“Aunque creemos que las valoraciones son una razón para tener una visión alcista en las bolsas japonesas, esto no es tan claro como lo ha sido en los últimos años. Hemos estado diciendo a nuestros clientes que Japón, comparativamente con otros mercados, parece barato desde una perspectiva tanto histórica como geográfica, pero empezamos a sospechar que solo esto último es cierto”, explica sobre la renta variable nipona Tony Glover, responsable de inversiones de la oficina que BNP Paribas AM tiene en Japón.
En su análisis la gestora ha utilizado el nivel de 15x como una ‘regla general’ de las valoraciones justas para un PER prospectivo usando las estimaciones del año fiscal actual. Su conclusión es que el Topix cotiza ahora solo ligeramente por debajo de ese nivel (14.9x), por lo que parece que los precios de las acciones han alcanzado el ritmo del crecimiento del BPA, y ya no se puede decir que el mercado esté barato desde una perspectiva histórica.
Sin embargo, BNP Paribas AM todavía cree que las bolsas japonesas sí están baratas desde una perspectiva geográfica porque las compañías de gran capitalización, así como las small-caps cotizan en niveles inferiores a los de otros mercados desarrollados.
La productividad es otro factor
“Seguimos creyendo que las mejoras en el gobierno corporativo en Japón pueden ser un importante impulsor para el mercado bursátil en los próximos años. No estamos hablando solo de aumentos de dividendos y recompras de acciones, algo que ya ha estado sucediendo. Creemos que el cambio general en la mentalidad corporativa que hemos visto desde el comienzo de Abenomics puede conducir a un uso más eficiente del capital, por ejemplo, para la inversión en áreas de alto potencial de crecimiento, o para aumentar la productividad”, explica Glover.
El gestor de BNP Paribas subraya que esto último es particularmente importante. La última Encuesta Económica de la OCDE sobre Japón señala que la productividad laboral del país se sitúa en torno a un 25% menos que la de la mitad superior de los países de la OCDE, y señala algunas de las razones: una brecha de productividad cada vez mayor entre la fabricación y la no fabricación sectores, la falta de dinamismo económico en las pequeñas empresas y la baja participación de los emprendedores en el mercado laboral. Para Glover, la primera de las razones que cita el organismo con sede en París es la más importante y considera que es una razón para el optimismo.
“Nuestra opinión es que el «problema» demográfico percibido en Japón puede tener un gran papel que desempeñar para mejorar la productividad del sector no manufacturero. En el gráfico, correspondiente a la presentación a inversores, el eje X es la edad de los trabajadores, desde recién graduados hasta jubilados.
El círculo en el gráfico muestra una gran cantidad de trabajadores en la cincuentena, contratados en los años ochenta. Dichos empleados tienden a ser los más caros debido a las estructuras salariales antiguas. El eje izquierdo de su proyección 2025 muestra los planes de contratación de la compañía para los próximos 10 años. Es decir, su idea de un número eficiente de trabajadores por grupo de edad. Se deduce que una gran parte de los trabajadores actuales en sus cincuenta años se consideran como un ‘exceso’ por encima de este nivel eficiente.
“Creemos que muchas empresas no manufactureras en Japón tienen un perfil similar de exceso de empleados, lo que ha llevado a una falta de incentivos para invertir (por ejemplo, en tecnología de TI) y cambiar los flujos de trabajo y mejorar la productividad laboral. Dicho de otra manera, tienen un exceso de «capital» humano que es difícil de gestionar. Esto podría incluso haber llevado a las empresas a elegir diversificarse en actividades complementarias para mantener a estos trabajadores en el mercado laboral”, explica Glover.
‘Buena’ inflación salarial’
“Así que el «problema» demográfico de Japón, que verá jubilarse una gran cantidad de trabajadores en los próximos 10 años, debería ayudar a las empresas a volver a sus niveles normales de empleo, liberando capital para inversiones en mejorar la productividad y un enfoque renovado en su negocio principal. Esperamos que esto conduzca a mayores salarios reales («buena» inflación salarial), y nos complace que Abe haya priorizado la política de reforma del mercado laboral”, concluye.