Reunir bajo el mismo techo a los últimos cuatro banqueros centrales de la Reserva Federal estadounidense es toda una proeza. Pero si además estos mantienen un ambiente distendido y se muestran optimistas sobre el devenir de la primera economía del mundo, la cita es ya ineludible.
Janet Yellen, Ben Bernanke, Paul Volcker y Alan Greenspan (este último desde el estudio que la cadena tiene en Washington) asistieron la semana pasada a una mesa redonda sobre política monetaria organizada por la residencia universitaria International House de Nueva York. El encargado de dirigir la entrevista fue el periodista de la CNN, Fareed Zakaria.
Mientras los ex presidentes revisaban los éxitos –y fracasos- de sus mandatos, la atención se centraba en el mensaje de Yellen. “Muchos creen que la señora Yellen es la segunda persona más poderosa de Estados Unidos, solo por detrás del presidente. Rara vez accede a conceder una entrevista, así que escuchémosla”, dijo Zakaria en su presentación. Pero después de los elogios abrió fuego sin mirar atrás: “¿Estamos en una burbuja económica?”.
Tras desgranar las cifras de empleo e inflación, Yellen contestó que la economía del país lleva un ritmo sólido y que por lo tanto no cree que haya una burbuja económica. “Estamos buscando cuidadosamente cualquier prueba de que se esté gestando un entorno de inestabilidad financiera. Algo que podría verse enprecios de activos claramente sobrevalorados o un rápido crecimiento del crédito. Sin embargo, no estamos viendo en absoluto ninguno de estos desequilibrios y a pesar de que los tipos de interés son bajos –algo que puede animar los comportamientos de búsqueda de rentabilidades- no describiría esto como una burbuja económica. Tenemos un nivel de crecimiento relativamente bajo, pero la economía estadounidense va bien a pesar de que nos está lastrando el contexto mundial”, dijo.
La siguiente pregunta de Zakaria fue también directa al grano: “¿Fue un error subir los tipos de interés en diciembre?”
“Ciertamente no lo considero un error. Establecimos dos criterios para aumentar los tipos que fueron los que llevaron a la decisión de diciembre. Uno de ellos era que queríamos ver un progreso sustancial en el mercado laboral, y nos sentimos satisfechos. Además, reconociendo que la inflación estaba por debajo de nuestro objetivo del 2%, todos nos sentíamos razonablemente seguros de que la inflación subiría a medio plazo al objetivo. Creo que las dicha condiciones se cumplían en diciembre y justificaban dar un paso más”, explicó la presidenta de la Reserva Federal.
Respecto al ritmo de subida, Yellen no se salió ni una coma del guión: “Ya indicamos que creemos que ritmo de subida de tipos sería gradual, y esa sigue siendo nuestra mejor conjetura y expectativa”, dijo.