La deuda high yield fue el activo más rentable el año pasado, justo lo contrario de lo que ocurrió con los hedge funds. Según el último análisis de JP Morgan AM, que sintetiza las rentabilidades de los distintos activos por trimestres y años, los bonos de alta rentabilidad cerraron 2016 con retornos del 17,7%, doblando el resultado de un año antes, cuando se revalorizaron un 8,4%. En general, el resultado ha sido muy positivo en los últimos años, de forma que también es el activo que más gana en un horizonte de 10 años, un 9,8% anual, si bien su volatilidad también es de las mayores –un 19,2% anual, según los datos de la gestora-.
También lo hicieron bien el año pasado las materias primas, que subieron un 15,2%, tras cuatro años consecutivos como peor activo del año (en 2012 se dejaron un 2,6%, en 2013, un 13,4%, en 2014 cayeron un 5,5% y en 2015, un 16,1%). En 2016, fueron el segundo mejor activo por revalorización, aunque no hay que olvidar que en la pasada década no han sido una buena inversión: se han dejado un 3,4% anual.
La renta variable emergente también se dio la vuelta en 2016 y, tras caer un 5% en 2015, se revalorizó casi un 15%, situándose en el top 3 de activos más rentables. Con todo, a 10 años sube un 4,5% anual y cabe recordar que su volatilidad anualizada es del 30,8%, la más alta de todos los activos.
Le sigue la deuda emergente, con subidas de casi el 13% en 2016, en línea con los buenos retornos ofrecidos en los últimos años: en 2015 subió más de un 13%, en 2014 un 20%, en 2012 un 16%, en 2011 un 13%…. borrando ampliamente las pérdidas de 2013. De hecho, a 10 años la deuda emergente es el segundo activo más rentable, con retornos anuales del 9% y con una volatilidad del 11,6%, entre las más bajas de todos los activos.
Otra inversión ganadora el año pasado fueron los REITS (12,6%), que a diez años ganan un 7,1% anual, aunque la volatilidad es alta, la segunda mayor (del 23,5% al año). También retornos de doble dígito ofrecieron las acciones de mercados emergentes (11,4%), que a 10 años ofrecen rentabilidades anuales cercanas al 7% aunque con una volatilidad importante.
Con menores retornos, la deuda con grado de inversión (7,4%), que a diez años ofrece retornos anuales del 6,4% con solo un 7,6% de volatilidad, y la deuda pública (4,7%), que a diez años gana el 5,3% anual también con una baja volatilidad.
El año pasado, no compensó estar en liquidez, que perdió el 0,2%, aunque a diez años ofrece retornos del 1,7% con volatilidades de solo el 1,9%. Las peores inversiones, los hedge funds, que cayeron un 1,7%, aunque a diez años ganan anualmente un 3%, con volatilidades muy controladas.
Fuente: JP Morgan AM