Lo que ayer tildamos de tensión geopolítica, esta madrugada se ha convertido en un conflicto real en Europa. Los expertos se apresuran a analizar este riesgo para calcular su alcance en términos económicos y de mercado, sin olvidar que la población civil es la principal víctima.
Las bolsas mundiales han arrancado la jornada con fuertes caídas después de que Vladimir Putin, presidente de Rusia, haya iniciado una invasión militar en Ucrania. En concreto el Dax alemán y el Ibex iniciaron marcando caídas en torno al 4%, mientras que los futuros del Eurostoxx50 lo hicieron un 4,7%. Por su parte, Wall Street registró ayer una caída del 2% en su índice S&P 500, desplomes que hoy podrían repetirse y extenderse a otros índices relevantes como el Nasdaq. «La vuelta a la cotización del mercado japonés, tras el festivo del día precedente, provoca caídas próximas al 2% en el Nikkei y del 1,3% en el Topix, con las compañías de componentes electrónicos liderando los descensos en este último índice. Caídas más importantes en el caso de China, de nuevo provocadas por la incertidumbre geopolítica y que son superiores al 3% en el caso del Hang Seng de Hong Kong y próximas al 2% para el CSI 300 continental», añaden los analistas de Banca March.
«El ataque de Rusia en Ucrania, aunque muy previsible desde hace semanas, ha tenido como efecto en el mercado un inmediato incremento de la aversión al riesgo, que se está traduciendo en un fuerte rally de la deuda pública que actúa como activo refugio, y en una también fuerte caída de las bolsas, que probablemente se muevan hacia soportes relevantes, en una primera instancia”, comenta Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía. Además, el precio del barril Brent ha superado los 100 dólares y los diferenciales de crédito se amplían con fuerza. Por ejemplo, el de la deuda investment grade europea está en 75 y el del high yield en 388; y la deuda pública y el oro suben al actuar como activo refugio.
Las divisas también se están resentido por causa de esta acción militar. El euro/dólar tocó nuevos mínimos tras la noticia del ataque de Rusia, mientras el choque de estanflación de Europa del Este activó a los bajistas en el mercado. Por su parte, el rublo ha tocado su punto más bajo desde 2016, y el comercio se ha detenido en Moscú.
“Desde el empeoramiento de las tensiones entre Rusia y Ucrania, el euro ha estado operando ligeramente a la baja, pero el cambio en la comunicación del BCE desde la reunión de febrero le ha servido de red de seguridad. Sin embargo, la incertidumbre en torno a la situación actual significa que los riesgos tienden a la baja para el euro, especialmente porque la invasión ha aumentado los temores en torno al suministro de gas de Europa”, explican los analistas de Monex Europe.
En opinión de Javier Molina, portavoz de la plataforma de inversión en multiactivos eToro en España, viendo la reacción de los mercados, el riesgo Ucrania no estaba descontado. “El precio del petróleo puede escalar hasta los 110 dólares, el oro va camino de los 2.000 dólares y la incertidumbre permanecerá en el corto plazo. Ajustar la ponderación de las carteras, aumentar algo el cash y mantener el perfil de riesgo correcto, clave en estos momentos”, señala Molina.
Corrección, refugios y oportunidades
Según su último análisis, los activos con mayor exposición a la crisis ucraniana, como los ubicados en países vecinos, están sufriendo el mayor impacto, ya que las monedas CE-4 han caído más de un 1,5 % esta mañana, mientras que el rublo ruso cotiza más de un 7% a la baja. “Los índices bursátiles en estos países están mostrando mayores caídas, mientras que los futuros del gas natural europeo han subido más de un 41% ante el temor de que Rusia responda a cualquier sanción generalizada con prohibiciones de exportación de sus productos básicos a la UE. Mientras Rusia continúa su invasión a gran escala en un intento de desmilitarizar a Ucrania, la atención del mercado se focalizará únicamente en la respuesta de Occidente”, apuntan.
En opinión de Ignacio Fuertes, socio y director de inversiones de Rentamarkets, en este entorno de incertidumbre, los activos refugio, como son bonos del tesoro, se ven beneficiados por la aversión al riesgo que inunda a la comunidad inversora. “Después de la revisión de los precios que hemos vivido estos últimos meses en la renta fija por el ajuste de expectativas inflacionistas de los propios bancos centrales, los largos plazos de la deuda gubernamental serán uno de los activos que destaquen, especialmente en aquellas referencias con mayor calidad como son el bono alemán, el americano, el holandés o el francés, aunque hay que matizar que los bonos españoles también están mostrando un buen comportamiento. También destacarán los bonos ligados a la inflación, que se verán además beneficiados por las tensiones en materias primas (tanto energéticas como agricultura)”, afirma.
El peor de los escenarios se ha cumplido y, en línea con la valoración de los analistas de Monex Europe, el reto de una Rusia más beligerante ha devuelto una mayor cohesión y “objeto social” a la OTAN, señalan desde Mutuactivos. Y advierte que “la contundencia y cohesión, o la falta de ambos, con la que responda Occidente puede marcar en el futuro la presión que China se atreva a ejercer con Taiwán”.
Según, Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión y producto de Mutuactivos, destaca la presión que seguirá existiendo sobre los precios de la energía, lo que impedirá que la inflación caiga tan rápido como se esperaba, la posibilidad de que los bancos centrales pierdan margen de maniobra en política monetaria y los gobiernos, en política fiscal. “La UE necesita disminuir su dependencia energética de Rusia y compaginar este proceso con la descarbonización de la transición energética será difícil y costoso”, añade Dolz de Espejo.
Por su parte, Leonardo Pellandini, estratega de renta variable en Julius Baer, explica que el sentimiento de preocupación está impulsando la dirección de los mercados, lo que, en su opinión, llevará a una gran venta hoy, dado el aumento de la aversión al riesgo, que hará que los inversores deshagan posiciones abarrotadas en los mercados de renta variable y roten hacia activos más seguros.
“El impacto en los beneficios empresariales del S&P 500 y del Stoxx 600 es limitado, ya que los componentes de sus índices sólo obtienen una parte marginal de sus ingresos en Rusia y Ucrania. En lo que respecta a la renta variable rusa, que ya ha sufrido una importante caída desde principios de año (-18% a lo largo del año en el índice MOEX de Rusia), una nueva venta en el mercado bursátil local, teniendo en cuenta el escenario de la guerra, podría llevar a un rendimiento aún más bajo, del orden del 15% al 20%, en nuestra opinión”, señala Pellandini.
El experto destaca que “mientras que la economía de EE.UU. puede considerarse presumiblemente protegida de un impacto negativo en la economía de Rusia, que representa sólo el 1,3% del PIB mundial, dado que el país es más independiente también hacia el espacio energético, la eurozona podría ver consecuencias diferentes”. Rusia representa, aproximadamente, el 10% de la producción mundial de petróleo y el 41% de las importaciones europeas de gas: dependiendo de la severidad de las sanciones impuestas, veremos diferentes resultados en los mercados de valores europeos.
Movimientos políticos, consecuencias económicas
Todos los análisis de las últimas semanas indicaban que el primer paso que dará Occidente será la aprobación de sanciones económicas para Rusia. Sobre ellas Stephanie Kennedy, analista de economía en Julius Baer, explica que, hasta ahora, las sanciones occidentales en respuesta a las últimas agresiones han sido relativamente suaves. Sin embargo, afirma que, a diferencia de conflictos anteriores, se ha producido una respuesta concertada y más rápida.
“Si Rusia no retrocede, se impondrán más medidas, un escenario que ahora parece bastante probable. Por lo tanto, es probable que el aumento de las tensiones entre Occidente y Rusia, junto con nuevas sanciones y la flexión de los músculos, mantengan una alta presión sobre el rublo en los próximos meses. A más largo plazo, esperamos que los acontecimientos políticos vuelvan a quedar en un segundo plano, pero los vientos en contra derivados de la bajada de los precios de la energía deberían convertirse en una fuerza motriz”, afirma Kennedy.
Por ahora, la Unión Europea ha preparado y anunciado una batería de sanciones con el objetivo de «limitar la capacidad» de la economía rusa para reducir su impulso militar. Sin entrar en detalles, Ursula Gertrud von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha indicado que estas sanciones están orientadas a limitar el acceso de Rusia a los mercados financieros y se centrarán en sectores clave como, por ejemplo, el tecnológico.
En opinión de Gregor Hirt, Global CIO Multi Asset de Allianz Global Investors, esta situación pone al BCE en una situación difícil respecto a las decisiones de política monetaria que tiene sobre la mesa. “Las cifras de inflación ya están en niveles récord, lo que había llevado a los mercados a especular con una subida de los tipos de interés este año. Sin embargo, un aumento de los precios de las materias primas es, de hecho, un impuesto sobre la producción y el consumo que afectaría negativamente al crecimiento. Así pues, aunque las tasas de inflación podrían seguir subiendo, el BCE podría adoptar una postura más bajista por el momento. En general, el aumento de los precios de las materias primas se traducirá en un menor crecimiento mundial y Europa será probablemente la región más afectada”, comenta Hirt.
Gestión de la incertidumbre y la volatilidad
Mientras el mundo y los mercados digieren este nuevo conflicto militar, desde Fidelity invitan a los inversores a “mirar más allá del ruido” y no dejarse arrastrar por él. “La volatilidad bursátil es una parte inevitable e indisociable de la inversión y es el resultado de las reacciones (excesivas) de los inversores a los cambios económicos, políticos y empresariales. La mentalidad es clave: cuando estamos preparados desde el comienzo para los episodios de volatilidad, tenemos más probabilidades de reaccionar racionalmente y seguir centrados en nuestros objetivos a largo plazo”, recuerdan desde Fidelity.
Para Johanna Kyrklund, directora de inversiones de Schroders, las crisis anteriores han demostrado que lo que más odian los mercados es la incertidumbre y por eso insiste en que mantener la «cabeza fría» es importante. «Ahora que Rusia ha invadido Ucrania, nos hemos acercado un poco más al pico de incertidumbre y al terreno de las malas noticias reales. Tras el estallido del conflicto, los inversores ya pueden descontar con más facilidad el impacto de las noticias en los precios de los activos, incluso si las consecuencias son negativas», explica Kyrklund.
En su opinión, ahora la principal fuente de incertidumbre es cómo reaccionarán los ucranianos y las potencias occidentales. «Se supone que la respuesta será el endurecimiento de las sanciones. Pero también está la cuestión de si en algún momento Occidente estará dispuesto a intervenir militarmente. Así que no creemos que hayamos alcanzado todavía el pico de incertidumbre. En este momento, no recomendaríamos intentar predecir cuándo el mercado va a tocar suelo, al menos hasta que veamos qué pasa tras el fin de semana», añade.