En 2021 se despreciaban las acciones con alta rentabilidad por dividendo por ser “poco interesantes”, pero según Aude Scheuer, gestora de fondos de Credit Suisse, ahora están recuperando su popularidad. De hecho, según el último dato del Global Dividend Index, elaborado por Janus Henderson, los dividendos mundiales baten récord en un primer trimestre, alcanzando los 302.500 millones de dólares y registrando un crecimiento del 11%, gracias al incremento de los repartos tras la pandemia.
Desde Credit Suisse señalan que, si bien pueden experimentar dificultades cuando los mercados de valores pasan de estar infravalorados a sobrevalorados, una comparación de rendimiento a largo plazo demuestra que las acciones que ofrecen dividendos históricamente han generado rentabilidades superiores a la media que se solían obtener con menos riesgo.
“En lo que va de año y debido al aumento de la incertidumbre del mercado, el estilo de dividendo ha comenzado a destacar nuevamente y a superar el rendimiento del mercado en su conjunto. Este año, la inversión en renta está ganando en nuestra opinión, terreno gracias a la normalización posterior al COVID-19 y a la normalización de la política monetaria. Si bien 2019 y 2020 beneficiaron a las acciones de crecimiento en detrimento de las estrategias de renta y de valor, ahora esta tendencia se está revirtiendo. Las acciones con alta rentabilidad por dividendo superaron el rendimiento del mercado de valores en su conjunto, viéndose favorecidas por el actual entorno inflacionista, el aumento de los tipos de interés, el aplanamiento de la curva de rendimientos y una mayor volatilidad del mercado”, explican desde la entidad.
En este sentido señalan que las estrategias con alta rentabilidad por dividendo pueden resultar atractivas en entornos de mercado inciertos. “En general, debido al alto nivel de distribuciones, creemos que las acciones con alta rentabilidad por dividendo pueden amortiguar las pérdidas en el precio de las acciones y presentar una cotización más estable que las inversiones tradicionales en el mercado de valores. En un entorno de menor crecimiento económico mundial, se espera que el crecimiento de los ingresos se ralentice y es muy probable que los rendimientos del mercado de acciones se moderen. Por lo tanto, es probable que los dividendos altos sostenibles representen una parte significativa del rendimiento total, haciendo que las estrategias con alta rentabilidad por dividendo sean, en nuestra opinión, atractivas”, añaden.
Desde Credit Suisse ven que, a largo plazo, la rentabilidad por dividendo tiende a representar una gran parte del rendimiento total. Si observamos el MSCI World Index entre 2001 y finales de marzo de 2022, la rentabilidad por dividendo representó el 38% del rendimiento total. En el caso de los mercados europeos, la rentabilidad por dividendo representó incluso el 76% del rendimiento total. Además, concluyen que, en tiempos de mercados poco prometedores, este componente cobra mayor importancia.
Dividendos sólidos y de calidad
Según su último análisis, los dividendos pueden representar un flujo de caja real y, para los inversores, un flujo constante de ingresos. Por otra parte, para la empresa los dividendos son parte de su gestión activa de capital. La conversión del excedente de efectivo en dividendos puede reducir el uso indebido de capital.
“Asimismo, los dividendos estables son el voto de confianza que la dirección deposita en el negocio y, por lo tanto, son indicadores importantes de la solvencia y rentabilidad futura de una empresa. Las empresas que reparten dividendos tienden a ser negocios relativamente consolidados con flujos de caja fiables y que han superado la fase de reinversión de todos sus beneficios. Muchas han resistido varios macrociclos y se han asentado en un nivel de dividendo que pueden mantener incluso durante periodos de desaceleración económica”, destaca Scheuer.
A largo plazo, los valores con una alta rentabilidad por dividendo obtuvieron un mayor rendimiento total que los valores con una menor rentabilidad por dividendo. Sin embargo, en este universo de alta rentabilidad por dividendo, Credit Suisse explica que se puede hacer otra distinción: “Las acciones con los dividendos de más alta calidad generaron el rendimiento total más atractivo dentro del grupo de acciones con rendimiento superior al índice de referencia”.
Esta afirmación se fundamenta en un concepto bastante simplificado de dividendos de calidad; no obstante, puede compensar un análisis detenido de las empresas que se vayan a seleccionar como inversión cuando se filtra la calidad. “Algunas empresas tienen que recortar sus dividendos en periodos de desaceleración económica. Por lo tanto, puede resultar beneficioso realizar una filtración muy exhaustiva de la calidad y se podría considerar la inversión a través de fondos para alcanzar un buen nivel de diversificación, la cual es otra estrategia para obtener un flujo de dividendos más estable”, matizan desde Credit Suisse.
La integración ESG
Por último, según la visión de la entidad, la incorporación de las consideraciones ESG en la inversión en renta variable tiene el potencial de favorecer el rendimiento a largo plazo. “Esto supone tomar decisiones de inversión mejor informadas, abordar los problemas de sostenibilidad y los riesgos asociados. En particular, la inversión ESG parece ir de la mano de la inversión en rentabilidad por dividendo. Las acciones con mayor rentabilidad por dividendo tienden a presentar calificaciones MSCI ESG más altas. Asimismo, según las investigaciones de Jefferies, las acciones con una alta calificación ESG tienden a superar el rendimiento de las acciones con una baja calificación ESG dentro del universo de alto rendimiento del MSCI World ACWI”, concluyen.