¿Hasta dónde llegará la inflación?, ¿tiempo para el tapering ordenado?, ¿veremos el fin del COVID-19 los próximos 12 meses? Imantia, gestora de fondos de inversión y pensiones que basa su negocio en la experiencia (40 años del equipo gestor), la innovación (gran componente de digitalización) y el control de riesgos, presenta los tres principales drivers que condicionarán la economía y las finanzas en 2022.
Según Francisco Sainz, director de Inversiones de Imantia, asistiremos a un avance de un ciclo expansivo, con un crecimiento más normalizado y presiones inflacionistas continuadas. El incremento de los precios de la energía y el estrangulamiento de las cadenas de producción han sido los primeros catalizadores de la presión inflacionista en 2021. No en vano, la vuelta de las cadenas de producción a los países de origen está suponiendo un aumento de costes y, por tanto, una mayor inflación.
Esta podría trasladarse a los salarios en determinadas economías como Estados Unidos “En el caso americano estamos viendo presiones inflacionistas generalizadas que se extienden a salarios. Podría ser que la inflación fuera menos transitoria y que se moviera en el contexto el 3,5% y 4%”, explica Sainz.
Respecto al caso europeo, existe menor tensión, de modo que los efectos base harán que a partir de la segunda parte del año la inflación comience a ceder y se sitúe entre un rango del 2% y 2,5%.
Es así como el fuerte repunte de la inflación y la reactivación del crecimiento hace que, a nivel global, veamos un tensionamiento de las políticas monetarias, segundo driver que condicionará los mercados en 2022.
Los bancos centrales afrontarán un ciclo robusto con inflación al alza en el que la clave será el ritmo de retirada de compras, el timing de las subidas de tipos y, especialmente, la comunicación de los siguientes pasos.
Las economías emergentes se están viendo obligadas a subir tipos de interés. Los principales banqueros centrales en Estados Unidos y Europa tendrán un ritmo más progresivo, ligado a una política de comunicación “por mercado”, estiman desde Imantia.
Como tercer driver vuelve el coronavirus. Solo el paso del tiempo mostrará si la vacuna sigue siendo efectiva en los países desarrollados, mientras en los países emergentes continuará siendo clave el ritmo de vacunación. El próximo año las incertidumbres serán: el timing de la tercera dosis, nuevos confinamientos por parte de los gobiernos y nuevas variantes del coronavirus, especialmente preocupantes en los países emergentes.
¿Qué escenarios contempla Imantia?
En primer lugar, un escenario central (75% de probabilidad). Una fase final del ciclo con crecimiento global del 4,5%, por encima de los niveles promedio del 3,5%. Con bancos centrales normalizando sus políticas monetarias a diferente ritmo y muy centrados en la reducción de compras; una inflación al alza, pero con diferente evolución en Estados Unidos y Europa. En este entorno, ganancias de un dígito en bolsa apoyada por el crecimiento de beneficios y no por la expansión de múltiplos. Según Imantia, las bolsas desarrolladas lo harán mejor que las emergentes y Europa mejor que Estados Unidos.
Un escenario positivo (15% de probabilidad). Una retirada más lenta de lo esperado en los estímulos podría ser positiva para el mercado, que se beneficiaría de la elevada liquidez existente.
Un escenario negativo (10% de probabilidad). Supondría la vuelta a la más dura realidad. Si la inflación sigue subiendo y se traslada a los salarios, los bancos centrales quedarían en entredicho cuestionándose su credibilidad. Por otra parte, si las vacunas pierden efectividad, se verá con qué grado de tolerancia a los brotes responden los gobiernos y sus efectos en la movilidad.
Previsiones para 2022
Imantia considera que la lenta subida de los tipos de interés y un crecimiento de beneficios, en línea con sus medias históricas, deberían ser entorno favorable para las bolsas mundiales. “La menor probabilidad de expansión de múltiplos y los riesgos derivados de la retirada de estímulos limitan el potencial alcista. Preferimos bolsas desarrolladas y, dentro de estas, la bolsa europea”, matiza el director de Inversiones de la gestora.
Además, Sainz explica: “Nos gusta la renta variable europea tras el excelente comportamiento mostrado en 2021, pensamos que Europa será una de las áreas con mayor potencial gracias al impulso de los planes de estímulo, un entorno de tipos más estables frente a Estados Unidos y su exposición a mercados emergentes. Todo ello, unido al atractivo de su rentabilidad por dividendo frente a bonos, servirán de soporte a unas valoraciones ajustadas, pero no exigentes”.
Por sectores, Imantia considera que el sector financiero vuelve a ser uno de los que posee más atractivo, beneficiario del mayor dinamismo económico, la normalización de tipos de interés, al tiempo que sale de la crisis con una situación reforzada de capital que le permitirá retomar la remuneración a los accionistas (dividendos y recompras de acciones). Todo ello con unas valoraciones que se mantienen por debajo de sus medias históricas.
Otro de los sectores ganadores será el consumo discrecional, con mayor incremento esperado de beneficios gracias a la normalización de las cadenas de suministro, la recuperación de las economías emergentes según avance el proceso de vacunación y el impulso al consumo privado de los planes de estímulo y de los elevados niveles de ahorro.
Por último, Imantia destaca que a pesar de la notable recuperación de los precios del petróleo hasta niveles prepandémicos, el sector energético no lo ha recogido en las cotizaciones, siendo un claro beneficiario de un entorno macro normalizado y con el soporte de unas valoraciones en mínimos y una remuneración a los accionistas reforzada por la elevada generación de flujos de caja.
Por el contrario, a nivel sectorial Imantia apunta que sigue viendo potencial limitado a las utilities frente a la amenaza regulatoria, consumo estable y farma. Sectores bond proxies que, en un entorno inflacionista y con los temores de tipos al alza, ven limitado su atractivo por elevados endeudamientos y beneficiado por un flujo inversor amparado por los bancos centrales a pesar de unas valoraciones exigentes.
Respecto a la renta fija, desde Imantia prevén que «nos aproximamos a un cambio de tendencia en las curvas de tipos, habida cuenta del riesgo de inflación al alza y de la progresiva retirada de estímulos». Este entorno de subida de tipos junto a las ajustadas valoraciones del crédito corporativo, configuran un entorno complicado. La rotación de cartera y la gestión activa serán claves en 2022 para obtener rentabilidades positivas.