El pasado mes de abril, la estrategia Janus Henderson Fund UK Absolute Return cambió de nombre para pasar a llamarse únicamente Janus Henderson Fund Absolute Return. Este cambio también responde a un cambio en el posicionamiento del fondo que es ahora una cartera de renta variable global de mercados desarrollados que puede tomar posiciones largas y cortas para alcanzar una rentabilidad absoluta positiva.
Un 60% de la exposición del fondo estará dedicado a la inversión en empresas con domicilio social en Reino Unido, o que desarrollen una parte predominante de sus actividades en este país o que coticen en la Bolsa de Valores de Londres. El otro 40% de la exposición estará dedicado a empresas no británicas de cualquier tamaño o sector. Con la llegada del reglamento SFDR también están reformulando la información sobre inversión sostenible que el equipo gestor comparte con los inversores, divulgando así su compromiso con los criterios ESG y su implementación en la cartera en un nuevo informe trimestral que estará disponible próximamente.
El debate de la inflación
Según explicó Luke Newman, gestor de la estrategia junto con Ben Wallace, desde mediados de 2020, el equipo tomó una posición relativamente contraria frente al consenso del mercado, que después pasó a confirmarse con la fuerte recuperación que la economía experimentó con el anuncio de la aprobación de vacunas con un alto nivel de eficacia. Considerando poco probable una repentina retirada de las medidas de apoyo lanzadas por gobiernos y bancos centrales, posicionaron la cartera con una orientación más procíclica, pues esperaban ver signos de inflación en la economía. Estos signos de inflación son algo muy diferente a una inflación estructural con un cambio de paradigma. Como ya observaron en 2011, 2013, 2015 y 2016, en la gestión inversión en activos alternativos, en posiciones largas y cortas en renta variable, es necesario adelantarse las repentinas rotaciones que se pueden dar en el mercado desde posiciones con factores compuestos de crecimiento de larga duración frente a posiciones más cíclicas o con un sesgo value.
En consecuencia, se han visto forzados a proteger la cartera frente a esta rotación porque podrían haber causado estragos en los rendimientos a corto plazo de la estrategia y finalmente han sido capaces de utilizarlos para conseguir unos rendimientos positivos para la cartera.
Se han alejado del sesgo que mantenían en acciones de alta calidad y márgenes de beneficio, con una tendencia de crecimiento estructural, hacia valores más cíclicos como los semiconductores y empresas del sector semiindustrial que consideraron que podrían salir con una posición competitiva reforzada tras la pandemia. Dentro del sector financiero, cubrieron las posiciones cortas en bancos y así como también protegieron la exposición a empresas aseguradoras en el libro de posiciones en largo, reflejando un posicionamiento más inflacionario y cíclico en la cartera.
En marzo, los rendimientos en los bonos del Tesoro estadounidense acumularon el sentimiento inflacionario del mercado, superando el nivel del 1,70%. En ese momento, el equipo gestor pensó que el mercado estaba anticipando demasiada inflación, demasiado pronto. Si bien la cartera está posicionada para una mayor inflación casi de una manera mecánica, parece que el camino no va a estar exento de sobresaltos. El consenso sigue lanzando argumentos a favor y en contra en el debate inflacionario, que parece estar lejos de haber terminado.
En un sentido más táctico, el equipo gestor tuvo oportunidades para tomar un posicionamiento factorial más equilibrado en la cartera entre el sesgo growth y value. Frente al dominio de las grandes tecnológicas durante la última década, las oportunidades han aparecido en las acciones con un sesgo defensivo, una larga duración y un perfil de rendimiento más similar a los bonos. En la actualidad, la cartera mantiene una posición más equilibrada entre posiciones growth y value que durante el pasado verano, pero ciertamente con un sesgo value más pronunciado que en los últimos 3 o 5 años.
En la opinión de Newman, el resto del año seguirá siendo agitado. Su principal preocupación es una situación en la que la que cartera adopte de nuevo unas características procíclicas, si los mercados se vuelven más complacientes y asumen que las rentabilidades de los bonos permanecerán en los niveles que preocupaban a los inversores en la anterior década.
Con la pandemia, algo ha cambiado. La habilidad de los gobiernos y bancos centrales para implementar nuevas herramientas de apoyo a la economía se ha desatado. Los objetivos se han desplazado desde objetivos puramente económicos a otros más sociales y esto tiene un impacto. Por eso, se debe tener en cuenta que la próxima década podría ser muy diferente a la anterior, incluso si no hay una inflación desenfrenada.
La asignación regional
Si bien es cierto que Europa como región tiende a comportarse como un activo value, la composición del índice Euro Stoxx 50 ha cambiado drásticamente en la última década. Por ejemplo, acciones como LVMH, L’Oreal o SAP difícilmente pueden ser consideradas dentro de este rubro.
En el Reino Unido, sigue habiendo empresas con unas características de negocio más orientadas al value. El Brexit favoreció un entorno de mercado con un sesgo hacia las empresas value. Durante seis años mantuvieron posiciones netas neutrales o en corto frente a acciones británicas con exposición a ingresos domésticos. En el verano de 2020, con la anticipación de la llegada de un acuerdo en las negociaciones del Brexit, regresaron a un posicionamiento neto en largo, que ha sido incrementado en los últimos meses. Además, ven una oportunidad en el diferencial de valor absoluto en los activos británicos. La velocidad en la difusión de las vacunas en Reino Unido hace que aumente la posibilidad de que el mercado doméstico británico repunte antes que otras áreas, algo que Newman percibe como una oportunidad.
Estados Unidos lidera en cuanto a capacidad de las economías para salir del confinamiento, con una fuerte recuperación del consumo interno en sectores como las ventas minoristas y viajes que comienza a ahora a reflejarse en su totalidad en el precio. En la temporada de resultados empresariales trimestrales se han visto sorpresas al alza en los precios, que ya eran de por sí elevados. Y esto es normalmente una señal de que las valoraciones muestran debilidades, algo que su análisis fundamental refleja. En consecuencia, han tomado posiciones tácticas en corto en el sector de la atención sanitaria estadounidenses que les permitirá comenzar a buscar empresas británicas y europeas que se beneficiarán de la reapertura de la economía en unos 5 o 6 meses por el retraso en su modelo de negocio frente a los estadounidenses.