En este entorno mundial, centrarse en las valoraciones y los fundamentales (o invertir a la vieja usanza, si se prefiere) debería cobrar más importancia con respecto a años anteriores, cuando los mercados contaban con el respaldo de una abundante y creciente liquidez. Este es el consejo del equipo de el equipo de Columia Threadneedle Investments de cara sus perspectivas de 2017.
La gestora, que espera un repunte de precios en las materias primas, recuerda que la escalada de lascommodities entre 2009 y principios de 2011 obedeció principalmente a la expansión cuantitativa en Estados Unidos y los estímulos de China. Es precisamente esta expansión cuantitativa la que ha enviado a los productores la señal errónea de seguir invirtiendo, lo que se ha traducido en una sobrerreacción en los precios que ha obligado a los productores a cerrar minas y pozos de petróleo.
“A su vez, eso ha estimulado la demanda y nos lleva a ser más optimistas sobre las materias primas de cara a este año. Los precios de las commodities se han mantenido en cotas bajas los dos últimos años, lo que ha supuesto un estímulo para los consumidores derivado del abaratamiento del petróleo en los mercados desarrollados y de unos alimentos a precios asequibles en los emergentes. Estos precios podrían estar ahora listos para subir”, cree Mark Burgess, director de inversiones para EMEA y director global de Renta Variable.
Las perspectivas de crecimiento resultan más favorables para los emergentes y, dado el agotamiento de la política monetaria y la creciente revolución populista, no es descartable una expansión fiscal, estima Burgess. “No cabe duda de que los estímulos fiscales en forma de proyectos de construcción de infraestructuras benefician a las materias primas e incluso sin el infame muro no faltarán proyectos en Estados Unidos y otros países que impulsen al sector”, analiza.
Como señaló Walt Whitman: «El futuro no es más incierto que el presente». De ser así, 2017 será un año volátil en el que los mercados asimilan las promesas y políticas fomentadas por los políticos. “La incógnita es si se producirá el tan esperado vuelco y el retorno a los niveles anteriores a la crisis. Dicho esto, ha llegado la hora de aceptar que podría haber un nuevo paradigma. En cualquier caso, la volatilidad en los mercados constituye una oportunidad perfecta para la gestión activa”, concluye.