Paul Krugman, premio Nobel de Economía, considera a Europa el peor entorno de la crisis actual y no cree que logre recuperarse en el medio plazo. Krugman se refería así a la situación que atraviesa Europa en el marco de la XXIII Convención de Aseguradores de México, organizada la semana pasada por la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS). Durante su intervención, en una ponencia titulada «Panorama Económico y Seguridad Social», Krugman subrayó que si en 2006 se hubiera dicho que íbamos a tener una crisis en 2007 la mayoría de la gente no lo hubiera creído.
Aunque señaló positivo el que el comercio internacional se ha mantenido abierto, así como el acceso a los mercados, mas que enfocarse en el origen de la crisis, Krugman se pregunta por qué respondimos tan mal ante esa situación, poniendo como ejemplo el que las economías desarrolladas implementaron políticas de austeridad. “Lo que se necesitaba era que alguien siguiera gastando, por supuesto, para que la economía siguiera a flote, con una prosperidad razonable, en tanto el sector privado pudiera salir de su deuda y empezar a gastar, y eso no lo hicimos”.
«Creo que si los Estados Unidos no estuviesen haciendo ajustes fiscales estaríamos yendo ya mucho más con un paso firme hacia la recuperación. Y yo no sé de dónde venga la recuperación europea, todavía no hay nada a la vista que pudiera decirnos que esto va a suceder”, subrayó.
El economista también mencionó que la mayoría de las crisis del pasado estaban ligadas a deuda en moneda extranjera. Y asemeja esta situación a la actual con la adopción por parte de Europa del euro. “Los europeos en una forma macroeconómica se convirtieron en países del tercer mundo, cuando adoptaron el euro, se convirtieron en países distintos a Estados Unidos o Japón que tienen deudas, pero en su moneda, y se convirtieron en países que tienen deudas grandes, pero en moneda de otro país, en este caso en la moneda de nadie, lo cual los ha hecho vulnerables a la crisis”.
El caso de España
En el caso de España comenta que si hubieran mantenido su propia moneda, la peseta hubiera podido devaluarse y se habría ganado mucha competitividad. «La devaluación per sé hubiera reducido en términos del valor de su deuda, entonces tendría muchas posibilidades, pero no tienen esa moneda y ahora regresar a dar vuelta atrás al euro sería algo muy costoso y afectaría económicamente y va a crear muchos problemas… Básicamente es la existencia del euro lo que explica por qué hoy Europa está peor que Estados Unidos”, agregó.
En cuanto a México, el economista mencionó que en la mayoría de los casos “es una historia feliz, un caso de medio de éxito. Todo funciona muy bien, excepto la tasa de crecimiento. Y una de las cosas que todavía tenemos que ver en México es ese despegue del crecimiento económico que quisiéramos ver”.
Por último, sostuvo que en México en cuanto a educación básica y nutrición, las perspectivas a largo plazo para el país azteca son muy optimistas, aunque habrá que esperar hasta 2030 para ver como se materializan.