En un gran número de países avanzados, en especial en Europa, los rendimientos de los bonos de los gobiernos están en territorio negativo o, por lo menos, están en un nivel insuficiente como para preservar el capital. Como consecuencia, la atención de los inversores está cambiando cada vez más y orientándose hacia nuevas ideas, como la generación de rentabilidad por dividendos.
Para desarrollar esta idea de inversión con éxito, desde Allianz GI consideran que es fundamental apostar por un estilo de gestión activa. “Plantearse los dividendos como una forma de generar ingresos de capital se está volviendo aún más relevante a medida que el tema de la reflación se pone de manifiesto con un aumento gradual de las tasas de inflación”, apuntan desde Allianz GI.
Según la gestora, especializada en gestión activa, el motivo de que este tipo de estrategia resulte tan interesante es sencillo: “La divergencia entre los rendimientos de los dividendos y los rendimientos de los bonos gubernamentales y corporativos nunca ha sido tan grande como lo es hoy en día, según los estándares históricos, al menos en lo que concierne a las empresas europeas”.
En el caso del mercado europeo, para los inversores, hay dos preguntas clave que son importante tener en cuenta antes de valorar esta estrategia: ¿cuál es la política de dividendos de las empresas?, ¿qué expectativas de desempeño hay sobre los yields de los dividendos? Según indica un estudio de la gestora, en los últimos 45 años, los dividendos han representado alrededor del 41% del rendimiento total de las acciones europeas.
“Como regla general, las estrategias de dividendos se caracterizan por invertir en empresas de las que se puede esperar que generen un rendimiento de dividendos por encima del promedio en el índice de mercado respectivo, por tener un potencial de crecimiento de su dividendo y por contar con una política de dividendos confiable y estable”, explican desde Allianz GI.
En opinión de la gestora, ahora mismo los dividendos pueden ayudar a lograr una estabilidad adicional en la cartera. “En el pasado, los inversores en renta variable europea fueron los principales beneficiarios de los pagos de dividendos, que también ayudaron a estabilizar el rendimiento general durante los años de caída en los precios de las acciones. Por ejemplo, en el período 1973-2018, la contribución del rendimiento de los dividendos al rendimiento total anualizado de la cartera para el MSCI Europe fue de aproximadamente el 41%”, apuntan.
Sin embargo, la gestora deja claro en su análisis que por sí solos los dividendos no pueden “garantizar estabilidad”. En este sentido matiza que “las acciones con altos dividendos parecen tener una menor volatilidad que las compañías que pagan un nivel de dividendos más bajo”.