Según apunta John Bennett, responsable de renta variable europea de Henserson Global Investors, Europa sigue siendo el chivo expiatorio: la economía se encuentra en un estado pésimo, los políticos no están a la altura (un problema a escala mundial) y existen serios problemas en los mercados financieros. En esta entrevista, Bennett explica cómo prefiere centrarse en la microeconomía e identificar oportunidades interesantes por sector o por valores, en vez de acontecimientos geopolíticos en los que no se puede influir y que podrían o no ser un factor.
¿Qué lecciones ha extraído de 2014?
Durante mucho tiempo, consideraba que vivimos en un mundo en el que se invertía aprovechando los momentos de dinamismo de los mercados. Los inversores no logran anticipar los puntos de inflexión: les gusta salir al encuentro una vez han sucedido. Esto se refleja en la cantidad de tiempo que la gente pierde de un trimestre a otro, centrándose en el beneficio por acción (BPA) como indicador de las perspectivas de una empresa. Esta desacertada tendencia se inició en Estados Unidos. Desde mi punto de vista, la manera para conseguir una ventaja competitiva es ignorar este factor y centrarse en lo que de verdad importa: el flujo de caja. Siempre me fijo en el flujo de caja, porque el efectivo es una apuesta segura, al igual que el valor.
El año 2014 también nos servirá de recordatorio de por qué (con la excepción de algunos países nórdicos) es preferible tomar posiciones en corto o negociar títulos de bancos europeos, manteniendo los valores en este sector durante un periodo breve. Este sector ha resultado ser una inversión decepcionante desde mediados de la década de 1990 y lo sigue siendo en mercados estructuralmente bajistas, con repuntes breves y pronunciados.
¿Dónde cree que estarán las oportunidades más interesantes en 2015 dentro de la renta variable europea y cuáles serán los mayores riesgos?
Considero que las empresas de gran capitalización presentan las mejores perspectivas en Europa y los inversores están dispuestos a pagar un precio más alto por compañías de calidad en las que perciben una fuente de rentas asegurada. Por sectores, mantenemos intacto nuestro sólido compromiso, en ocasiones a contracorriente, con el sector farmacéutico, mientras que la temática de «automóviles inteligentes» ha sido una constante desde hace dos años.
En los últimos meses nos hemos posicionado principalmente bajistas en los sectores de las telecomunicaciones y de los suministros públicos, dos áreas que pueden presentar oportunidades en 2015. La especulación en materia de fusiones y adquisiciones ha propiciado un repunte en el sector europeo de las telecomunicaciones y esperamos que experimente una mayor consolidación en el futuro. El argumento de inversión en el sector de los suministros públicos está condicionado por la delta: la tasa de variación que vemos en el sector. Priorizamos Alemania, cuyos balances están mejorando y los obstáculos políticos están disminuyendo.
¿Europa, está mejor o peor que hace un año?
En Europa el mercado alcista parece estar bajo presión y, sin un aumento del crecimiento de los ingresos que conduzca a un incremento de los beneficios, sólo es posible que se dé un repunte en los mercados de renta variable a través de una expansión de los múltiplos de la ratio precio/beneficio. Es probable que la actividad de fusiones y adquisiciones mantenga su atractivo, y también podría acelerarse. A corto plazo la incertidumbre de los inversores ha aumentado y el mercado sigue mostrando nerviosismo, mientras la deflación continúa siendo un peligro real y palpable. El Banco Central Europeo está claramente intentando apoyar a la zona del euro y en 2012 pudimos comprobar que su labor puede ser de gran ayuda. No obstante, la renta variable estaba más barata por aquel entonces, y nos encontrábamos en una fase anterior del ciclo.
Creo que en 2015 podría darse un repunte considerable de la volatilidad, por lo que los inversores deberían prepararse para unos mercados con turbulencias. Por ello creo que la selección de activos es tan importante. Entendiendo los puntos fuertes y débiles de las empresas podemos intentar estar mejor posicionados en el mercado general, tanto en tiempos prósperos como en épocas peores.