La salida del Reino Unido de la UE pesaría sobre las economías de otros países de la Unión y aumentaría los riesgos políticos en Europa, dice Fitch Ratings. «No esperaríamos ninguna acción inmediata negativa en cuanto a ratings sobre ninguno de los otros estados de la UE si se produce el Brexit, pero estas serían más probables en el medio plazo si un impacto económico grave o determinados riesgos políticos se materializaran. Como anunciado anteriormente, nos gustaría revisar la calificación soberana del Reino Unido en el caso de que la votación del 23 de junio resultase a favor de la salida», dice la firma.
El impacto económico del Brexit sería menor para la UE que para el Reino Unido, pero seguiría siendo palpable, ya que reduciría las exportaciones de la UE al Reino Unido, aunque el alcance dependería de la naturaleza de los acuerdos comerciales del Reino Unido para con la UE y el grado y la duración de la depreciación de la libra. Los países más expuestos serían Irlanda, Malta, Bélgica, Holanda, Chipre y Luxemburgo, cuyas exportaciones de bienes y servicios hacia el país son de al menos el 8% de sus respectivos PIBs, dicen.
Los países de la UE podrían ganar con el cambio de algunas inversiones extranjeras ahora en el Reino Unido virando hacia la UE. Sin embargo -prosigue el informe-, países como Luxemburgo, Malta, Bélgica y Alemania, con un amplio stock de inversiones extranjeras y los activos financieros del Reino Unido, sufrirían pérdidas en el valor en euros de esos activos si se produjera una depreciación permanente de la libra esterlina. El sector bancario de Irlanda, Malta, Luxemburgo, España, Francia y Alemania tiene vínculos importantes con el del Reino Unido.
El Brexit reduciría la contribución del Reino Unido al presupuesto de la UE (7.100 millones netos después de descuentos, en 2014), potencialmente a cero. Esto implicaría que otros contribuyentes netos tendrían que aumentar los pagos, o que los receptores netos aceptaran una reducción del gasto de la UE.
Crearía un precedente en cuanto a la salida de países de la UE y podría impulsar a los “anti unión europea” u otros partidos políticos populistas y hacer que los líderes de la UE fueran más reacios a aplicar políticas impopulares con beneficios económicos a largo plazo. La negociación de los términos de la salida del Reino Unido podría agotar el tiempo y la energía de la UE y abrir nuevos frentes de desacuerdo. El Brexit podría desplazar el centro de gravedad de la UE, haciendo que esta estuviera más dominada por el núcleo de la zona euro, más pobre, más proteccionista y menos liberal económicamente. Si el Reino Unido prosperara fuera de la UE, podría alentar a otros países a seguir su ejemplo.
La salida del Reino Unido podría precipitar a Escocia a abandonar el Reino Unido, lo que podría intensificar las presiones secesionistas en otras partes de la UE, como Cataluña en España.
El temor a que otros países salieran podría ampliar los diferenciales de bonos de los países «periféricos, lo que podría aumentar el coste medio de la deuda haciendo más difícil reducir la relación deuda gubernamental/PIB.