En la agenda de esta semana, junto con el encuentro del G7, la cita más relevante es la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que empieza hoy. Aunque no se esperan cambios en su política monetaria, al igual que ocurrió la semana pasada con la del BCE, los primeros análisis indican que lo más importante será conocer las nuevas perspectivas macroeconómicas y sobre todo posibles pistas sobre su estrategia acerca del tapering.
En opinión de Javier Molina, portavoz de eToro en España, Jerome Powell, presidente de la institución monetaria, no se puede sugerir el inicio del tapering. “Las palabras de Jerome Powell serán fundamentales y se reflejarán rápidamente en las expectativas de los tipos de interés. Desde la última reunión del FOMC, la inflación ha subido más de lo previsto, y la lectura más reciente del índice de precios al consumo ha sido del 5% interanual. Además, las dos últimas encuestas mostraron datos peores de lo esperado sobre el crecimiento de los salarios y una economía estadounidense que aún no ha recuperado unos 7,5 millones de trabajadores de los niveles anteriores a la pandemia”, explica Molina.
Por el momento, la Fed ha mantenido un discurso tranquilo respecto a la inflación y, en consecuencia, cauto. Este aumento de la inflación se debe, en parte, a una recuperación técnica de los precios bajos de hace un año. Pero en medio del gran estímulo fiscal, los riesgos de sobrecalentamiento aumentan en Estados Unidos. Las ofertas de empleo han alcanzado máximos históricos y algunos sectores han experimentado una presión salarial al alza, lo que apunta a la escasez de mano de obra.
“La Fed asume que las presiones sobre los precios derivadas de los cuellos de botella y las limitaciones de la cadena de suministro serán transitorias, pero los inversores no están tan seguros. Por ahora, la Reserva Federal considera que incluso hablar de la reducción de sus compras mensuales de bonos por valor de 120.000 millones de dólares es prematuro. Pero las actas de la reunión de abril mostraron las primeras grietas en el FOMC”, indica Thomas Hempell, jefe de análisis macro y de mercado de Generali Insurance AM.
Teniendo esto en cuenta, Hempell espera que esta reunión de junio sea bastante tranquila, pero apunta que es posible que la Fed empiece a discutir el tapering en Jackson Hole en agosto. “Tras el repunte de la inflación en primavera, esperamos que la recuperación del empleo se acelere durante el verano, lo que repercutirá en la postura de la Fed”, añade.
Tiffany Wilding, la economista en EE UU de PIMCO, coincide en que Powell podría plantear la idea de reducir las compras de bonos en la reunión de septiembre. “Aunque nuestro escenario base sigue siendo que el tapering se anuncie en la reunión de diciembre, pensamos que la Fed podría reflexionar antes de eso sobre la posibilidad de tapering en septiembre en caso de que la inflación sea más persistente de lo esperado, y quieran gestionar el riesgo de una aceleración no deseada de las expectativas de inflación”, apunta Wilding.
Desde Capital Group apuntan que el mercado ha adelantado las expectativas de subida de los tipos de interés, a pesar de ciertos factores deflacionistas a corto plazo, y recuerdan que Powell ha insistido en que la intención de las autoridades monetarias de mostrarse pacientes. “El conocido como diagrama de puntos, que resume las perspectivas de los tipos oficiales, señala que lo más probable es que los tipos de interés se mantengan estables a lo largo de 2023, lo que coincide con nuestras perspectivas. Powell ha afirmado que la Reserva Federal prevé un aumento transitorio de la inflación por encima del 2% este año, como consecuencia de efectos de base y del aumento de la demanda que favorecerá la reapertura de las economías. Con respecto al aumento de los rendimientos de los bonos, Powell ha señalado hasta ahora que lo que le preocuparía sería un endurecimiento desordenado o persistente de las condiciones financieras que pusiera en peligro los objetivos de la Reserva Federal. Sin embargo, las condiciones financieras continúan siendo extremadamente flexibles a pesar del brusco aumento de los rendimientos. De sus comentarios se desprende que la Reserva Federal no intervendrá a menos que se produzca un cambio en las condiciones”, concluyen.
La opinión de Yves Bonzon, del CIO de Julius Baer, abre una reflexión algo diferente: “Nuestra lectura es algo diferente. Estamos de acuerdo en que es deseable una reflación sostenible de la economía estadounidense y europea. Los tipos de interés cero o negativos son un signo de colapso de los rendimientos del capital. En última instancia, el sistema capitalista se ve socavado. Por lo tanto, unos tipos de interés y de inflación ligeramente más altos serían una consecuencia positiva de una inversión de las tendencias desinflacionistas o incluso deflacionistas con las que Occidente ha estado plagado desde principios de siglo. Por el contrario, unos tipos de interés más altos que sólo compensen una mayor inflación estarían asociados a un escenario de estanflación. En un contexto de desigualdad social récord, un aumento estructural de la inflación sin un incremento de la productividad, y por tanto de los salarios reales, afectaría cruel y desproporcionadamente a las rentas más bajas.”
Según Ambrose Crofton, Global Market Strategist en JP Morgan Asset Management, todas las miradas estarán dirigidas a los comentarios que haga la Fed sobre la evolución de la inflación. “Creemos que la Fed seguirá valorando que este aumento de la inflación es transitorio, de hecho, es demasiado pronto para comprobar esta hipótesis. Pero pensamos que se hablará del tapering en la medida que la Fed se cuestione si sigue siendo apropiado estar comprando 120.000 millones de dólares de activos al mes en un momento en el que la economía de EE.UU. va viento en popa”.
Para Gilles Möec, economista jefe de la gestora de fondos AXA Investment Managers, “a pesar de la naturaleza espectacular de la última cifra de inflación, el flujo de datos general debería ayudar al FOMC a mantenerse firme en su reunión del miércoles”, recalcando que“por el momento, la Fed puede mantener cómodamente su postura de cuatela”. De hecho, el experto de la gestora asegura que “mantener un ritmo significativamente elevado de compras de activos durante el verano tiene todo el sentido desde nuestro punto de vista en términos de gestión del riesgo y hay tres razones para justificar una situación de “esperar y ver” por parte de la Reserva Federal: 1) cómo pueden lidiar los mercados con lo que será un verano complicado para la Fed; 2) evaluar la fortaleza de la recuperación del consumo y 3) la evolución en el frente de la pandemia, ya que aún está en marcha la carrera entre la vacunación y las variantes”.
Por último, los expertos del equipo de Global Research de Bank of America destacan que “el mensaje de la Reserva Federal será el de la paciencia, haciendo hincapié en una política monetaria basada en los resultados y no en las perspectivas”. En su opinión, es probable que “el presidente Powell reconozca que se habla de hablar del ritmo de compras de activos, pero reitere que aún falta algún tiempo para que se produzcan nuevos avances sustanciales”.
En este sentido, Franck Dixmier, director de Inversiones Global de Renta Fija de Allianz Global Investor, advierte que el presidente de la Fed, Jerome Powell, podría cambiar el tono de su comunicación: su comentario reciente en el que “la Fed ni siquiera está pensando en pensar en la reducción gradual de la liquidez” ya no es apropiado en el contexto de una fuerte perspectiva de crecimiento.
“Con la recuperación del impulso del crecimiento, lo que brinda esperanza para el empleo en 2022, y en ausencia de presión por parte del mercado para reaccionar ante el aumento de la inflación, el contexto ha cambiado claramente. La Fed podría comunicar que ha comenzado a discutir un cambio futuro en su programa de compras. No esperamos un anuncio específico en la reunión de junio, pero sí más adelante en el año con una implementación de reducción gradual efectiva a principios de 2022.Esta reunión no debería afectar a los mercados, que se han preparado durante meses para el anuncio de una señal de tapering. Cualquier declaración de este tipo no sería una sorpresa; esta reducción será probablemente la más esperada de la historia”, matiza Dixmier.