El riesgo geopolítico continúa acechando las mentes de los inversores, en particular el giro en el equilibrio global de poder de occidente a oriente, tal y como muestra la escalada de fricciones comerciales entre China y Estados Unidos. Charlie Awdry, gestor de las estrategias de renta variable China de Janus Henderson Investors y Richard Clode, gestor de la estrategia Global Technology, comparten sus opiniones sobre este tema en evolución y su importancia en las decisiones de inversión.
¿Cuáles son los riesgos geopolíticos que más os preocupan?
Charlie Awdry:
Existe un único riesgo geopolítico que domina la situación de China en este momento y este es la relación entre Estados Unidos y China. El foco se sitúa en la disputa comercial, pero este es únicamente un elemento de su deteriorada relación. Con anterioridad, existía un compromiso constructivo, ahora hay una rivalidad estratégica.
Existen fricciones, tanto a nivel comercial, como a nivel geopolítico al tratar de influir en la política de Asia y a nivel global. El área que más me preocupa es donde China tiene una postura no negociable: en Taiwán.
China percibe Taiwán como parte de China, pero los taiwaneses se ven a sí mismos como una nación independiente con una fuerte relación política y diplomática con Estados Unidos, a la que compra una gran cantidad de equipo militar.
Y Hong Kong, donde tanto Richard como yo invertimos está en la línea divisoria. Hong Kong está lidiando con el problema existencial de si convertirse o no en parte de China. Desde un punto financiero o bursátil, Hong Kong es una entrada para el capital extranjero, tanto dentro como fuera de China, por lo que, sobre esa base, debemos esperar que mantenga su papel.
Desde un punto de inversión, deberíamos reconocer que Hong Kong ofrece una enorme cantidad de capital en el extranjero, las empresas chinas se han aprovechado de ello y mantienen un balance contable en varias divisas. Por lo que, para un inversor basado en Reino Unido, existe un riesgo de tipo de cambio en el caso de que el yuan se deprecie.
Richard Clode:
Esta rivalidad por la supremacía de las superpotencias se mantendrá por varias generaciones. En el centro de esta discusión está la tecnología, su control y las implicaciones que tiene en seguridad nacional, que son las principales preocupaciones del presidente Trump. Hemos visto un ejemplo con la inclusión de Huawei en una lista negra – en mayo de 2019 a las empresas estadounidenses se les prohibió suministrar componentes al gigante tecnológico chino. Un mes después, fue anunciado que la prohibición sería levantada-.
Si un país no controla su propia inteligencia artificial (AI), esto tendrá una enorme implicación sobre la seguridad nacional, la defensa y la productividad de su país o la vigilancia, o cualquier cuestión que se pueda nombrar. La disputa comercial es tan solo una batalla, la guerra es una lucha más amplia por la supremacía.
¿Puede haber una resolución a la guerra comercial?
RC:
Incluso si hay una resolución a la disputa comercial y China permite a empresas de tecnología extranjeras en China y elimina los subsidios a las empresas locales para terminar con una competencia desleal -lo que sería un desafío, pues en última instancia los dos países se oponen diametralmente a esta cuestión en sus objetivos-, Estados Unidos quiere mantener su actual hegemonía de poder mientras que China piensa que ellos deberían liderar. Ninguno de los dos países se va a conformar.
CA:
Estoy de acuerdo. Estados Unidos y China tienen diferentes filosofías, diferentes sistemas. Curiosamente en el espacio tecnológico, existe prácticamente el desarrollo de casi dos mundos tecnológicos, el mundo estadounidense y el mundo chino. Esto ya es una realidad en internet. En China, el buscador de Google no funciona, Google Maps no puede guiarte, se tiene que utilizar Baidu. Creo que este tipo de ecosistema es algo en lo que tendremos que comenzar a pensar más allá del ámbito de internet.
¿Hasta qué punto esta afectando la guerra comercial entre Estados Unidos y China a sus inversiones?
RC:
Está claro que China ha sido injusta con las empresas que han entrado en el mercado chino intentando jugar en igualdad de condiciones, por suerte, para el equipo de renta variable de tecnología global, esto no tiene muchas implicaciones en las empresas en las que invertimos.
Esto se debe a que el lado positivo de esta competencia desleal es que la mayoría de los gigantes tecnológicos como Google, Netflix o Amazon no tienen negocio en China. Lo que hemos podido ver con la inclusión de Huawei en una lista negra, es la dependencia que siguen teniendo las empresas chinas de la tecnología y componentes estadounidenses, en particular de los semiconductores. La red de 5G construida por Huawei depende de dos empresas estadounidenses, Altera, que es parte de Intel, y predominantemente Xilinx. Conseguir ser autosuficiente es parte de los planes estratégicos a largo placo de China. La posición de negociación de Estados Unidos hoy en día es tan fuerte como lo será. Creo que China se volverá más agresiva cuando empiece a ser más autosuficiente.
Y en la cuestión de los semiconductores, Taiwán abastece a los principales clientes como Apple, Qualcomm, NVIDIA y HiSilicon (la división de semiconductores de Huawei). Existen un número limitado de proveedores alternativos. Los chinos ven a Taiwán como parte de China, como inversores en la industria de los semiconductores, es un riesgo clave, aunque las ramificaciones globales se extenderían mucho más allá de este punto.
CA:
El panorama general es que existe una rivalidad estratégica que podría crear una desaceleración en el crecimiento de China por un menor comercio. Sin embargo, China es una economía bastante doméstica con un importante consumo, y también hay mucha inversión.
También hacemos un seguimiento de la divisa para ver si el gobierno permite que se deprecie para intentar impulsar la economía. Porque obviamente este es un viento en contra para nosotros, ya que somos inversores basados en libras esterlinas comprando activos y beneficios denominados en yuanes.
Pero en el espacio de la tecnología, empresas como Tencent, Alibaba, NetEase, no son en realidad cíclicas. La mayoría de la gente cree que China es una bolsa para hacer trading, pero creo que estas acciones son buenas empresas para mantener en cartera o “buy-and-hold”. Principalmente, porque se centran en la economía doméstica, nuestras carteras de renta variable China invierten cada vez más en el ecosistema de empresas chinas de internet más que en la cadena global de suministradores de hardware.
¿Richard, existe alguna distinción entre los sectores tecnológicos?
RC:
Estoy de acuerdo, no muchas de las principales empresas tecnológicas globales mantienen un gran volumen de negocio en China. No hay empresas de software que vendan mucho en China, las empresas globales de internet tampoco están allí. Así que en realidad solo se ven afectadas las áreas más cíclicas como el hardware y los semiconductores. Hemos reducido nuestras posiciones en semiconductores de forma sustancial en la estrategia Global Technology principalmente porque además de las preocupaciones por la disputa comercial, el contexto macroeconómico se está deteriorando y los niveles de inventario son altos.
Pero el resto, como mencionó Charlie, son principalmente negocios enfocados en la economía doméstica. Alibaba, el equivalente en China de Amazon, que a menudo es utilizado de manera injusta como un indicador del sentimiento del consumidor chino y del comercio, está bastante confortable con sus tendencias de crecimiento en el largo plazo (seculares).
Cuando hablamos de empresas globales como Microsoft, se nos dice que la fricción comercial no les afecta mucho. Realmente no está desacelerando las tendencias seculares de crecimiento de la tecnología, de hecho, puede que estén incluso acelerando algo de la disrupción tecnológica que se ha visto. Lo que es emocionante es el deseo de ser autosuficiente por parte de China, que puede que resulte en muchas más empresas interesantes de tecnología en el mercado.
¿Entonces, con la incertidumbre estáis encontrando oportunidades?
CA:
En los últimos años hemos visto que la mayoría de las preocupaciones macroeconómicas tienden a ser cotizadas en todas las empresas. Entonces, incluso si somos cautos en ciertos sectores del mercado, a nivel individual de acciones podemos encontrar algunas empresas atractivas. Creo que la oportunidad en China reside en la gestión activa, pero es porque el enfoque descendiente, top-down, es bastante complejo, especialmente cuando se trata de cuestiones geopolíticas.
RC:
Coincidiría con Charlie en la necesidad de una gestión activa. Con los factores geopolíticos dominando los titulares en estos días tenemos un entorno de inversión mucho más volátil. Ahí es dónde creo que un gestor activo de inversiones con conocimiento y experiencia puede realmente añadir algo de valor.
Por ejemplo, la inclusión de Huawei en la lista negra fue un riesgo bien marcado y fuimos capaces de, con anticipación, reducir nuestra exposición a los semiconductores, un sector que se vería afectado con la prohibición. Sabemos que existen partes del mercado que están mucho más expuestas a los factores potenciales de riesgo que otras.
Cuando hay reacciones no cuantificables o injustificadas en las acciones y los mercados, entonces puedes utilizar esa oportunidad para comprar. Lo hicimos a finales de 2018, cuando las acciones cíclicas estaban muy débiles.
La gestión activa te permite actuar antes de que se den estas tendencias, en lugar de ser un inversor pasivo, que simplemente espera a que las cosas cambien.
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