La firma de asesoramiento FTI Consulting publica el estudio global Resilience Barometer 2021, donde mide la capacidad de adaptación y resiliencia de empresas de todo el mundo ante riesgos financieros y extra financieros en un entorno económico cambiante.
El informe de este año analiza datos obtenidos en España para valorar cómo se han adaptado las compañías en nuestro país ante los difíciles retos que ha planteado el COVID-19. La información obtenida evidencia los riesgos y las debilidades que deberán afrontar y gestionar para garantizar la supervivencia de su negocio y la creación de empleo en un contexto de crisis económica y sanitaria.
A partir de las respuestas de directivos de estas empresas, el estudio ha podido concluir que el 53,6% de empresas españolas no han podido cumplir con sus compromisos financieros desde el inicio de la pandemia.
Una de las conclusiones destacadas que se extraen del estudio es que, desde el inicio de la crisis sanitaria en España, tan solo un 16,8% de empresas se han visto obligadas a refinanciarse o reestructurarse, frente al 30% de media de la UE.
Sin embargo, una vez retiradas las ayudas estatales y levantada la moratoria de concursos de acreedores, se calcula que aproximadamente 50.000 empresas españolas podrían declararse en quiebra, según estimaciones del Ministerio de Justicia. Es una cifra que es equiparable a todas las registradas en España entre los años 2008 y 2016.
Boom de operaciones de fusiones y adquisiciones en 2021
La adaptación y la supervivencia se han convertido en las prioridades de las empresas afectadas por la pandemia. Esta resiliencia a la nueva realidad se ha basado en dos hechos determinantes: la capacidad de las empresas para evaluar y afrontar su propia situación económica y su conocimiento de los instrumentos financieros y jurídicos disponibles para sortear la crisis.
Según el estudio, el 79,1% de empresas españolas cree que deben efectuar cambios disruptivos en sus modelos de negocio como resultado del efecto de la pandemia. El informe ha detectado además que cada vez más empresas ven las operaciones de fusiones y adquisiciones (M&A) como su principal medio para la recuperación económica, particularmente en sectores como las telecomunicaciones o venta minorista.
De hecho, un tercio de las grandes compañías españolas han anunciado alguna fusión y adquisición desde la irrupción del virus, y otro 36% espera implicarse en este tipo de operaciones como consecuencia de la pandemia. FTI Consulting considera que la actividad se acelerará a lo largo de 2021 y posteriormente, entre otras razones por la presencia de fondos de inversión con liquidez y disposición para invertir en operaciones que puedan generarles valor.
Dicho esto, España figura entre los países más pesimistas con respecto a la capacidad para regresar a niveles pre-pandemia según ha demostrado el estudio: solo un 11,5% de empresas españolas confía en una recuperación total en 2021, frente al 34,55% del G20. La mayoría de las empresas españolas no cree que el crecimiento económico recupere la normalidad hasta 2022 o incluso 2023, mientras que la media del G20 confía en que la recuperación empiece en 2021.
Los litigios, en aumento
Otro de los efectos que ha tenido la pandemia ha sido el incremento global de los litigios. España no ha sido ajena a esta tendencia, con el incremento de disputas corporativas y casos de litigio en sectores como la energía o la construcción. Según el Resilience Barometer, alrededor de una cuarta parte de las empresas españolas prevé que sus prácticas financieras sean investigadas durante los próximos meses, frente a un 16,4% de las empresas del G20.
De hecho, un 49,3% de las compañías españolas son objeto actualmente de una investigación sobre cumplimiento normativo, frente a un 39,6% de las empresas del G20. Casi la mitad del conjunto de empresas españolas está siendo investigada por su utilización de recursos públicos.
Los riesgos no financieros ganan protagonismo
En los últimos años, los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza corporativa) y las relaciones públicas se han convertido en una prioridad para las empresas de todo el mundo. El análisis ha detectado que la pandemia ha sido vista por un 85% de las grandes empresas españolas como una oportunidad para potenciar su enfoque hacia cuestiones de ESG y sostenibilidad.
El reconocimiento de los stakeholder (partes implicadas) sobre las cuestiones de ESG está creciendo, y está ampliamente aceptado que desplegar un buen comportamiento social ayudará a las empresas a la hora de acceder a financiación, captar talento y generar negocio. Dentro de los factores ESG, un 80% de los negocios se ha centrado más en el componente «social» a lo largo de 2020.
La crisis sanitaria también ha obligado a las empresas a adoptar y/o reforzar medidas que tradicionalmente han sido difíciles de implementar en áreas como la GDPR, la ciberseguridad o las normas en materia de competencia como consecuencia de la pandemia. Ha sido el caso por ejemplo de empresas que han adoptado protocolos de trabajo en remoto, y empresas que han tenido que incluir a una parte o a la totalidad de su plantilla en ERTES.
En este contexto, las políticas de control y ciberseguridad preexistentes al COVID-19 han quedado en su mayoría desfasadas y es la ciberseguridad una prioridad mayor para cerca de cuatro de cada cinco empresas (77,9%), cuyos directivos señalan que ha escalado posiciones dentro del orden del día de sus consejos.