Las bolsas de los mercados emergentes acumulan ya unos años difíciles y los primeros meses de 2016 no han sido una excepción, quitando el buen comportamiento de algunos como el brasileño, uno de los mejores en lo que llevamos de año. Pero Wim-Hein Pals, gestor de renta variable emergente en Robeco, infrapondera Latinoamérica en sus carteras, preocupado por la confluencia en la región de factores como las altas valoraciones de algunos mercados, la inestabilidad política o la inevitable reducción de la demanda de materias primas en una China que reduce su crecimiento.
“El rally en las materias primas ya no es sostenible, debido a que China crecerá menos e India no compensará esa desaceleración de la demanda, lo que afectará al crecimiento en Latinoamérica”, explica en una entrevista a Funds Society, en el marco de unas recientes conferencias en la sede central de la gestora en Rotterdam. Tampoco ayudan las valoraciones o la situación política en casos como el de Brasil, país donde hay “un desastre político” y que plantea un gran interrogante en sus carteras. “China crece y sus acciones cotizan a un PER de 11 veces, mientras Brasil decrece y cotiza a 14 veces”, comenta, contrastando además la situación de estabilidad política en el primer país frente al segundo. Sobre México, destaca sus excesivas valoraciones y también el hecho de que su mercado bursátil no refleja su economía. Con todo, sobrepondera Perú, si bien sus posiciones en la región son muy selectivas.
En general, el análisis top-down del que parte para la selección de su cartera le lleva a ser muy cauto en la región latinoamericana, al igual que ocurre con Europa del Este, África y Oriente Medio, mientras sobrepondera Asia. “Nos gustan China, India y Corea del Sur, que están realizando reformas en diferentes aspectos de su economía”.
Las razones que llevan a Asia
Son varios los factores que le llevan a esa conclusión. En primer lugar, su convicción de que los precios del petróleo se mantendrán bajos, lo que beneficia a grandes consumidores como los países asiáticos mencionados y perjudica a exportadores como México, Malasia –infraponderados-, Colombia o Venezuela –en los que no invierte-. “Quizá vimos los mínimos del barril de petróleo el pasado enero, en 26-27 dólares, pero vemos difícil que haya una tendencia alcista continuada que pueda llevar su precio a los 40-50 u 80 dólares”. El experto cree que será difícil una apreciación teniendo en cuenta la abundante oferta, con el mantenimiento del nivel de producción de crudo cerca de sus máximos históricos. En general, se muestra positivo con los importadores de materias primas y negativo con los exportadores.
Otra razón que explica sus posiciones es el análisis del posible impacto de un dólar más fuerte en ciertos países. “Hemos de ser cautos con las compañías, y los países, que tienen deuda pública denominada en dólares, como Brasil o Turquía. El balance de los países no debe estar expuesto a este riesgo”, defiende.
Hablando más en detalle sobre las razones de su apuesta por China, India y Corea destaca de este último mercado su notable crecimiento (del 3,5%-4,5%), las atractivas valoraciones de sus acciones y el anuncio de muchas compañías de aumentar sus ratios de payouts, con lo que “el descuento podría desaparecer al menos parcialmente. Veremos una continuación del re-rating apoyada por esa actitud de las empresas coreanas más cercana a los accionistas”, dice. De India destaca la mejora de la demanda interna y el aumento del gasto público en infraestructuras, mientras en China, que ha logrado reducir el peso de su sector manufacturero del 60% al 40% en tres años, ve positiva esa transformación y cree que, ante la potencial futura inclusión parcial de las acciones A en los índices bursátiles, “mucho dinero pasivo tendrá que comprar este mercado”.
Razones para el optimismo
En general, Pals considera que hay razones para apostar por la renta variable del mundo emergente. Entre ellas, su infraponderación en las carteras de renta variable global, sus atractivas valoraciones, su potencial de crecimiento de beneficios, el apoyo de un ciclo de subidas de tipos en EE.UU. inspirado por un mayor crecimiento o mejores fundamentales frente al mundo desarrollado (por ejemplo, su menor deuda). “Estos mercados están en niveles mínimos históricos en cuanto a su asignación y peso en las carteras de los inversores institucionales, como los fondos de pensiones. Las carteras en EE.UU. y Europa están muy poco posicionadas, mientras la bolsa europea es la región más sobreponderada del mundo en la asignación de renta variable global. Las acciones europeas ya no están baratas, aunque hay historias interesantes, y desde una perspectiva de diversificación hay una sobre-exposición al Viejo Continente, al contrario de lo que ocurre con los emergentes”, explica. En su opinión, los inversores en primer lugar tendrán que cerrar sus posiciones de infraponderación en emergentes para evitar mayor dolor: tras las salidas de 80.000 millones de dólares el año pasado ante la volatilidad en China, matiza que el Gobierno está estabilizando el renminbi y hará cada vez la vida más difícil a los que intenten especular contra la divisa.
Como otro factor a favor, destaca las favorables perspectivas de beneficios y crecimiento. “Es difícil que los mercados desarrollados repitan consistentemente el crecimiento en sus beneficios. Será difícil crecer desde un nivel tan alto, y en ese sentido vemos más potencial en el mundo emergente”, dice, comparando el crecimiento de los países desarrollados con el 6% de China (que sus estimaciones reales estiman en el 4%-5%, en todo caso el doble que EE.UU. y muy por encima de Europa y Japón). Por eso, y aunque muchas veces se dice que los emergentes están baratos por una razón –destacando las bajas valoraciones como otra razón añadida para comprar-, el gestor destaca el potencial de crecimiento de sus beneficios.
¿Puede la Fed jugar a favor?
Además de estos factores, añade uno que es toda una sorpresa: la actuación de la Fed subiendo tipos puede apoyar también a estos mercados. “Los mercados emergentes iniciaron un rally alcista cuando la Fed empezó a subir los tipos en 2004. En diciembre del año pasado vimos la primera subida en casi una década y el ciclo de subidas seguirá. La Fed no ha cometido un error, irá más lejos a lo largo de este año (con más alzas en abril o junio), dos o tres más, ya que los números en el país son resistentes y pueden conllevar una inflación de momento benigna, que puede cambiar si la política monetaria sigue tan laxa”, explica. De ahí que considere que, un ciclo de subidas de tipos inspirado en un mayor crecimiento en EE.UU. pueda apoyar a los mercados emergentes ahora, como pasó hace una década.
Con todos estos factores sobre la mesa, defiende que las acciones emergentes pueden ofrecer retornos de doble dígito, a pesar del menor crecimiento. “Creemos que pueden ofrecer retornos del 12%, pero a largo plazo”. “Hay mucho valor que podemos encontrar en el mundo emergente”, apostilla, siempre desde una perspectiva top-down, seleccionando los mejores países, con valoraciones más atractivas y con vientos de cola estructurales.