En una nueva edición del foro “Investing in Connecting” dedicada a la inversión en activos alternativos, se escucharon opiniones y perspectivas de los expertos de Janus Henderson Investors sobre un diverso rango de inversiones alternativas: desde las estrategias long-short en renta variable, a aspectos algo más novedosos para los inversores como la transferencia de riesgo.
La inversión alternativa ofrece unos rendimientos no correlacionados con las clases de activos tradicionales, ayuda a diversificar las carteras y proporciona una protección más amplia en un entorno de aversión al riesgo. Además, los gestores de Janus Henderson explicaron cómo ciertos aspectos de este tipo de inversión están ligados al impulso de factores ESG.
Dando la bienvenida a los participantes, Ignacio De La Maza, responsable del Canal Intermediario para EMEA (Europa, Oriente Medio y África) y Latinoamérica en Janus Henderson Investors, señaló que se está creando un entorno cada vez más desafiante en términos de riesgo-recompensa para las asignaciones en activos tradicionales. Según De La Maza, esto es algo que cada vez se hace más evidente conforme los inversores comienzan a cuestionarse si la renta fija en los niveles actuales puede ofrecer una cobertura ante una posible corrección en los mercados de renta variable.
¿Por qué hay algo de recelo con la inversión en alternativos?
El foro de inversiones alternativas arrancó con una entrevista a James de Bunsen, gestor de estrategias Multi Activos en Janus Henderson Investors. En la opinión del experto, la actividad en las inversiones alternativas en la última década ha sido una historia de contrastes. Mientras los fondos domiciliados en las Islas Caimán han tenido un fuerte impulso, recibiendo a finales de 2020 unos 3,8 billones de dólares en activos y proporcionando un rendimiento anualizado del 11,5% en los últimos años, los fondos UCITS de retorno absoluto han vivido una historia opuesta y sus activos se han reducido en un 25%.
Los gestores de los fondos domiciliados en las Islas Caimán han relanzado casi las mismas estrategias con una estructura UCITS. Los primeros fondos que consiguieron la atención de los inversores prometieron unos rendimientos que después no fueron capaces de cumplir, por ello las diferencias en términos de flujos entre los fondos de las Islas Caimán y los UCITS.
A este problema, se suma que los inversores no han diversificado la parte de sus carteras dedicada a la inversión en activos alternativos. La falta de diversificación también llevó a una decepción por parte de los inversores que, en consecuencia, han evitado esta área. En parte, también han evitado los activos alternativos porque el resto de las clases de activos se han comportado como cabía esperar: los bonos han hecho un buen trabajo y la renta variable ha seguido un movimiento alcista.
¿Cuáles son las expectativas de rendimiento?
Según un estudio realizado por UBS, en los próximos 5 años, la renta variable debería obtener un rendimiento anualizado del 7%, un escenario bastante optimista según el gestor de Janus, y los hedge funds podrían obtener alrededor de un 4%, un rendimiento que está bastante en línea con lo que se podría obtener si se corre un modelo de regresión sobre ambos tipos de activos.
Como gestor multiactivos, de Bunsen cree que las valoraciones de renta variable se han estrechado y que el consenso del mercado se ha posicionado en exceso en esta clase de activo. Los niveles de efectivo son muy bajos y existe algo de riesgo. Sin embargo, el gestor percibe unos buenos niveles de rendimientos y un crecimiento económico sólido en el futuro cercano.
En los bonos de gobierno, de Bunsen ve realmente complicado obtener rendimientos positivos en los próximos cinco años, dado el punto de partida de los tipos de interés en la actualidad, las presiones inflacionarias y el ya anunciado tapering. En los bonos con grado de inversión hay mucho riesgo de duración, los diferenciales se encuentran en unos niveles muy bajos y es muy complicado que se vayan a comprimir más y proporcionar algún rendimiento significativo. Incluso la deuda high yield está proporcionando unos rendimiento reales negativos, en especial en Europa.
En la deuda de mercados emergentes se han podido observar las repercusiones de la nueva regulación en China, mientras que en el resto de los mercados emergentes es algo difícil que los inversores estén cómodos con la situación actual por los problemas derivados del COVID-19.
Por otro lado, los activos con un perfil defensivo y diversificador no están mostrando altos niveles de miedo. En ese sentido, de Bunsen cree que los alternativos líquidos son una buena opción en el momento actual.
¿Cómo afectará una inflación más elevada?
En los activos tradicionales, la relación con la inflación es más directa que en las inversiones líquidas alternativas. Si se produce un cambio de régimen y la inflación regresa, podría generarse una mayor volatilidad en los mercados. Eso es algo particularmente bueno para las estrategias long-short, porque tienen una caja de herramientas mayor para operar en un entorno de alta volatilidad.
“Existe un debate sobre si la inflación es transitoria o permanente, esto probablemente sea una cuestión más económica que de gestión de carteras, pero con unas tasas de interés excesivamente bajas, el tapering va a suceder. Ya está anunciado. Lo único que no se sabe es cuándo y cómo sucederá, quedan por conocer los detalles. La Reserva Federal adoptará una postura mucho más agresiva y esto hace que las perspectivas para la renta fija y una buena parte del mercado de renta variable sea mucho más problemática”, afirmó de Bunsen.
“No se puede asumir que la correlación entre bonos y acciones es siempre negativa. De hecho, antes del cambio de siglo no era así y existen muchas razones por las que los bonos pueden no proporcionar la protección esperada: el tapering, la inflación, la composición de los principales índices, una sobrecompra en renta variable. Por estos motivos, cabría esperar que la correlación entre bonos y acciones repunte”, continuó el gestor.
La composición del índice S&P 500 tiene ahora una mayor duración, dado que las acciones tecnológicas tienen por naturaleza una mayor duración. Al mismo tiempo, la composición de los índices de bonos también es más larga en duración. Hace unos años, el índice de deuda con grado de inversión tenía una duración de 4 a 6 años, frente a los 7 a 9 años actuales. Existe un mayor riesgo, pero unos rendimientos potenciales menores, especialmente si se tiene en cuenta un escenario de subida de tasas de interés, en el que se vería una mayor correlación aún entre ambos tipos de activos.
Más allá de los alternativos líquidos y los fondos de rendimiento absoluto, en Janus Henderson tienen en cuenta la inversión en infraestructuras. Este tipo de activos tiene una correlación positiva con la inflación por que las tarifas y contratos fijos están ligados al crecimiento de la inflación, sirviendo así de protección para los inversores.
¿Por qué invertir en alternativos en este momento?
Son cuatro las estrategias de inversión alternativa que ofrece Janus Henderson: Absolute Return, Global Multi Strategy, Global Equity Market Neutral y Pan European Absolute Return. Después de un periodo de baja volatilidad en el que las acciones de crecimiento y calidad han dominado el mercado -sin rotación ni dispersión en los rendimientos-, un cambio de régimen podría generar oportunidades para las estrategias long-short en renta variable. Las estrategias basadas en cambios en las tasas de interés también tienen un potencial interesante, porque anticipar los movimientos que van a realizar los bancos centrales crea oportunidades en términos de volatilidad. Asimismo, las estrategias de prima de riesgo, que tratan de obtener rendimientos a partir de explotar las ineficiencias estructurales del mercado, también representan una buena oportunidad de inversión.