Las divisas emergentes siguen penalizadas por toda una serie de factores estructurales. Por un lado, la ralentización económica y la baja inflación han incitado a las autoridades monetarias de numerosos países emergentes a recortar los tipos de referencia. Por el otro, todo indica que en fechas próximas la Reserva Federal dará inicio a un ciclo de aumento gradual de los tipos. Así opinan Koon Chow, experto en estrategia macroeconómica y de tipos, y Karine Jesiolowski, especialista senior de inversión, ambos del equipo de renta fija emergente de Union Bancaire Privée.
Ambos destacan que este contexto de divergencias de las políticas económicas respaldará la cotización del dólar frente a la mayoría de las divisas emergentes. Además, pese a que estas se han devaluado en el transcurso de los tres últimos años, no puede decirse que en la actualidad estén infravaloradas. De hecho, los modelos de valoración de divisas empleados por la firma (un modelo concebido internamente que se basa en las productividades relativas y el modelo del FMI, que se basa en los flujos de las balanzas por cuenta corriente), corroboran que el rublo ruso, el rand sudafricano y la lira turca, tres grandes divisas de referencia en el ámbito de los mercados emergentes, no se encuentran especialmente infravaloradas.
“No obstante, todo parece indicar que las grandes caídas de los precios de las materias primas han quedado atrás, pues la oferta ya ha empezado a experimentar ajustes tanto en lo que respecta a la producción de energía como a los metales. Si bien no hay que descartar todavía la prudencia en relación a las cotizaciones de las materias primas (y en especial de los metales que dependen en gran medida de la buena salud del sector industrial chino), este cambio parece indicar que el riesgo de bajadas será pequeño en lo sucesivo. Es pues de prever que la estabilización de las materias primas alivie la presión que sufren las divisas emergentes”, escriben Chow y Jesiolowski en su análisis.
Además, estiman, va desvaneciéndose poco a poco el fantasma de la devaluación competitiva del yuan. El pasado verano, entre el 10 y el 13 de agosto, el Banco Popular de China permitió que la divisa se devaluara un 3% pero desde entonces, dicho organismo ha centrado su actuación en estabilizar la moneda y ha optado por ampliar la liberalización del sector bancario mediante la supresión del máximo aplicado a los tipos de depósito.
«Nuestro escenario principal prevé que prosiga la devaluación de las divisas emergentes, si bien a un ritmo más moderado que en estos dos últimos años. Bajo esta premisa, seguimos pues dando preferencia a las obligaciones de los mercados emergentes emitidas en monedas fuertes. Todo indica que la incertidumbre se disipará con la estabilización del crecimiento chino y que volverá a crecer la propensión al riesgo, lo que contribuirá a reorientar los flujos de inversión hacia los mercados de renta fija emergentes, en los que los rendimientos siguen siendo atractivos en comparación con otros mercados de renta fija», apuntan Chow y Jesiolowsk.
UBP estima que esta tendencia tendría que beneficiar a los emisores emergentes de deuda, sea esta pública o privada, y en especial a las obligaciones de las empresas exportadoras. «Así, todo indica que los diferenciales de los bonos emergentes emitidos en monedas fuertes podrían empezar a reducirse, alejándose de los máximos alcanzados recientemente», concluyen los gestores.