Tal y como terminó 2014 y visto como se desarrolla 2015 es plausible pensar que este será un año movido y no solo en el plano de los mercados, la geopolítica también augura vaivenes de montaña rusa más que de plácida clama.
Los expertos de Pioneer Investments han tirado de datos históricos para recordar que el potencial de crecimiento económico se reduce a la mitad en la década siguiente a una crisis. “Observamos pocas probabilidades de que la productividad vaya a repuntar a corto plazo mientras las economías desarrolladas se recuperan de la crisis bancaria”, explica Monica Defend, especialista en la asignación global de activos de la firma.
Y no se trata solamente de una preocupación económica. A la vista del bajo nivel de crecimiento previsto, Pioneer ha decidido moderar sus previsiones internas de rentabilidad, pues estima que a algunas economías les va a resultar cada vez más difícil hacer frente al pago de su creciente deuda.
“Contrariamente a lo que suele pensarse, la deuda total (privada y pública) ha seguido aumentando en los últimos años y ahora es un 13% superior a la de 2007”, dice Defend. Es cierto, que el sector privado, con los servicios financieros a la cabeza, ha estado desapalancándose. Los resultados son especialmente patentes en EE. UU. y Reino Unido, que experimentaron una burbuja inmobiliaria y van ahora camino de la normalización. Sin embargo, la especialista de Pioneer recuerda que esta tendencia de desapalancamiento ha sido en gran medida compensada por un repunte en la deuda de las administraciones públicas.
“Desde 2008, los mercados emergentes, incluida China, han registrado incrementos del apalancamiento, y esta tendencia influye en nuestra perspectiva para el año que acabamos de comenzar. Prevemos que durante los próximos 12 meses el crecimiento global será irregular e inferior al normal —nuestro objetivo es del 3,5% para 2015– y que la inflación se situará por debajo del objetivo fijado por los bancos centrales. Esta perspectiva de crecimiento deja a varias regiones en peligro de que la ralentización económica continúe”, cuenta.
¿Otra recesión?
La pregunta, en este contexto es si es posible que veamos como economías importantes vuelven a entrar en recesión en 2015. “ En nuestra opinión, es poco probable. Los bancos centrales facilitan abundante liquidez para ganar tiempo mientras la política fiscal avanza por la escabrosa senda de las reformas estructurales. No obstante los planes de normalización de la Reserva Federal y el Banco Central de Inglaterra, prevemos que se inyectarán en torno a 600.000 millones de dólares en el sistema este año, la mayor aportación desde 2012. Estas inyecciones son importantes ya que proporcionarán un soporte esencial a las clases de activo durante los próximos 12 meses”.
Dicho esto, Defend estima que el riesgo radica ahora en que los bancos centrales se queden sin armas si la política fiscal no empieza a jugar un papel diferente. Por lo que respecta a las políticas monetarias, el equipo de Pioneer duda que las medidas ya anunciadas logren reactivar el crecimiento, dado que la demanda de crédito continúa siendo débil y el tamaño de los activos adquiribles es discutible.
Además, una economía y unos mercados financieros demasiado dependientes de los bancos centrales podrían resultar vulnerables a cualquier error en las políticas.
“Precisamente por eso debe entrar en juego la política fiscal. En los últimos años, por elección o por mandato, las autoridades fiscales han tomado medidas más restrictivas, mientras que la política monetaria se ha flexibilizado. Para contener la amenaza de recesiones prolongadas, los gobiernos tienen que introducir reformas estructurales que permitan que el crecimiento del empleo se recupere, además de invertir en ámbitos como las infraestructuras. Si se crean puestos de trabajo, la demanda puede aumentar, lo que contribuirá a reducir las brechas de producción. Una vez llegada esa fase, la inflación «buena» repuntará. Cuando eso ocurra, creemos que la economía irá por el buen camino”, concluye Defend convencida de que en este momento de la recuperación global, la política fiscal es la manera más sensata de introducir liquidez en la economía real.
“Resulta necesaria para fomentar el desapalancamiento en los mercados desarrollados y finalizar la transición, a través de reformas estructurales, hacia una economía mundial más equilibrada, en la que los mercados emergentes contribuyan en mayor medida al crecimiento”, dice especialista en la asignación global de activos de Pioneer.