En el entorno actual, las estrategias multiactivo siguen siendo una herramienta indispensable para ganar flexibilidad y diversificación. Pero, ¿qué elementos permiten diferenciar a una estrategia multiactivo de sus competidores? Cristophe Machu, del equipo de especialistas de inversión en Multi Asset y Convertibles de M&G Investments, explica en detalle el enfoque utilizado por las estrategias M&G Dynamic Allocation y M&G Prudent Allocation, que buscan convertir las sobrerreacciones del mercado en una fuente de retorno para el inversor.
Ambos fondos utilizan un enfoque compuesto por tres diferentes pilares: la valoración estratégica, la valoración táctica y la construcción de la cartera. Durante el primer bloque, la valoración estratégica, el equipo gestor examina y compara las valoraciones de las diferentes clases de activos en los que invierte la estrategia -renta variable, renta fija y divisas- con sus fundamentales, para dar con la correcta asignación de activos, que será la principal fuente de alfa de la cartera. En el segundo bloque, la asignación táctica, el equipo gestor busca explotar las oportunidades que se generan en términos de volatilidad a partir de cambios en el sentimiento de los inversores. Según apuntan desde M&G, de media, el 18% de la volatilidad del mercado es consecuencia de un exceso de optimismo o pesimismo en el sentimiento del inversor, algo que afecta a las valoraciones, pero no a los fundamentales. Por último, en la construcción de cartera, se centran en encontrar fuentes de descorrelación entre los diferentes activos. A juicio de M&G, las correlaciones no son estáticas, es por ello que deben realizar un análisis cualitativo por encima del análisis cuantitativo, para comprender qué grado de correlación pueden llegar a alcanzar los activos de la cartera a futuro.
¿Por qué la valoración estratégica es el punto de partida?
Regresando al primer pilar, Cristophe señala que la valoración es un buen indicador de los rendimientos futuros, pues permite saber qué rendimiento cabe esperar de un activo y cómo está siendo percibido por los inversores en el mercado. En renta variable, tanto en Estados Unidos como en Europa, el nivel de los múltiplos forward P/E actual puede mostrar el rendimiento medio esperado a cinco años. De esta manera, si se compran acciones con múltiplos situados entre 8 y 10 veces, en cinco años se podría realizar un rendimiento anualizado del 20%. Sin embargo, si se paga demasiado por un activo, con múltiplos entre 24 y 26 veces, es casi seguro que el inversor incurriría en una pérdida.
Una segunda cuestión que desde M&G evalúan es la evolución de la volatilidad del mercado, para tratar de beneficiarse de las oportunidades que ésta genera en el medio plazo. En este sentido, los gestores de las estrategias multiactivo tratarían de detectar “episodios”, momentos en los que los activos presentan cotizaciones que no se corresponden con sus fundamentales para añadir riesgo a la cartera. Este enfoque de inversión alternativo, con algo de vocación contrarian, trata de jugar de manera táctica con la asignación de activos, aumentando la exposición en renta variable cuando el mercado está sobre vendiendo sus posiciones sin una buena razón aparente. Las estrategias que siguen este enfoque reciben el nombre de “Episode strategy”.
Un buen ejemplo de este enfoque es el rendimiento obtenido por el fondo M&G Dynamic Allocation, que invierte cerca de un 40% en renta variable estadounidense, frente al rendimiento obtenido por el índice S&P 500 y frente a una cartera multiactivo que parte de la misma asignación en acciones de Estados Unidos, pero que utiliza mecanismos stop loss cada vez que el mercado experimenta una caída, reduciendo progresivamente su exposición a activos de riesgo con cada bajada. En un periodo de 20 años, los retornos de la estrategia de M&G habrían demostrado ser sustancialmente superiores a los del mercado y a la estrategia que utiliza mecanismos stop loss, sobrepasándolos en un 60% y un 108%, respectivamente.
¿Por qué carece de sentido intentar predecir el futuro?
2016 fue un año repleto de eventos políticos, en el que quedó patente la dificultad de acertar cuando se realizan predicciones. Muchos inversores se vieron sorprendidos por el voto a favor del Brexit y la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. Para Cristophe, lo más sorprendente del caso, es que, incluso conociendo el resultado final, es posible equivocarse en la lectura de la reacción esperada por parte del mercado. Algunos expertos del mercado anticiparon que una vitoria de Trump podría significar una caída precipitada de los mercados y el comienzo de una recesión. Lejos de estas predicciones, en las semanas posteriores a la elección de noviembre, los denominados activos refugio, el oro y los bonos del Tesoro a 10 y 30 años obtuvieron rendimientos negativos, mientras que el índice S&P 500 tuvo un desempeño positivo. Es por ello que, en materia de gestión táctica, ninguno de los gestores de M&G trata de realizar predicciones, sino de beneficiarse de la volatilidad que los distintos episodios o eventos de mercado pueden crear.
En este sentido, el índice de volatilidad VIX podría servir como indicador de entrada en el mercado de renta variable, pues según el especialista en inversiones de M&G, tras registrarse un pico de volatilidad en el VIX, el S&P 500 suele experimentar un rally en los años posteriores, mostrando momentos adecuados para incorporar una mayor exposición a activos de riesgo en las estrategias.
Asimismo, Cristophe muestra la compra de acciones europeas, estadounidenses, británicas y japonesas durante los meses de enero y febrero de 2016 por parte del fondo M&G Dynamic Allocation, como un ejemplo de respuesta a un “episodio” del mercado, para después deshacer estas posiciones tácticas en marzo. Meses más tarde, tras el Brexit, el fondo aprovechó las atractivas valoraciones del sector bancario y de ciertas regiones para aumentar su exposición en estos activos. Posiciones que vende en el momento que el mercado vuelve a moverse en lateral, en septiembre del mismo año.
La importancia de las correlaciones entre los activos
Desde M&G defienden que la correlación entre la renta variable y la renta fija es dinámica y depende del nivel de rendimiento ofrecido por los bonos (bond yield). Si el nivel de rendimiento del bono es bastante alto, cercano al 10% o mayor, suele existir una buena fuente de descorrelación entre bonos y renta variable. Por el contrario, si el rendimiento de los bonos es mucho menor, por debajo del 5%, la relación entre ambos activos pasa ser positiva. Esto hace que, en la actualidad, añadir renta fija no sea tan atractivo desde un punto de valoración y tampoco como fuente de descorrelación frente a la renta variable, por todo ello, en M&G no creen que invertir en un fondo multiactivo tradicional sea la respuesta correcta para el cliente.
¿Dónde se encuentra el valor?
Tanto el fondo M&G Dynamic Allocation como el M&G Prudent Allocation pueden tomar posiciones en corto en renta variable y renta fija. Como respuesta al ciclo de subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, el fondo se posiciona con una duración negativa.
El mercado de bonos atraviesa una situación anómala, donde los rendimientos siguen siendo extremadamente bajos tanto en Estados Unidos y Reino Unido como en Europa y Japón. Teniendo en cuenta la inflación, la rentabilidad de estos bonos es negativa, lo que implica que un inversor está dispuesto a perder dinero en el medio plazo invirtiendo en este tipo de activos. Es por ello, que el fondo trata de generar rentabilidad posicionándose en corto en con respecto a la deuda de estos países.
Por otro lado, en M&G creen que, en el crédito corporativo estadounidense, concretamente en el universo con calificación BBB, podría haber valor, así como en algunos mercados emergentes, como en Brasil, Colombia y México, que ofrecen diferenciales atractivos con respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos.
En renta variable, el precio es determinado por el producto de los beneficios corporativos y las valoraciones del mercado en términos de múltiplos P/E. En ese sentido, desde M&G tratan de buscar sectores o áreas geográficas que puedan ofrecer un incremento en términos de beneficios empresariales o cuyas valoraciones tengan recorrido para apreciarse. Los mercados emergentes y la renta variable europea contarían con estas características, manteniendo posiciones largas en ambos mercados. Mientras que, en Estados Unidos, a pesar de que los beneficios corporativos son altos, las valoraciones se encuentran en máximos, por lo que mantienen posiciones largas en algunos sectores con valoraciones atractivas como en banca, tecnología, biotecnología y petróleo, pero por primera vez en la historia del fondo, mantienen una posición neta corta en renta variable estadounidense.
Por último, en materia de divisas, los gestores del equipo de fondos multiactivo de M&G prefieren las monedas de los mercados emergentes por dos motivos: el atractivo nivel de valoración de la lira turca, el rublo ruso, el peso mexicano y el real brasileño, y el carry que estás monedas representan frente al dólar.