Los catalizadores de los mercados ya no son solo los fundamentales de las compañías o los datos macroeconómicos. Tras 2008, el mundo de la inversión se mueve también -y en ocasiones sobre todo- en función de las decisiones que toman los bancos centrales. “Tomar decisiones solo en función de los fundamentales y sin tener en cuenta a los banqueros centrales ya no es possible”, dice Lionel Aeschlimann, socio de Mirabaud, que habla de un auténtico “cambio de paradigma” en este sentido, razón por la que la entidad fichó a Gero Jung como economista jefe, debido a su experiencia en organismos como el Banco Mundial o el Banco Nacional de Suiza.
Esa experiencia y sensiblidad con respecto al funcionamiento y la toma de decisiones en los bancos centrales y organismos internacionales hace a Mirabaud ir contra el consenso en cuanto a la evolución de la política monetaria en EE.UU. se refiere: así, y aunque cada vez surgen más voces divergentes, la mayoría habla de una subida de tipos a partir de la segunda mitad del próximo año pero en Mirabaud la descartan. “Los tipos probablemente no subirán en Estados Unidos en 2015, tenemos muchas dudas de que ocurra. La decisión podría retrasarse a 2016 pero, cuando empiece, la subida será más abrupta”, explica en una reciente presentación con periodistas en Madrid.
¿Las razones? Aunque el desempleo está cayendo en el país, la ratio de participación y otros indicadores de empleo (como el número de horas que se trabaja) muestran un sector que aún no está saneado y además no hay presión alcista en los salarios. A esto se une el hecho de que en 2015 perderán derecho a voto en la Fed dos “halcones” y habrá más miembros votantes del lado de las “palomas”, junto con la prudencia de Yellen. “2015 será, de nuevo, un año con los tipos de interés muy bajos y en el que seguiremos asistiendo a inyeccciones de liquidez por parte del Banco Central Europeo y el de Japón y políticas monetarias acomodaticias”, asegura. Con todo, habrá una desincronización en el sentido de que, mientras Europa y Japón pondrán sobre la mesa más liquidez (aunque, en su opinión, no tan pronto como se espera), la Fed la ha retirado y estará pensando en dar otros pasos.
En este entorno de políticas monetarias acomodaticias, en el que la renta fija seguirá ofreciendo rendimientos muy exiguos, las apuestas de Mirabaud se centran en dos enfoques: la renta variable (que sobreponderan) y la renta fija gestionada de forma muy flexible. En bolsa son positivos con EE.UU. -aunque con prudencia por las valoraciones-, Europa (gracias al BCE y la estabilización económica) y emergentes (aunque en este caso más neutrales y con una apuesta selectiva y, en general, favoreciendo Asia sobre Latinoamérica). También apuestan por entidades que ofrecen altos dividendos, mayores al rendimiento de los bonos.
En España, son positivos con el mercado, aunque Aeschlimann considera que los políticos no han estado a la altura. Pero tienen menos poder del que creen y su influencia es más cortoplacista que otra cosa: “Confiamos en las compañías y en su capacidad de generar ingresos fuera (un 70% aproximadamente). Las estimaciones de crecimiento de los beneficios de las firmas españolas superan la media europea y estadounidense y, en teoría, con el actual entorno de tipos, el Ibex debería acabar 2015 en positivo”, dice Raimundo Martín, responsable de Mirabaud AM en Iberia y Latinoamérica. “Podría subir entre un 5% y un 10%”, añade Aeschlimann, explicando que tienen, por ejemplo, valores financieros -en la cartera de bolsa española que gestionan Antonio Hormigos y Gema Martín- como BBVA, Bankinter, Bankia y Liberbank. “El entorno sigue complicado para la banca española pero ya se ha hecho un gran trabajo”. De ahí que sigan confiando en España y, tras aterrizar en 2011, sigan apostando por él, “con el privilegio del tiempo”.
En renta fija, se centran en crédito high yield sobre todo estadounidense (“el precio es elevado pero aún hay valor, siendo selectivos con el riesgo de crédito”) y optan por una gestión muy flexible; de hecho, acaban de lanzar un fondo con estos parámetros, especialmente atractivo para los fondos de pensiones que no quieran asumir riesgo bursátil, y con posibilidad de hacer apuestas muy diferentes en riesgo y duración en renta fija, de forma muy activa.
Un mejor año
En general, son más positivos en 2015 a nivel global: prevén un mayor crecimiento, aunque aún débil, centrado en EE.UU. y el mundo emergente, mientras Europa se estabiliza y aleja de las dudas de hace dos años. En emergentes, son más optimistas en China que el consenso, debido a que los indicadores más realistas (de datos como el consumo de electricidad o las materias primas) son positivos y hacen estimar un crecimiento de en torno al 7%, en un contexto de cambios estructurales que orientará su economía al consumo interno, sostenido por la clase media. “Los fundamentales en emergentes siguen siendo buenos a largo plazo, con fuertes crecimientos en Asia, en países como China, Indonesia, Tailandia o Corea, mientros otros suscitan más dudas, como Brasil, Turquía o África del Sur”.
Por ello se centran en compañías y con una visión de largo plazo que les ayuda también a afrontar los riesgos geopolíticos con calma y distancia. “Los gestores necesitan tener fuerza y convicción, personalidad y confianza en sí mismos, pero al mismo tiempo humildad porque cada segundo hay variables que cambian”. “Partimos de la base de que las crisis pertenecen a la normalidad. Hay que tener humildad y prudencia y vision a largo plazo”, añade.