Un año más, Inversis repasó en su evento Claves las principales tendencias que marcarán los próximos doce meses. Tal y como destacó Salvador Martín, director general adjunto de Banco Inversis, “en esta ocasión nos encontramos con factores que hacen de 2018 un año más interesante que el pasado”. MiFID II, el horizonte de subida de tipos de interés en las economías desarrolladas y el protagonismo de los bancos centrales son para Inversis algunos de estos factores.
Según explicó Ignacio Muñoz-Alonso, estratega jefe de Inversis, estamos ante un momento dulce macroeconómico que no tiene precedentes y poco tiene que ver con lo vivido previamente a la crisis. “La expansión económica ha sido muy llamativa por su sincronización. Es cierto que el crecimiento podría moderarse ahora, en particular en China; pero los mercados emergentes seguirán creciendo y acortando las distancias con los países desarrollados. Además, no hay en el horizonte factores importante de desestabilización o riesgo, como por ejemplo fueron los riesgo políticos del año pasado”, explica.
Esta buena previsión para 2018 también afecta a España. La entidad, que pertenece a Banca March, considera que nuestro país estará en la “tabla alta” de la media de los países europeos a pesar de la situación política en Cataluña, que tardará en resolverse.
También considera que Estados Unidos tiene margen para seguir creciendo. Pese a estar sumergido en uno de los ciclos más largos de su historia, Muñoz-Alonso considera que “la recuperación puede mantenerse durante un periodo de tres a cinco años”. Este análisis le aleja de la perspectiva de una recesión a corto plazo.
Asignación de activos
Según Muñoz-Alonso la inflación y la política de los bancos centrales serán fundamentales este año. Cómo evolucionen ambos dictará los movimientos de las carteras a la hora de elegir los activos. Por ahora Inversis sigue apostando por la renta variable, en particular la europea.
“El crecimiento en Europa ha sorprendido y creemos que continuará en todos los países, incluido España; en este sentido Italia es un único país rezagado. A esto se le suma que el empleo ha mejorado y se ha reactivado el consumo interno, que junto con la inversión serán los protagonistas del crecimiento. Respecto a las bolsas europeas, destaca su atractiva valoración y la previsión de buenos resultados empresariales”, explica.
El sector energético, financiero y tecnológico son los tres sectores sobre los que se muestran más optimistas. Eso sí, advierte que durante este año será necesario cubrir el riesgo de divisas en las cartera; una lección aprendida después de la fuerte depreciación que vivió el dólar en 2017. En cambio, en renta fija, Muñoz-Alonso apunta a la deuda de los mercados emergentes como principal oportunidad y aconseja mantenerse alejado del high yield estadounidense.
Panel de expertos
Durante el papel de expertos del evento destacó el análisis de Brian Tomlinson, gestor senior de renta fija global de Allianz Global Investors, quien insistió que la clave para las carteras en 2018 es entender bien en qué punto del ciclo estamos. “Creo que estamos en un momento en que la curva de rendimientos de Estados Unidos se empieza a aplanar, podría tardar aún dos años en estar totalmente plana. Si analizamos qué significa históricamente esto, vemos que este aplanamiento siempre ha sido preludio de una recesión; momento en el cual la curva se invierte”, argumenta Tomlinson.
Por su parte, los otros dos expertos en renta fija que participaron en este papel, Charles Zerah, gestor global de bonos de Carmignac Risk Managers, y Andrea Iannelli, director de inversiones de Fidelity Internacional, coincidieron en destacar el gran peso que tendrán las decisiones de los bancos centrales en el mercado. “La sincronización de la política monetaria global es un evento que el mercado ya está descontando. La reducción de los balances de los bancos centrales supondrá, a corto plazo, una menor liquidez y una baja dispersión”, apunta Zerah.
En el papel de renta variable, los ponentes coincidieron en señalar el potencial que tienen los mercados emergentes, en particular el mercado asiático. “Los motivos para ser positivos respecto a los países emergentes son: un crecimiento macroeconómico fuerte y menos dependiente de Estados Unidos; unas ganancias empresariales crecientes; unos fundamentales más sólidos que en 2017, y por último, una fuerte participación de los inversores locales en la industria de los fondos”, apunta Sean Taylor, jefe de inversión de renta variable emergente de Deutsche Asset Management.
Además sus compañeros de panel, Richard Clode, gestor de carteras de renta variable tecnológicas de Janus Henderson Investors, y Bill Stoops, jefe de inversiones de Dragon Capital, insistieron en que no sirve cualquier nombre, sino que será necesario ser muy selectivo para lograr rentabilidades atractivas a un riesgo ajustado durante este año en los mercados emergentes.