Parecía que ayer la Reserva Federal no se iba a arriesgar a sorprender a los mercados, pero aunque siguió el guión esperado –subió los tipos un cuarto de punto porcentual– el organismo se sacó un as de la manga. Las expectativas de inflación han aumentado «considerablemente», el mercado de trabajo se está ajustando y por eso, en 2017, es probable que el ritmo de subidas se acelere.
Frente a las estimaciones medias de septiembre, las proyecciones de los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto sugieren tres subidas de tipos en 2017 y quizás otras tres en 2018. Cuatro de los 12 miembros del FOMC que en la pasada reunión habían proyectado dos alzas para 2017 parecían proyectar ayer tres aumentos para 2017 y un miembro que había votado por más de tres aumentos pareció votar por tres, lo que fue suficiente para elevar modestamente la media de la tasa de fondos federales.
En resumen, dice Richard Clarida, estratega global de PIMCO, cuatro miembros del FOMC parecían dispuestos a apostar modestamente que el programa económico de Donald Trump –conocido como Trumponomics– justificará tres alzas en lugar de dos el próximo año. “Para una Fed que siempre nos está recordando que es «dependiente de los datos», esto es al menos un poco desconcertante, ya que las proyecciones de la Fed para el crecimiento del PIB en 2017 señalaron sólo un avance de 0,1 puntos porcentuales (del 2,0% al 2,1%) y la previsión de inflación, del 1,9%, no se revisó en absoluto. Imagínate”, añade Clarida.
Y es que aunque los tipos de interés y los rendimientos de los bonos han descrito una tendencia estructural a la baja durante varias décadas, a lo largo de los altibajos del ciclo económico, Fidelity está de acuerdo en que las políticas de Trump podrían traer consigo un ritmo de subida de los tipos ligeramente más alto de lo que se esperaba previamente.
Incertidumbre por Trump
Tal y como enfatizó Yellen en la conferencia de prensa posterior a la reunión, existe una «incertidumbre considerable» respecto a los efectos de las políticas de Trump sobre la economía. Así que aunque la Fed no cambie su pronóstico hasta que vea el impacto de las políticas de Trump, existe una alta probabilidad de que un Trumponomics “proporcione un crecimiento económico más fuerte, acompañado de una mayor inflación y, potencialmente, de mayores déficits. Trump podría lograr un cambio económico positivo significativo”, cree Ken Taubes, CIO en Estados Unidos de Pioneer Investments.
Para Mitul Patel, responsable del área Tipos de Interés de Henderson Global Investors, es normal que si “el presidente electo implanta una política presupuestaria expansiva de gran calado, la Reserva Federal podría verse obligada a acelerar la normalización de su política”. La primera consecuencia tangible es que el dólar se apreció frente a todas las divisas, y “los inversores deberían mantenerse alerta ante las posibles repercusiones negativas de un dólar más fuerte”, añade el gestor.
“En general, las características más importantes de esta nueva política y contexto de los mercados son, claramente, la reflación, la inflación y un mayor optimismo sobre la posibilidad de lograr el equilibrio entre un mayor peso de la política presupuestaria y un menor estímulo monetario”, explica Rick Rieder, director de inversiones de renta fija fundamental en BlackRock y cogestor del Fixed Income Global Opportunities Fund (FIGO).
El riesgo para 2017, con la Fed próxima a la declaración de victoria tanto sobre el objetivo de pleno empleo como del 2% de inflación, podría ser que la Fed siguiera efectivamente sus proyecciones más restrictivas. El estímulo fiscal podría afectar a la economía. Hay que continuar atentos”, estima Zane Brown, socio y estratega de Renta Fija de Lord Abbett.
Preocupación generalizada
«El FOMC probablemente decidió que era demasiado pronto para aportar cambios significativos a sus previsiones de 2017 en adelante. Para un grupo de economistas prudentes, de corte empírico, existe demasiada incertidumbre sobre la magnitud, el alcance y los detalles de la nueva política presupuestaria del Gobierno, por no hablar de lo que esas políticas pueden implicar para el crecimiento. Existe una preocupación real acerca de endurecimiento de la política comercial, con repercusiones en la demanda y la predisposición al riesgo», apunta John Bellows, gestor y analista de Western Asset, filial de Legg Mason especializada en Renta Fija.
Lukas Daalder, CIO de Investment Solutions de Robeco, resume en una frase los temores del mercado: “Simplemente no sabemos lo que hará Trump”. Un mantra que se repite estos días en el mercado y para el que ya se tienen unas siglas ampliamente reconocidas WSDKWTWD, es decir, “We Simply Don’t Know What Trump Will Do”.