Durante las jornadas Global Insight 2016 organizadas por la gestora de origen sudafricano Investec Asset Management, Michael Power, estratega jefe de la firma, revisó la situación actual de los mercados emergentes y las potenciales oportunidades y tendencias que pudieran darse en el futuro.
A Powers, la situación actual de América Latina le recuerda al clásico western protagonizado por Clint Eastwod, pudiendo definir tres categorías de países: el feo, que tristemente sería Venezuela, el malo, que corresponde a Brasil, sin que esto necesariamente signifique que haya sido un mal mercado para la inversión en los últimos meses, y el bueno, que serían básicamente los países que tienen su costa en el Pacífico: Chile, Perú, Colombia y México.
La tendencia regional más emocionante dentro del rubro de mercados emergentes es el ascenso de los tres “Indos”: Indonesia, Filipinas y el sub-continente indio. En comparación con China, estas tres economías ostentan una mejor demografía, menores salarios y una mejor productividad, por lo que tienen una mejor perspectiva de crecimiento en sus respectivos PIB que el gigante asiático. Por lo que muchos inversores están comenzando a tener en cuenta esta región como el nuevo motor de crecimiento.
La gran separación entre los productores de materias primas y economías centradas en la producción industrial sigue manteniéndose en los mercados emergentes. Al preguntarse sobre cuál de los dos modelos económicos tiene un poder de fijación de precios será más duradero en el largo plazo, Powers recuerda lo ocurrido en el último súper ciclo alcista en el precio de las materias primas: “A veces, en América Latina también brilla el sol, pero es más probable que el sol brille para las economías centradas en la producción industrial que para las economías dependientes de las materias primas, por lo que en largo plazo Asia tiende a ser la ganadora”.
Hablando de las monedas emergentes, Powers ilustra como la divisa de un país puede ser una fuente de destrucción o creación de valor, relatando el caso de Nigeria, una economía totalmente dependiente de las exportaciones del petróleo. Cuando el precio del crudo se encontraba a 150 dólares por barril, la divisa nigeriana cotizaba a niveles de 99 nairas por dólar, cuando el precio del crudo disminuyó por debajo de los 50 dólares, la divisa nigeriana tocó niveles de 361 nairas por dólar.
Con la llegada de la cuarta revolución industrial, al igual que en las anteriores revoluciones, las viejas energías mueren y una nueva nace. Así como en la primera revolución la energía de la máquina de vapor sustituyó a la energía animal, en esta cuarta, las energías renovables sustituirán al resto. La parte más interesante de las renovables, es que, una vez realizada la inversión inicial, el coste marginal de producción es prácticamente cero, lo que significaría que la energía y la extracción de agua podrían llegar a ser gratuitas.
La tecnología es el factor interno del cambio, la combinación de los factores externos e internos de cambio es lo que está creando una enorme incertidumbre. “En ocasiones, la gente se acerca y me pregunta: ¿En qué trabajo se deberían desempeñar mis hijos? Normalmente haciendo referencia a qué trabajo en el futuro estará más protegido de la irrupción de las máquinas, bueno… en el caso de un niño, recomendaría ser un cura, y en el caso de una niña, tal vez coreógrafa, eso va a ser prácticamente lo que quede disponible”, bromea Powers.
Cinco cuestiones que cambiarán el mundo
Según el estratega jefe de Investec, existen cinco cuestiones fundamentales que tienen profundas implicaciones en el mundo financiero. La primera de ellas sería una ruptura fundamental con el consenso logrado tras la caída del muro de Berlín, está duda si el modelo de capitalismo democrático ha entrado en un periodo de descomposición. La segunda es la deflación por defecto que aparece como resultado de la colisión de dos mundos: una clase media asiática más barata que vende a un menor precio a una clase media occidental más cara. La tercera es el efecto disruptivo de la entrada de nuevas tecnologías, que destruye más trabajos que los nuevos que crea, y añade presiones deflacionarias.
Como cuarta cuestión, Powers aborda como el flujo de comercio libre, amenaza al trabajo y al capital, la ventaja comparativa de David Ricardo, podría haberse convertido en absoluta. Por último, en quinto lugar, Powers se pregunta si el reinado de la elite que cada año se reúne en Davos está en peligro, si dejarán de reunirse los multimillonarios para instruir a los millonarios sobre el pensamiento de la clase media.
¿Cómo posicionar las carteras de inversión en el siglo XXI?
En renta variable, la apuesta en el largo plazo es por calidad, diversificando geográficamente y en sectores. En renta fija, el objetivo de preservación de capital suele significar deuda soberana, en un entorno de bajos tipos de interés, ¿cuánto más pueden bajar los tipos? ¿qué tan negativos pueden llegar a ser? La mayor parte del rendimiento se conseguirá a través del posicionamiento en divisas. Entre tanto, la deuda de mercados emergentes aporta un buen carry.
En bienes raíces habrá que enfocarse en el alto crecimiento de ciudades globales, algunas ciudades son más atractivas que otras. En materia de liquidez, hay que ser extremadamente cauteloso con la divisa que se escoge, las mayores pérdidas en capital suelen ir de la mano de la depreciación de una moneda.
Los family offices están reclutando ahora el mejor talento de las empresas de negocio para ponerlo a disposición de las familias de alto patrimonio, con una comisión mucho más alta, pero justificada pues los retornos serán superiores. El pensamiento alternativo tomará una mayor importancia para proteger el patrimonio, para crear alfa y para gestionar activamente el capital. La liquidez deberá ser sacrificada para obtener mayores rendimientos. Para finalizar, Powers se plantea qué sería lo peor que pudiera pasar, sin duda, el retorno de la inflación: “Si la inflación vuelve al sistema, va a causar verdaderos estragos”.