La economía mundial se está desacelerando y, como otras muchas entidades, Scope Ratings ha tenido que revisar sus perspectivas. La entidad espera que el crecimiento se ralentice hasta alrededor del 3,1% este año, frente al 4,5% de sus proyecciones de diciembre de 2021. Para 2023 pronostican un crecimiento mundial del 3,6%, aunque advierten de que siguen existiendo riesgos a la baja para estas previsiones.
«Prevemos un crecimiento global más débil para 2022. Aunque existe una probabilidad significativa de recesión técnica en 2022-23 en algunos países, es probable que tales recesiones sean en su mayoría poco profundas y que las tasas de crecimiento anual sigan siendo moderadamente positivas», afirma Giacomo Barisone, responsable de calificaciones del sector público y soberano de Scope Ratings.
«El crecimiento anual para 2023 mostrará una mayor ralentización o normalización en muchas economías, aunque China es una excepción importante en este sentido, ya que los altos precios restringen el poder adquisitivo mientras los repuntes post-Covid se desvanecen», añade.
El impacto de la inflación en los ratings
Uno de los legados de la crisis del Covid-19 ha sido un excesivo endeudamiento público. En este sentido, desde la entidad consideran que una inflación elevada puede ser positiva a corto plazo para los ratings soberanos al reducir los coeficientes de endeudamiento.
Sin embargo, la inflación desbarata el crecimiento económico real y, con el tiempo, limita cada vez más el margen de maniobra de los bancos centrales en caso de que los mandatos de estabilidad de precios se vean comprometidos. «Por ello, si la inflación persistente limita las funciones de prestamista de último recurso de un banco central para intervenir en caso de problemas del mercado, las actuales condiciones se inclinan a ser negativas desde el punto de vista crediticio», apunta Dennis Shen, analista de Scope Ratings.
El escenario de estanflación tiene efectos positivos y negativos divergentes para las calificaciones soberanas y desde la escalada de la guerra entre Rusia y Ucrania son más los países que han sufrido revisiones a la baja de sus ratings que al alza.
Desde el 24 de febrero de 2022, Scope Ratings ha revisado a la baja las calificaciones de tres países: Rusia (retirado), Ucrania (CCC/Negativo) y Turquía (B-/Negativo). Han cambiado tres perspectivas de calificación a negativas: Japón (A), China (A+) y la República Checa (AA) y han revisado al alza únicamente las calificaciones/perspectivas de tres países: Croacia (BBB+/Estable), Portugal (BBB+/Positivo) y Chipre (BBB-/Positivo). Rusia ha entrado en suspensión de pagos, mientras que Ucrania contempla la reestructuración de su deuda.
Queda descartada una crisis financiera mundial
Algunos de los obstáculos al crecimiento mundial son los elevados precios de la energía y las materias primas, el debilitamiento de la confianza económica y la desaceleración de los socios comerciales. Además, la inflación sigue siendo elevada incluso con una política monetaria más restrictiva. «Aún cuando la inflación llegue a su punto máximo y comience a moderarse en los próximos trimestres, es probable que se produzca una inestabilidad y una corrección significativa del mercado, aunque no prevemos una crisis financiera mundial», tranquiliza Shen.
Para Barisone, «la desaceleración económica y la disminución gradual de la elevada inflación harán que el endurecimiento monetario de los bancos centrales se desacelere, se detenga o incluso se invierta en algunos casos de aquí a 2023. Se cree que la depreciación de las divisas forzará un ajuste por parte de los bancos centrales más dovish, como el BCE, o se arriesgan a importar más inflación».
En este contexto, también han recortado las previsiones de crecimiento del PIB para este año, hasta el 2,8% para la eurozona, el 3,5% para Reino Unido, el 1,7% para Estados Unidos, el 3,6% para China y el 1,8% para Japón.
Para 2023, prevén una continua moderación de las tasas de crecimiento anual para la eurozona hasta el 1,8%, para Reino Unido al 1,0%, para Japón al 1,7%; para EE.UU. al 2%. Mientras que China se recuperará hasta el 5,1%. Se espera que la economía rusa se contraiga más del 10% este año, mientras que el crecimiento de Turquía se vio marcado por la recuperación impulsada por el crédito.
Tres riesgos que vigilar
Uno de los principales riesgos para las perspectivas económicas de Scope es un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales en forma de un aumento de los rendimientos de los bonos a largo plazo, una nueva corrección de los mercados mundiales de renta variable y/o una apreciación del dólar estadounidense. Esto podría ser el resultado de que la actual inflación, muy elevada, siguiera sorprendiendo al alza y/o de que los bancos centrales endurezcan su política monetaria más rápidamente de lo que se ha señalado.
«Un endurecimiento más rápido de la política reduce el riesgo de que la inflación se arraigue más, pero también aumenta el riesgo de que los errores de política exacerben la inestabilidad financiera», recuerda Shen.