El pasado mes de diciembre, cuando la Reserva Federal subió tipos como estaba esperado, Eric Stein, co-responsable del equipo de renta fija global en Eaton Vance Management, comentó en su blog que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en la rueda de prensa que siguió al anunció de la decisión del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal, parecía algo sordo con respecto al clamor del mercado financiero.
Incluso antes de la oleada de ventas de diciembre, el aplanamiento de la curva de tipos y unas lecturas sobre una menor inflación habían señalado unas mayores preocupaciones sobre las tensiones comerciales y la salud de la economía. Aunque Powell pareciera estar ignorando estas preocupantes señales del mercado. En particular, muchos de los participantes del mercado se vieron sorprendidos por la afirmación de Powell de que el ritmo de normalización del balance contable de la Fed se encontraba en “piloto automático”.
La conclusión fue que la Fed ni siquiera consideraría una desaceleración del ritmo de disminución de su balance contable. Pareció que al mercado tampoco le gustaron los comentarios de Powell acerca de que la volatilidad del mes de diciembre en los mercados financieros no tendrá un impacto en la economía real.
Deshaciendo lo andado
Powell y otros miembros de la Fed parecen haber tomado una postura más acomodaticia o ‘dovish’. Todo comenzó en la conferencia anual de la Asociación Económica de América -AEA, por sus siglas en inglés- cuando Powell, en el escenario junto a los anteriores presidentes de la Fed, Janet Yellen y Ben Bernanke, dijo que la Fed estaba escuchando atentamente a los mercados.
Powell añadió que el banco central no dudaría en replantear su enfoque de normalización de su balance contable si este causase problemas en los mercados. Después de estos comentarios, la renta variable y los mercados de crédito se recuperaron y el dólar estadounidense comenzó a debilitarse.
Los comentarios de Jerome Powell después de la subida de tipos de diciembre han sido respaldados por algunos miembros de la Fed. Por ejemplo, el presidente de la Reserva Federal en Boston, Eric Rosengren, reconoció la incertidumbre en las perspectivas y comentó que la Reserva Federal puede permitirse ser paciente a la hora de subir tasas, basándose en las señales económicas y del mercado. Rosengren fue muy equilibrado en sus comentarios, y observó que, si bien era algo más optimista sobre la economía de Estados Unidos, tiene sentido que la Fed se mantenga en modo de esperar y ver qué ocurre.
Además, las últimas actas disponibles de la Fed, publicadas en la primera semana de enero sobre la reunión de diciembre, también tuvieron un tono acomodaticio, especialmente si se compara con los comentarios más restrictivos o ‘hawkish’ que realizó en la conferencia de prensa de diciembre.
En resumen, Eric Stein cree que los recientes discursos de la Fed y las actas de la reunión de diciembre son parte de un esfuerzo concertado por parte de la Fed para deshacer lo andado en la conferencia de diciembre – que el experto cree que fue una combinación de una pobre comunicación por parte de Powell, pero también por parte de la Fed que no se estaba tomando en serio el mensaje que los mercados financieros estaban enviando.
La Reserva Federal ha cambiado su tono y mientras el crecimiento sigue siendo sólido, la inflación es básicamente un objetivo en la meta, no existe presión para que la Fed sea agresiva en sus próximas subidas (1).
Si las condiciones financieras continúan siendo más relajadas desde este punto (como las condiciones que se mostraron al inicio del año) y el crecimiento permanece sólido, Stein cree que la Reserva Federal buscará seguir subiendo tipos en 2019, pero que, por ahora, un enfoque de esperar para ver sigue siendo prudente, y las recientes comunicaciones de la Fed muestran que la Fed está tomando este último enfoque.
Desde la perspectiva de los mercados, Stein cree que la nueva moderación de la Fed debería ser algo muy bueno para los activos de los mercados emergentes, así como para el crédito corporativo y la renta variable.
- El objetivo de inflación de la Reserva Federal es del 2% según la medida del índice de precios del gasto personal de consumo (Personal Consumption Expenditures o PCE). En su última lectura, el PCE creció un 1,9% en noviembre de 2018, desde el año anterior, según el Departamento de Comercio.