La crisis económica y financiera por la que atravesamos es una crisis de confianza. Pero sobre todo se debe a la ausencia de ética en el ámbito de los negocios, es decir, al incumplimiento y no aplicación de buenas prácticas de gobierno en la economía y en particular en las finanzas, defendió Maya El Kouhri, gestora del fondo Groupama Credit Euro ISR en un reciente evento en Madrid.
En su opinión, la gestión tradicional de activos se ha basado en prever evoluciones futuras de los valores en función del análisis financiero de sus resultados y balances. “Como sabemos, la teoría de mercado eficiente nos indica que el precio de los activos negociados en los mercados financieros refleja toda la información conocida por los miembros del mercado y todas las creencias de los inversores sobre el futuro. Esta hipótesis implica que no es posible lograr de forma consistente superar los resultados del mercado excepto a través de la suerte o de la información privilegiada”.
Sin embargo, la experiencia muestra que es posible batir consistentemente al mercado si la metodología de inversión es lo suficientemente sólida como para poder identificar patrones que el resto del mercado desconoce, tal y como algunos gestores de reconocido prestigio han logrado a lo largo de los años.
“Hasta ahora, únicamente hemos hablado de análisis financiero, pero ¿qué ocurriría si pudiéramos incluir a nuestra toma de decisiones un análisis extra-financiero que permitiera tener información complementaria a aquella que nos muestran las cuentas de resultados y los balances?”
La gestora, que se pregunta si podemos encontrar una fuente adicional generadora de alpha más allá del análisis financiero de las compañías, defiende la inversión socialmente responsable.
“La gestión ISR, lejos de ser una rémora en las rentabilidades, pretende integrar el análisis no financiero dentro del análisis financiero tradicional, a través de tres parámetros: medioambiental, social y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés). Esto nos proporciona información adicional de cómo está dirigida una empresa, cómo trata a sus empleados, al entorno, etc, y por tanto, cómo esto influirá positivamente en sus resultados a medio y largo plazo”.
“Desde Groupama AM pensamos que hoy más que nunca, y en el futuro, integrar el análisis extra-financiero en el análisis financiero nos va a ayudar a tomar mejores decisiones de inversión, ya que tener en cuenta aspectos medioambientales, sociales y de buena gobernanza nos va a permitir identificar potenciales riesgos y oportunidades en nuestras inversiones”.
La experta explicó el proceso en el fondo RF Crédito. “Lo que hacemos es privilegiar los emisores que adoptan las mejores prácticas y excluimos los peores. Para ello combinamos dos enfoques, uno cuantitativo (calificar los emisores por prácticas medioambientales, sociales y de buen gobierno) y otro cualitativo (reafirmar/degradar el rating cuantitativo). El análisis cuantitativo proporciona una nota comprendida entre 0 y 100, y el gobierno corporativo es central en nuestra estrategia, pesando un tercio de la nota final”.
De este modo, el rating ISR de la cartera es estructuralmente superior al del benchmark, lo que puede ayudarles a generar mejores retornos futuros.