Durante el verano, los bancos han pasado de ser el único sector que no aportaba ganancias al fondo de valores españoles que gestiona José Ramón Iturriaga en la gestora de Abante Asesores, y con versiones tanto en España como en Luxemburgo, a convertirse en el tercero en términos de rentabilidad, sólo por detrás de industriales y seguros. Según explica el gestor en su carta mensual, “los resultados del segundo trimestre confirman el cambio de dinámicas en la cuenta de resultados que se intuían en el arranque del año –sobre todo en el margen de intermediación- y han servido como catalizador para el mejor –mucho mejor- comportamiento relativo en bolsa”. Es decir, el gestor achaca parte de las subidas bursátiles a la mayor confianza y datos del sector financiero.
Es más, y a pesar de las subidas que se vienen produciendo en estos valores desde principios de julio, el recorrido que ve el gestor aún es alto. E interpreta esa vuelta del interés, sobre todo en la banca doméstica, es la mejor señal de que nos encontramos en un entorno más constructivo. “Además, la mejora de los datos de actividad debería ayudar a disipar las dudas que todavía quedan sobre la evolución futura de la morosidad y las eventuales necesidades de capital. La facilidad y rapidez con la que Credit Agricole ha colocado en el mercado la parte restante de su participación en Bankinter -7,5%- y el tipo de inversor que ha participado en la operación, son el mejor ejemplo de que los tiempos han cambiado”, dice en su carta.
Las claves de gestión de Iturriaga son “una selección de valores sin ningún prejuicio, independiente de su tamaño o peso en los índices, con un alto nivel de conocimiento y cercanía de las empresas y la vocación de permanencia en las mismas”. “A principio de año un buen amigo me preguntaba por ideas de inversión “outside the box”. Yo le respondí que quizá las ideas de inversión más originales –si por eso entendemos las de mayor potencial de revalorización- las tuviéramos mucho más cerca de lo que pensábamos…”, comenta.
Como ejemplo, Jazztel, de la que destaca su revalorización en los últimos años y la posibilidad de que sea objeto de una opa.
Entorno de normalidad
Además de la normalidad puesta de manifiesto por el creciente interés en la banca española, el gestor dibuja un escenario de subidas en los mercados (y también en sus fondos de bolsa española, que baten ampliamente al Ibex 35 en el año) y sobre todo, de normalización tras la famosa intervención de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, que puso fin a la crisis de deuda. Con todo, recuerda que el Ibex, a diferencia de muchos otros índices, está en 8.400 puntos, prácticamente la mitad de los máximos históricos de 2007.
“Los meses de verano confirman que continúa el proceso de vuelta la normalidad en lo que a la percepción del riesgo se refiere, deshaciendo los efectos que han tenido sobre el mercado los tres años de duda permanente sobre la viabilidad del euro. Este movimiento, lógicamente, está repercutiendo en todos los activos, tanto en los que han servido como refugio –oro, determinados bonos soberanos, crédito- como, aunque todavía de forma más timorata, en aquellos de los que los inversores salieron “en tromba” por su asociación con la viabilidad del euro. Y creo que es precisamente esto, la duración de la crisis de deuda europea, lo que está detrás de la dispersión de valoraciones tan amplia entre los distintos activos que hoy preside el mercado y cuya normalización, entiendo, está siendo y así va a seguir, siendo la clave que determine el comportamiento de los mercados”, explica en su carta.
Para Iturriaga, los acontecimientos de las últimas semanas –crisis de Siria, consecuencias del llamado tapering en Estados Unidos, techo de deuda americana…- pueden enmarcarse en el business as usual de los mercados y no resultan incompatibles -todo lo contrario- con los movimientos de fondo que supone este proceso de vuelta a la normalidad una vez descartados los desenlaces apocalípticos. “Ninguno de los factores anteriormente referenciados parece desestabilizante y sus consecuencias no deberían ir más allá de incrementos puntuales de volatilidad, normales en el día a día de los mercados”.
En cuanto a la macroeconomía, comenta que “la realidad está siendo mejor que lo que apuntaban las estimaciones que, como casi todo, estaban y están contagiadas por el pesimismo omnipresente. De hecho, cuanto mayor es o ha sido el escepticismo, mayor ha sido la sorpresa. En concreto, los datos españoles están chocando incluso a los más optimistas –entre los que lógicamente se encuentra el Gobierno-“.
La intensidad de la recuperación
Para el gestor, la discusión, ahora, no versa sobre la llegada de la recuperación sino sobre la intensidad de la misma, lo que constituye por sí mismo un salto cualitativo inmenso. “Hemos dejado atrás los planteamientos binarios –rescate sí, rescate no- y el análisis se centra en los factores que determinarán la velocidad de la recuperación: control del déficit público, evolución del precio del petróleo o el impacto que pueda tener la ralentización de las economías emergentes como consecuencia de las subidas de tipos de interés en el crecimiento global”.
Poco interés en periféricos
A pesar del mejor comportamiento y del menor ruido de fondo, destaca que el posicionamiento en los activos periféricos sigue siendo extraordinariamente bajo. “Las mejores sensaciones no se han trasladado, por el momento, a la cartera de los que realmente importan: fondos de pensiones, compañías de seguros,… A medida que el mejor comportamiento relativo vaya calando, éste es un movimiento que se retroalimenta”.