El crecimiento, el grado de inversión y la forma que tomará la recuperación económica en América Latina fueron parte de la conversación que se tomó la agenda de Visión de Líderes el día 9 de julio, reflexión en la cual participaron el economista jefe de Itaú Unibanco, Mario Mesquita, el economista jefe de Itaú Chile, Miguel Ricaurte, y la jefe de análisis económico de Itaú Colombia, Carolina Monzón.
El análisis se dio en el contexto de que Itaú liberara su actualización de proyecciones de crecimiento para la región: “Dado que la reapertura ha sido más lenta de lo que esperábamos, y teniendo en cuenta una contracción económica mayor en el segundo trimestre en algunos países, hemos recortado nuestras proyecciones de crecimiento para la mayoría de los países que cubrimos. Ahora estimamos que el PIB de la región caería un 7,2% este año (desde 6,4% en nuestro escenario anterior). Para 2021, vemos una recuperación de 4,1% (3,8% anteriormente)”, señaló el Informe macroeconómico mensual de América Latina.
En ese sentido, Mesquita profundizó que “la pandemia esta ahora concretada en el hemisferio occidental, en las Américas y no esta en bajo control en ninguna de las economías de la región. Ni México, ni Estados Unidos, ni Brasil, Argentina, Chile, Colombia. Es un problema muy serio y continua. Un problema que no podemos contener, con un impacto económico claro”.
El economista agregó que pese al alza del desempleo y de las primas de riesgo, en general ha habido una respuesta contundente de política fiscal de los diversos gobiernos para contener el impacto económico de la pandemia. “Lo que hicieron en 2020 es mucho más de lo que hicieron en 2008 y 2009. Es una crisis más rápida, más fuerte, pero también con una respuesta de política económica muy fuerte”, analizó.
Los riesgos del confinamiento
Respecto a Chile, el informe indicó que “hemos recortado nuestra proyección para el PIB de 2020 para Chile 2,5 puntos porcentuales y ahora estamos proyectando una caída de 7,0%. También extendimos hasta 2021 el período previsto de tasa de política monetaria en su piso técnico de 0,5%. El importante impulso monetario y fiscal, junto con la probabilidad de cierta normalización en el frente sanitario, aún apuntan a un considerable repunte el próximo año (4,5%)”.
El economista jefe de Itaú Chile, Miguel Ricaurte, comentó que lo más preocupante es cuanto espacio tendrá el sector privado (en referencia a empresas y consumidores) para poder desenvolverse en materia económica mientras la pandemia no esté controlada. Algo en lo que coincidió Mesquita, explicando que a nivel global la amenaza de segundas olas de contagios puede generar mayor incertidumbre. “Es casi como si la economía estuviera en un escenario de guerra”, comparó.
Ricaurte añadió que “(Chile) está llegando a una situación de control. Eso si seguimos en una situación a nivel local de cuarentena abarcando un poco más de la mitad de la población, que, probablemente se va extender hasta finales de este mes. Y eso es algo que está pegándole de manera muy importante a la actividad de cara a lo que vemos hacia adelante”.
Inclusive en ese escenario, Chile tenía bastante espacio para hacer frente a la pandemia que ha habido un estímulo monetario “muy robusto”, pero “además ha salido a dar líneas de crédito por montos muy importantes, comentó Ricaurte. “Son medidas que han sido muy agresivas y muy parecidas a la de los bancos centrales de países desarrollados”, sostuvo.