Este fin de semana, Recep Tayyip Erdogan volvía a ganar las elecciones presidenciales de Turquía con una amplia mayoría. Con más del 87% de participación, Erdogan se ha impuesto con un 53,2% de los votos. La coalición nacional opositora, en segundo lugar con un 33,8%, y el Partido Democrático de los Pueblos, apenas superó el 10%.
Según explican Paul Greer, asistente en la gestión de fondos de renta fija emergente de Fidelity International, con este resultado “los mercados turcos deberían disfrutar una pequeña recuperación dado que la incertidumbre política se ha eliminado. Sin embargo, el panorama a medio y largo plazo para Turquía sigue siendo un desafío, y es muy poco probable que las profundas reformas estructurales que tanto se necesitan se materialicen pronto.
Turquía estaba en la lista de países emergentes que este año iban a pasar por las urnas después de que el propio Erdogan anunciara un adelanto electoral. Una decisión que en su momento no sorprendió a los analistas dado la agenda política que tenía entre manos y con la que intentaba de impulsar el crecimiento y la creación de empleo prácticamente a cualquier precio y, al mismo tiempo, enardecer a sus partidarios con discursos patriotas y nacionalistas.
Ahora continúa su presidencia con numerosos retos macroeconómicos aún pendientes en su mesa. Turquía tiene problemas con su déficit en cuenta corriente, su política monetaria, en las relaciones exteriores (kurdos, Siria, Estados Unidos) y tensiones internas, por ejemplo con temas como la libertad de prensa y el aumento de los poderes presidenciales Erdogan.
En el mercado, la lira turca vivió una gran carrera este fin de semana después de que quedara claro que Recep Tayyip Erdogan, como se esperaba, se aseguró la victoria en la primera ronda de las elecciones. “Sin embargo, el partido de Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan perdió su mayoría absoluta en el Parlamento y es probable que forme una coalición con el partido ultranacionalista. El principal rival de Erdogan, Mhuarrem Ince, obtuvo el 30.8% de los votos”, matiza Bart Hordijk, analista de Monex Europe.
De hecho la lira turca aumentó más del 4% en torno a los resultados de las elecciones. En opinión de Hordijk, “es sorprendente ver esta cotización de las liras ante el resultado electoral ya que la incertidumbre política puede ser levantada después de las elecciones, pero es más probable que sea reemplazada por una continuación de los problemas recientes de Turquía, con perspectivas poco mejoradas en las reformas que tanto se necesitan”.
Además, el entorno no es favorable para las monedas de mercados emergentes en general con políticas monetarias restrictivas por parte del Banco Central Europeo y la Reserva Federal, mientras que el Banco Mundial también calculó que las economías de mercados emergentes serán las más afectadas por un aumento del proteccionismo.