No se pueden subestimar las implicaciones de los acontecimientos de este año sobre los inversores en rentas. Así lo ve JP Morgan Asset Management, que cree que, a pesar de que históricamente las características de rentas y seguridad de los bonos tradicionales han sido atractivas, se necesita un cambio de paradigma. Por ello, invita a aplicar un enfoque multiactivo y de gestión activa que sepa aprovechar las oportunidades, especialmente en renta variable y high yield, en un momento en el que la recuperación económica ya ha comenzado.
«Si eres un inversor en rentas, claramente tienes que ampliar tu universo de inversión no a nivel global, sino en toda la estructura de capital», insistió la directora de estrategia para España y Portugal, Lucía Gutiérrez-Mellado, en una conferencia online. En ese sentido, evidenció que la composición de este tipo de estrategias ha cambiado radicalmente en los últimos 20 años, pasando de carteras 100% de efectivo en 1990 a 100% de bonos en 2008 hasta los 15 activos distintos que actualmente las componen.
En concreto, Gutiérrez-Mellado reveló su preferencia por la renta variable en los fondos de rentas. Al analizar su comportamiento este año, destacó que, además del claro impulso experimentado por el sector tecnológico y el de la salud, se han producido ciertas dislocaciones que generan oportunidades. «Sigue siendo muy importante tener una gestión activa que te permita identificar qué compañías tienen balances sanos y podrán pagar dividendos«, afirmó.
El «olvido» de compañías sólidas
Mientras, a nivel de valoraciones, apuntó que nunca en los últimos 20 años las compañías de alta rentabilidad habían estado tan baratas frente a las growth. A su juicio, el mercado ha dado por hecho que una gran parte de las empresas no se iban a recuperar de la crisis del coronavirus, algo que, sin embargo, ya se está produciendo en los mercados emergentes, donde han empezado a implementarse revisiones al alza del crecimiento de muchas entidades. Una situación que espera que se replique en Europa, aunque consideró que va a ir algo más lento.
Un ejemplo de extremos de valoración se da en el sector del automóvil: la valoración de Tesla es 1,2 veces superior a la de BMW, Volkswagen y Toyota juntas, tres compañías que JP Morgan AM tiene en sus carteras. «El mercado ha descontado que va a ser la única empresa líder en vehículos eléctricos. Nosotros no lo vemos: cualquiera de las otras tres tiene más beneficios y gasta más dinero en investigación y desarrollo», señaló. Para ella, el mercado «se ha olvidado» de algunas empresas que siguen teniendo fundamentales muy sólidos y que van a seguir teniendo su hueco.
Desde principios de año, la gestora ha identificado tres catalizadores que tienen que producirse para cerrar ese amplio diferencial entre las firmas de alta rentabilidad y las de crecimiento: la existencia de una vacuna, el comienzo de la recuperación y que el escenario para las compañías de dividendo sea mejor que el descontado por el mercado. Y, según Gutiérrez-Mellado, los tres ya se están produciendo. «Todavía hay incertidumbre y, aunque no se materialice hasta el año que viene, desde verano ya creemos que ha empezado la recuperación», reveló.
En cuanto a la vacuna, señaló que ya hay tres disponibles y, desde el anuncio de Pfizer, se ha comenzado a producir esa rotación, impulsada por el hecho de que el mercado ha vuelto a fijarse en esas compañías que estaban olvidadas. «Ahora se dan las condiciones para que los inversores las vuelvan a tener en consideración», aseguró.
El atractivo del high yield
Por otro lado, pese a la reducción de los bonos gubernamentales en los fondos de rentas, en renta fija, también identificó oportunidades. En concreto, en high yield, que siempre ha tenido un peso importante en las estrategias de JP Morgan AM y «ha sido un gran contribuidor a la rentabilidad». Aun así, admitió que este año esta clase de activo ha despertado muchas dudas e incluso, durante unas semanas, se temió que se produjera una crisis de crédito.
Sin embargo, en lo que va de año, ya está alcanzando un récord de emisiones (387 millones de dólares a 31 de octubre) y, gracias a la respuesta de los bancos centrales, los mercados de crédito han podido actuar con normalidad, incluso con el incremento de los impagos en las primeras semanas de la pandemia. «En un entorno como el actual, igual que en renta variable, es importante tener una gestión activa para identificar a ganadores frente a perdedores», incidió Gutiérrez-Mellado.
Por ello, la gestora identifica aquellos sectores con mayor riesgo de default a la hora de construir la cartera. Así, como el 16% del energético se encuentra en esos niveles, supone un 3% de su cartera frente al 7% del de telecomunicaciones, que solo tiene un 3% de sus empresas en riesgo de default.
Con todo, «tanto en renta variable como high yield sigue habiendo oportunidades y los fondos de rentas las van a capitalizar», sentenció.
Dos fondos para dos perfiles de inversores
Por su parte, la especialista de producto y estratega para España y Portugal, Elena Domecq, presentó las dos estrategias que ofrece JP Morgan AM en este sentido. La primera es el JPMorgan Investment Funds – Global Income Fund, cuyo objetivo es generar rentas consistentes con un perfil de riesgo mixto tradicional mediante «un proceso flexible y dinámico que invierte de forma global a través de varios activos generadores de rentas». Lanzado en diciembre de 2008, su volatilidad objetiva es de entre un 6% y un 12%.
Se trata de un riesgo superior al que asume su versión conservadora, lanzada en octubre de 2016: el JPMorgan Investment Funds – Global Income Conservative Fund. Su objetivo es el mismo, solo que con un perfil de volatilidad entre el 3% y el 6%, similar al de una cartera tradicional de 30/70 de renta variable/renta fija.