción de impuestos a gran escala, lleve más tiempo de lo previsto.
El segundo motivo por el que Dembik considera a Trump un riesgo es por la incertidumbre de una posible destitución de su cargo o impeachment. “Es poco probable, pero, como muchos demócratas han dicho, el propósito es imponer restricciones al Presidente. Sin duda, tendría un impacto muy negativo en el mercado, ya que no ha sido totalmente puesto en precio”, afirma.