Aunque Amazon continúa aumentando su dominio de las ventas on line, los iconos minoristas J.C. Penney, Macy’s o Sears no han dejado de cerrar cientos de tiendas. Los minoristas tradicionales han perdido ventas durante la última década, debido a que el tráfico de los centros comerciales ha disminuido y los pedidos de comercio electrónico se han disparado.
Esto no es una novedad para los inversores y MFS estima que la industria minorista se enfrenta a otra amenaza que podría servir como un punto de inflexión para las compañías más débiles del sector en una recesión. “Estamos ante el final de dos décadas de caída de los precios de la ropa”, explica Maile Clark, analista de renta variable de la gestora.
Los precios de las prendas de vestir han sido deflacionarios desde que las compañías comenzaron a deslocalizar la mayor parte de su fabricación a productores de bajo coste durante los últimos 20 años. Sin embargo, dice Clark, la era deflacionista está bajo amenaza, ya que el presidente estadounidense Donald Trump y los republicanos del Congreso están pensando en introducir cambios en el código tributario corporativo y la puesta en marcha de nuevas políticas comerciales proteccionistas para alentar el retorno de la manufactura estadounidense.
“La propuesta de «impuesto al ajuste fronterizo», por ejemplo, reduciría la tasa del impuesto de sociedades de Estados Unidos mientras imponía aranceles a los bienes importados que se consumen en Estados Unidos. Los minoristas de prendas de vestir podrían verse gravemente afectados por este régimen, ya que el 98% de sus bienes son importados”, explica el analista de MFS.
El fin de unos precios deflacionistas de la ropa tiene implicaciones significativas para la industria minorista y para los inversores en los próximos años. Algunas empresas minoristas ya están sufriendo los efectos: los precios de las acciones han caido en gran medida en los últimos 18 meses, ya que algunos de los grandes nombres han luchado para adaptarse a un paisaje asediado por el cambio de las preferencias de consumo de los consumidores.
Oportunidades alfa
“Creemos que hay oportunidades alfa en este mercado al evitar las empresas que más riesgo tienen de perder ingresos y cuota de mercado en este entorno. La dispersión de los precios de las acciones ha aumentado en los últimos meses, lo que indica que el mercado es más exigente con respecto a las empresas con un rendimiento superior o inferior. Es por eso que creemos inflación de las prendas de vestir podría convertirse en el punto de inflexión en la próxima recesión”, escribe en su análisis Clark.
Dada la retórica de la administración Trump sobre el comercio, desde MFS se advierte que los inversores deben considerar la posibilidad de que la ropa no continúe siendo deflacionaria, al menos en la medida en que lo ha sido. Las compañías marginales de ventas al por menor seguirán encontrando un contexto inhóspito, y así la sacudida a la que estamos asistiendo ahora continuará probablemente y se acelerará posiblemente cuando llegue la siguiente recesión.
En este sentido, el experto de MFS explica que es probable que “estemos en el comienzo de una fase de consolidación en el sector minorista que continuará durante algún tiempo, lo que significa que es fundamentar realizar una buena selección de acciones. No todas las empresas medias se reducirán y desaparecerán, pero la próxima recesión podría acentuar las diferencias entre los minoristas de EE.UU”.