Las perspectivas de los mercados globales de cara a 2020 son cada vez más inciertas y continúan marcadas por las amenazas de volatilidad y el temor a que se produzca una recesión. En este contexto, los inversores siguen buscando fuentes de rentabilidad, y una de las más recurrentes es el crédito corporativo global con grado de inversión, asegura Lisa Coleman, de JP Morgan Asset Management.
En una entrevista con Funds Society en Madrid, la responsable de deuda corporativa global de la gestora señala que el mercado reaccionó de forma exagerada cuando se produjo una ampliación de los spreads de crédito a finales de 2018 de una manera “tan rápida y violenta”. En ese sentido, “ya esperaba que a lo largo del año el crédito comenzaría a rendir bien y que los spreads se estrecharían”.
“El crédito ha tenido un buen año”, insiste al señalar que, actualmente, los spreads se encuentran a uno de los niveles más estrechos del 2019, al haberse beneficiado de la búsqueda constante de rentabilidad por parte de los inversores. “A nivel global, están buscando cualquier cosa con un número positivo y el crédito corporativo tiende a ser una clase de activo que lo tiene”. A su juicio, cuando juntas esto con la notable caída de las emisiones netas, el contexto para la inversión es favorable.
“Ofrece oportunidades pese a la amenaza de una recesión y la volatilidad”, señala. Si finalmente se produce una crisis económica más pronunciada, lo más probable es que haya una volatilidad considerable en los spreads de los dos sectores que más rendimiento suelen aportar: el high yield y el crédito emergente, resultando en retornos negativos para el inversor.
Del high yield al investment grade
Por ese motivo, JP Morgan AM ha apostado por asumir una postura más “defensiva”, reduciendo su exposición al high yield al nivel más bajo de los últimos años e inclinándose por la deuda con grado de inversión (investment grade). Lo ha hecho a través de su “buque insignia” Global Corporate Bond Fund, en el que también ha aumentado la calidad del crédito, reduciendo su exposición a BBB- y BBB y aumentando el peso de los valores BBB+ y A. Con todo, “estamos tratando de movernos hacia una cartera con menos riesgos”.
Con esta misma perspectiva, este año han lanzado el JPMorgan Corporate Bond Research Enhanced Index UCITS ETF, que funciona de forma activa, basado en las recomendaciones de 19 analistas de crédito. “Basándonos en su visión, sobreponderamos o infraponderamos determinados valores. Todo lo demás de la estrategia se basa en el índice, como es la duración”.
En cuanto a su exposición por sectores, Coleman revela que, actualmente, sobreponderan el del consumo no-cíclico, como las empresas de bebidas o sanitarias, aunque se mantienen algo cautelosos en alimentación por el apalancamiento que ha sufrido esta área. “En el sector farmacéutico vemos oportunidades, ya que hay empresas que han realizado adquisiciones, y las de mayor calidad tienen un gran poder para lograr su desapalancamiento”, asegura. Mientras, continúan infraponderando el sector del consumo cíclico, como son el automovilístico, las industrias básicas y los químicos.
Coleman hace hincapié en que el principal riesgo al que hay que prestar atención en la actualidad es el de recesión, sea ésta del grado que sea. En el contexto estadounidense en el que opera la gestora, se trata de vigilar si la debilidad del sector manufacturero global impacta en las empresas expuestas a él y si, finalmente, termina perjudicando al consumidor. Con todo, Coleman apuesta por permanecer defensivos de cara al contexto de volatilidad que se acerca.