El diferencial de PER entre las acciones de Estados Unidos y las de Europa se encuentra actualmente en su nivel máximo de los 30 últimos años, en términos ajustados por la fase del ciclo. Esto coloca los títulos del Viejo Continente en zonas muy interesantes, sobre todo en comparación con los estadounidenses, que presentan una prima de valoración récord, explica el último Investment View de ING Investment Management (ING IM).
Sin embargo, los expertos de la firma advierten que esta situación está abocada a cambiar, dada la buena campaña de publicación de resultados del tercer trimestre registrada en Europa, donde los casos en que el beneficio neto ha batido las expectativas han registrado su nivel máximo desde el primer trimestre de 2011. Las sorpresas al alza en lo que respecta a las ventas también han alcanzado su cota más alta desde el primer trimestre de 2012, siendo positivas por vez primera en cinco trimestres.
Hay que tener en cuenta, dice ING IM en su análisis, que los beneficios en Europa siguen estando un 30% por debajo de su máximo anterior marcado en 2007, mientras que los beneficios estadounidenses se sitúan un 20% por encima del máximo precedente. ING IM afirma que esta diferencia se estrechará conforme el BCE mantenga una política acomodaticia y la depreciación del euro contribuirá al crecimiento del volumen de negocio de las empresas en Europa.
Las acciones de la zona euro se han desplazado a la zona más asequible de su valoración razonable, después de haber experimentado un comportamiento extraordinariamente mediocre en 2014, anotándose una rentabilidad, en dólares estadounidenses, un 22% inferior que la de EE.UU. Actualmente cotizan a precios menores que los registrados en los momentos de máxima tensión de 2012, cuando la desintegración de la zona euro era casi el escenario base.
Nicolas Simar, responsable de Renta Variable Value de ING Investment Management, considera que Europa ofrece grandes oportunidades de comprar acciones con una alta retribución al accionista, que reparten unos dividendos que siguen siendo elevados en términos comparativos. Las rentabilidad por dividendo de las acciones europeas es muy superior al rendimiento de los bonos; por ejemplo, el diferencial de rendimiento real entre los dividendos europeos y el rendimiento de la deuda pública alemana continúa estando en el 90% del nivel alcanzado en el apogeo de la crisis financiera mundial en septiembre de 2008.
“Concretamente, preferimos el crecimiento de los dividendos en esta fase del ciclo, manteniendo posiblemente una inclinación en favor de los dividendos cíclicos, como los de los sectores bancario, de materiales y medios de comunicación, frente a los dividendos defensivos. Estos últimos dividendos están sobrevalorados, impulsados por los reajustes al alza de los múltiplos de los sectores farmacéutico, inmobiliario y de telecomunicaciones. Los bancos europeos constituyen el mejor ejemplo de crecimiento futuro de los dividendos, sobre todo después del Análisis de Calidad de Activos llevado a cabo por el Banco Central Europeo”, concluye Simar.