La clave para poder aprovechar las oportunidades de la renta variable emergente es una: la paciencia. Así lo ve Claire Peck, especialista de producto del equipo de renta variable emergente de JP Morgan Asset Management. En su opinión, en un entorno de bajos retornos, los inversores “no pueden permitirse ignorar” esta clase de activo porque, a su juicio, es el que va a registrar las mayores rentabilidades durante los próximos 15 años.
“El mensaje es claro: vale la pena apostar por el largo plazo. Por ello, la clave es mantenerse invertido”, asegura en un evento celebrado en la sede de la gestora en Madrid. Las cifras del MSCI Emerging Markets Index lo demuestran: quienes se han mantenido invertidos durante 20 años en renta variable emergente han registrado retornos del 10,6%; quienes se han perdido “los mejores 10 días” de este activo, han visto reducida su rentabilidad al 5,2%; y quienes no estuvieron durante los mejores 30 días, hasta el 1%.
Para Peck, el escenario actual de la renta variable emergente es más atractivo que en 2018 y está pasando “de estable a positivo”, al contar con “luces verdes” claras, como el crecimiento del alfa. En ese sentido, apunta que existe una clara brecha entre el incremento del PIB en países emergentes y desarrollados y los primeros tienden a mejorar mientras que los segundos están empeorando.
Otro de los indicadores positivos que destaca es el de los ingresos en divisa local de estos mercados, que “se han mantenido y están empezando a ser positivos”. Mientras, las valoraciones de la renta variable emergente “permanecen por debajo de la media histórica” pero son “atractivas”, apunta.
En cuanto a los factores que pueden impactar negativamente a este activo, Peck advierte de la situación del dólar estadounidense. “Es crucial para las perspectivas de la renta variable emergente, que sigue siendo rehén del dólar. Si permanece fuerte, es muy negativo para este tipo de activo”, asegura antes de apuntar que no es necesario que esta moneda caiga, sino que solo verla mantenerse estable beneficia a los valores emergentes.
China: riesgo y oportunidad
Aun así, el mayor riesgo de todos es, a su juicio, la guerra comercial entre Estados Unidos y China. “En mi opinión, el mercado fue demasiado complaciente con las negociaciones. Es una problemática que no va a desaparecer dentro de poco”, advierte. Además, no cree que el motivo de la disputa sea el comercio. “Si fuera así, se podría resolver mucho más fácilmente”.
Para ella, la clave del conflicto reside en la propiedad intelectual, ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, ve a China como un competidor estratégico. “Ahí es donde las autoridades chinas no van a hacer ninguna concesión, por eso va a seguir siendo una problemática semipermanente en los mercados”, señala. Por ello, considera que, en el corto plazo, para que los mercados reaccionen positivamente ambas partes deben mantener la prudencia.
A pesar de todo, Peck hace hincapié en que en el mayor riesgo se encuentra, al mismo tiempo, la mayor oportunidad. “Es crucial comprender China y poner el foco en ella”, señala al destacar que el país asiático está abriéndose a los inversores extranjeros. “Además, hoy en día es el segundo mercado de renta variable más grande del mundo, después de Estados Unidos, y es extremadamente líquido”, afirma.
“El secreto del éxito es el análisis constante del equipo” de JP Morgan AM, que debe centrarse en China, ya que, en su opinión, pese a ser un mercado ineficiente y con baja correlación a la renta variable global, “es el futuro”.
Estrategia en emergentes
Para aprovechar estas oportunidades, la gestora cuenta con una estrategia clara en mercados emergentes. El Emerging Markets Equity Fund cuenta con una característica diferenciadora: su horizonte de inversión a largo plazo. “Hay acciones que llevan en la cartera desde los 90. Lo importante es encontrar las empresas de mayor calidad para que sus ingresos se beneficien”, asegura Peck.
En cuanto a la composición de la cartera, alrededor de un tercio la conforma el sector financiero (38,6%) y otro tercio el del consumo (32,3%). Por países, hay una clara preferencia por India y China. Con un claro sesgo hacia el factor de crecimiento, el fondo registró una rentabilidad del 19,68% en los cuatro primeros meses del año pese a la caída del 15,74% que sufrió en el conjunto del 2018.
En cuanto al Emerging Markets Opportunities Fund, se trata de un fondo que, según Peck, está más inclinado hacia el factor “value”. Para ello, sigue una estrategia “muy pragmática”, que combina un enfoque top-down y bottom-up con un análisis constante de los fundamentales. Asimismo, se centra en las divisas más baratas, como Rusia, Corea o México.
Este fondo también sobrepondera el sector financiero (34,7%), ya que “cuenta con un retorno esperado de cerca del 20%”, revela Peck. Sin embargo, en este caso, el siguiente sector con más peso es el de la tecnología de la información, con un 16,1%. En cuanto a la rentabilidad, registró un 14,94% hasta mayo, tras haber caído un 13,59% en 2018.
Ambos fondos comparten la integración de criterios ASG, ya que, según Peck, las prácticas sostenibles son clave para generar valor a largo plazo en los mercados emergentes.