Las recientes evoluciones de los mercados financieros son debido a las incertidumbres sobre la economía china –“cuando China estornuda, el resto del mundo se resfría”-, así como a la falta de visibilidad en la política monetaria estadounidense… a un mes de lo que debería ser el comienzo de un ciclo de ajuste. Groupama AM considera que todos los acontecimientos recientes del mercado pueden llevar a la Fed a posponer el inicio de su ajuste monetario sine die y lo ven como algo negativo.
“La posibilidad de una desaceleración de China no debería, como tal, llevar a la FED a posponer su decisión de iniciar el ajuste monetario en septiembre, por tres razones: un consenso había surgido para considerar que los retrasos en el crecimiento y el empleo estaban casi absorbidos, lo que no justifica ya tales condiciones monetarias de carácter excepcional; en general, las estadísticas de inflación continuaron siendo tranquilizadoras aunque los datos más recientes sobre los salarios no mostraron ninguna tensión en el mercado laboral; el riesgo chino ha aumentado durante el verano, pero fue compensado en parte por un riesgo europeo que fue mitigado en gran medida”, explican desde la gestora.
En la entidad reconocen que, si continúan, los últimos movimientos del mercado son susceptibles de provocar un «bache» en el crecimiento de Estados Unidos a través de dos canales de transmisión -el consumo de los hogares puede verse al mismo tiempo afectado por la bajada de las acciones y el aumento de las incertidumbres sobre los precios del petróleo y, en segundo lugar, la caída de los precios del petróleo podrían prolongar el ajuste de la inversión en el sector de exploración de energía-. “Estos nuevos riesgos para el crecimiento de Estados Unidos pueden llevar a la Fed a optar por la prudencia y posponer indefinidamente el primer movimiento de subida de sus tipos de interés de referencia”, dice.
Pero matiza: “Hay que tener en cuenta que estos movimientos del mercado – y en particular la caída de las acciones- son debido tanto a las incertidumbres sobre el crecimiento de China como a las incertidumbres acerca de la Fed: la caída de Wall Street ocurrió después de la publicación de las actas de la Fed que alimentó la incertidumbre sobre la próxima evolución de la política monetaria de Estados Unidos”.
“El aplazamiento de la subida no sería una buena noticia: se traduciría en problemas para salir de una política monetaria no convencional en un ciclo de crecimiento ya muy avanzado”. Y es que la Fed no sabe qué hacer pues, por un lado, algunos banqueros centrales subrayaron su confianza en el crecimiento de Estados Unidos, la necesidad de iniciar el ajuste monetario para reponer las municiones en caso de un “shock” adverso y los riesgos para la estabilidad financiera pero, por otra parte, otros miembros de la Fed revelaron sus preocupaciones sobre las perspectivas de inflación. “En un entorno donde los mercados necesitan el «tonelaje» de los bancos centrales, esta falta de visibilidad y de coherencia no es tranquilizador, y ha alimentado claramente el carácter hipocondríaco de los inversores”.
Según Groupama AM, si no comienza en septiembre el endurecimiento de su política monetaria, sería razonable preguntarse si la Fed tiene los medios para salir de su política ultra acomodaticia: “La sucesión de riesgos es siempre una razón para postergar la adopción de un ajuste, pero este riesgo es igual de preocupante que la situación macroeconómica de Estados Unidos (crecimiento / empleo) que ya no justifica por sí misma una política monetaria tan expansiva”. En su opinión, si admitimos que el crecimiento a medio plazo en los EE.UU. es ahora más bajo, la economía en 2017 estaría muy avanzada en su ciclo de crecimiento. “Por lo tanto, más allá de China, el episodio actual plantea la cuestión fundamental de la capacidad de los bancos centrales para salir de las políticas monetarias no convencionales”.
China: crecimiento a media asta
En opinión de la entidad, el entorno actual negativo para el crecimiento de China debería perdurar todavía algunos meses. “La señal de mejora económica será una trasmisión del rebote de las ventas inmobiliarias a la construcción, lo que a su vez apoyará un repunte de la demanda”, dicen. Y cuenta con una bolsa que refuerza las inquietudes: “Hace un año, el gobierno tomó la iniciativa de desarrollar los mercados de acciones, que habían perdido su atractivo desde el accidente de 2007, como una fuente de financiación para las empresas y como producto de ahorro para los particulares, frente a la deuda. “Sin embargo, las autoridades chinas han cometido errores en el desarrollo del mercado de renta variable, por orquestar un crecimiento excesivamente rápido y sobre todo por una transformación de la deuda en capital”.
Desde Groupama AM defienden que las soluciones chinas pesarán en el resto del mundo: “China no está involucrado en un hard landing y dispone de los recursos necesarios para hacer frente a una crisis financiera. El banco central tiene además reservas de cambio suficientes y ha empezado a utilizar su balance para facilitar la liquidez del sistema bancario. Está lejos de haber explotado todos los instrumentos a su disposición y puede hacer mucho más si es necesario. El reequilibrio del modelo de crecimiento chino, en el que el país se ha comprometido, será de todas formas negativo para el resto del mundo. Esto significa una disminución de las importaciones chinas, perjudicial en primer lugar para los exportadores de materias primas, así como a los países asiáticos, en los que la integración comercial con China es relativamente alta. Añadiendo estas dos categorías a China, alcanzamos casi la mitad de la economía mundial, cuyo crecimiento decepciona, lo que explica las decepciones en el crecimiento global y contribuye a una orientación negativa de materias primas y de la inflación mundial”.