La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anunció ayer, de nuevo por sorpresa, una rebaja de los tipos de interés. “Los efectos del coronavirus pesarán en la actividad económica a corto plazo y plantearán riesgos en el panorama económico. A la luz de esta situación, el Comité de la Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido reducir el rango objetivo para la tasa de fondos federales a un rango de entre el 0% y el 0,25%”, explica en su comunicado.
Una decisión que complementa la acción coordinada lanzaba, también ayer, por el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central Europeo, la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Nacional Suizo. Sin duda, la demanda del mercado ha sido escuchada y los bancos centrales están actúan de forma conjunta y ofreciendo liquidez para evitar un colapso financiero.
Las medidas tomadas ayer por la Fed son, en opinión de Olivia Álvarez, analista de Monex Europe, “el movimiento de política monetaria más agresivo de la historia realizado en un solo día”. Según la analista, la Fed ha desplegado de manera combinada todos los instrumentos convencionales y otras medidas para facilitar la liquidez y el flujo de créditos y reducir la demanda de dólares. Entre ellas:
- Recorte de 100 puntos básicos de los tipos de interés de los fondos federales, que descansan ahora en el rango de 0%-25%.
- Incremento de 700.000 millones de dólares para el programa de expansión cuantitativa a lo largo de los próximos meses, que incluye al menos 500.000 millones de dólares en compras de bonos del tesoro y 200.000 millones en activos del sistema financiero.
- Recorte de 150 puntos básicos de los tipos de interés a los préstamos directos a bancos a través de la ventanilla de descuento –ahora en 0,25%-, con un plazo expandido para estos contratos de hasta 90 días.
- Reducción a 0% del requerimiento de reservas obligatorias para miles de bancos.
- Llamada a los bancos a disponer de reservas de liquidez y capital acumulados para créditos intradiarios a hogares y negocios con o sin respaldo colateral.
- En coordinación con los cinco principales bancos centrales del mundo, flexibilización de liquidez de dólares a través de las líneas swap para facilitar el flujo de dólares en esos mercados.
En opinión de Sebastien Galy, estratega senior de estrategia macroeconómica de Nordea AM, la Fed se está adelantando a un mercado que había esperado alrededor de cuatro recortes de tasas a lo largo del año y que comenzaría a nunciar su reunión de marzo prevista para esta misma semana. En su opinión, “la Fed debería seguir dando los pasos correctos, pero solo se le aplicará un precio tardío. En un régimen de alta volatilidad, las soluciones flexibles con sus estrategias automatizadas tienen la capacidad de reaccionar muy rápidamente.
La semana pasada, desde PIMCO ya avisaron que la Fed podría llevar los tipos a cero y ampliar su programa de estímulo. “En los últimos días, la liquidez del mercado del Tesoro se tensó debido a que un aumento en la volatilidad más amplia del mercado que provocó una ola de ventas de bonos del Tesoro fuera de la carrera. Estas ventas fueron impulsadas en gran medida por inversores que utilizan el apalancamiento en un esfuerzo por amplificar los rendimientos del arbitraje del diferencial de rendimiento entre los rendimientos de los bonos del Tesoro y otros instrumentos del mercado, incluidos los futuros del Tesoro. Esta ola de ventas, junto con las salidas generales de los inversores de los mercados de renta fija obligaron al sistema a absorber una cantidad significativa de bonos en cuestión de días. Las acciones de la Fed el jueves deberían ayudar en última instancia a facilitar una negociación más ordenada a medida que estas grandes posiciones se liquiden. Al proporcionar préstamos a plazo a los concesionarios principales y al aumentar las compras propias de bonos del Tesoro fuera de la carrera, la Fed está ayudando a respaldar la capacidad de los mercados para cumplir su función de intermediario”, explica Tiffany Wilding, economista de PIMCO.
En este sentido, su colega Joachim Fels, asesor económico global de la gestora de fondos PIMCO, llama a los inversores a «mantener la fe» y avisa de que la solución requiere de «una enorme respuesta fiscal» ante «la crisis sanitaria global más severa» a la que nos hemos enfrentado en el último siglo. El experto advierte de que va a ser necesario aunar todos los esfuerzos posibles por parte de las autoridades monetarias y políticas para evitar que el escenario ya inevitable de recesión pueda convertirse en uno de depresión. Según Fels, «las buenas noticias es que parece que tanto gobiernos como bancos centrales se han puesto manos a la obra y están ya respondiendo de manera más contundente desde la semana pasada», con el último paquete de medidas anunciado ayer por la Reserva Federal apuntando el camino necesario.
¿Qué significa este recorte?
Fels advierte aún así de que las medidas deberán ir más allá, y deberán concentrarse en primer lugar, y más urgente, en “respuestas fiscales de gran calado para apoyar a negocios y a los ciudadanos” que ser verán afectados de forma inevitable por esta crisis, incluyendo rebajas fiscales y subsidios. Para ello, opina el experto, es necesaria la acción conjunta y coordinada de bancos centrales y gobiernos. Necesitarán no solo mantener los costes del crédito bajos, sino mantener el flujo de crédito constante tanto para negocios como para los hogares, aprobando medidas regulatorias que relajen las condiciones del crédito y programas de financiación específicos para prestatarios no financieros.
En opinión de Álvarez, la contundente actuación de la Fed deja claro un mensaje: la economía norteamericana –y global- enfrenta notables riesgos de una amplia recesión y disrupciones al sistema financiero sin precedentes. “Como referente, durante la crisis financiera del 2008, a la Fed le tomó varios meses implementar medidas de magnitud similar a las que ha tomado hoy en un único movimiento. Con esta intervención, la Fed prácticamente agota su armamento de política para actuar de manera preventiva ante una potencial recesión económica, dejando un limitado espacio para tomar medidas adicionales en caso necesario. Otras opciones de política monetaria aún disponibles en circunstancias más severas serían incrementar el ritmo de crecimiento de la hoja de balance, tipos de interés negativos o la devaluación directa de la moneda, lo que en cambio, podrían debilitar notoriamente la estabilidad del sistema financiero internacional”, añade.
Esta es la misma preocupación que Jesse Cohen, analista senior de Investing.com, tiene. ¿Hasta cuándo podrá la Fed apoyar la economía? Según su valoración, “la Fed hizo más o menos lo que el mercado esperaba. Ahora la atención se centra en el hecho de que es posible que el banco central se haya quedado sin munición si las cosas se ponen todavía peor. A pesar de que todos esperamos que la Fed rescate al mercado y lo salve de nuevas pérdidas, hay muy poco margen en los tipos ya para seguir combatiendo al coronavirus. Se espera que la economía global sufra un shock a corto plazo a medida que las cadenas de suministro se rompan y los consumidores se enfrenten a la rápida expansión del brote”.
Para Galy la decisión de ayer de la Fed tiene múltiples consecuencias: “Si esto se ve como un movimiento de pánico, no ayudará a los mercados de valores, aunque es una decisión muy positiva. En segundo lugar, los bancos sufrirán una estructura de plazos muy bajos y planos, aunque a corto plazo deberían beneficiarse de los bonos del Tesoro estadounidense”, explica.
Desde Natixis IM señalan que habrá que seguir de cerca los datos para ver cómo evolucionan las economías europeas y de Estados Unidos, y vigilar cualquier señal de deterioro drástico, especialmente en EE. UU. “Sabemos que los datos de marzo serán negativos y que en abril el impacto va a continuar. También monitoreamos el crédito y los mercados de financiamiento donde han empezado a surgir señales de estrés, por ahora, el riesgo sistémico sigue bajo”, apuntan en su último análisis.
En opinión de Julius Baer, el principal desafío para los bancos centrales y los ministerios de finanzas será evitar una crisis de efectivo. «El recorte de ayer muestra que la Fed estaba preocupada y no ha querido esperar tres días a su reunión, lo que nuevamente podría desencadenar algunas ventas de pánico en el mercado de valores, ya que algunos inversores se preguntarían si la Fed sabe algo que nadie más sabe en el mercado. Continuamos argumentando que las tasas de interés a corto plazo servirán de muy poco para combatir la crisis inducida por el coronavirus y su impacto negativo en la confianza y las cadenas de valor», señala Patrik Lang, responsable de análisis de estrategia de renta variable de Julius Baer.