Durante este primer mes del año, las gestoras terminan de hacer sus balances y presentar sus perspectivas para 2018. En el caso de Flossbach von Storch, 2017 ha sido, una vez más, un año de máximos históricos: el índice MSCI World ha ganado casi un 6% en lo que va de año, mientras que el Nikkei japonés ha superado el 10% y el DAX roza el 14%.
Teniendo en cuenta la evolución de los índices, 2017 ha sido un buen año para los inversores de renta variable. En opinión de Flossbach von Storch, sería presuntuoso pensar que el auge durará eternamente, pero hay motivos para entrar en ahora en renta variable. “La tendencia positiva acumula ya varios ejercicios. Sería presuntuoso pensar que el auge durará eternamente, apoyado en el fabuloso arte de la política monetaria. Pero, sin prestar mucha atención a la actuación de los bancos centrales, si la coyuntura resbala, la renta variable puede también sufrir correcciones”, advierte.
Sobre ese posible “resbalón” de la economía, la firma señala a los bancos centrales como el riesgo potencial de provocarlo. Según explica en su último informe, “es posible que los bancos centrales se hayan convertido en presa de su propia política y no sean capaces de elevar los tipos de interés cuando los niveles de inflación así lo exijan”.
Según su análisis, en un supuesto de unos tipos nominales reducidos y una inflación al alza, las acciones deberían permanecer en niveles altos, incluso cuando el crecimiento económico real pueda parecer utópico. Entonces la inflación podría provocar un crecimiento exagerado de las ganancias nominales y utilizar bajos tipos de interés para descontarlos. “En otras palabras: incluso cuando una inversión logre una revalorización nominal, la mejora en la inflación supondrá una escasa tasa de rentabilidad para dicha inversión”, advierte.
Asignación de activos
Durante este año, Flossbach von Storch señala que sus carteras se han beneficiado de una acertada selección de activos bottom up, tanto en acciones de calidad como en posiciones oportunistas en bonos. “Algunos ejemplos son la inversión en deuda subordinada de una empresa líder del sector automovilístico o deuda soberana de México. Sin embargo, la falta de cobertura de nuestras posiciones en dólares y en francos suizos nos ha costado algunos puntos básicos de rentabilidad”, apuntan.
Según explica la firma, a inicios de año, las medidas anunciadas por Trump impulsaron la apreciación temporal del dólar. Al revertirse esta tendencia, muchos inversores se encontraron en una situación incómoda: no habían cubierto sus posiciones en dólares y estaban dispuestos a corregir esta situación como fuera.
“Esta situación se ha repetido en la corrección del euro entre octubre y noviembre. La creencia del mercado en la fortaleza del euro ha impulsado el momentum de la divisa y propulsado el mercado de forwards. A corto plazo vemos factible una nueva apreciación de la moneda única. A largo plazo, sin embargo, consideramos que el euro es una divisa frágil con un potencial de mejora limitado y, por consiguiente, nos mantenemos cautos sobre los rangos de cotización respecto al dólar”, apunta.
De cara a 2018, firma tiene previsto mantener una cobertura parcial a divisas y, por otro lado, buscar títulos de empresas penalizados por el efecto de la disrupción tecnológica sobre sus modelos de negocio porque consideran que pueden encontrar nombres con un buen potencial.