El inicio de 2017 ha marcado un punto de inflexión interesante para los inversores conscientes del valor, especialmente los que se centran en Europa. La rotación de sectores que se hizo evidente durante buena parte de 2016 ha cobrado impulso en los últimos meses del año, situándo a los bancos (ejemplo máximo de la destrucción de valor desde hace tiempo) en primera posición y al sector sanitario a la cola. Esto se vio acentuado por el debate sobre si el Banco Central Europeo comenzaría o no a retirar paulatinamente su programa de expansión cuantitativa en respuesta a los indicios de acumulación de presiones inflacionistas.
Pero, ¿qué significa esto para los inversores? El encargado de responder a esta pregunta Nick Sheridan, portfolio manager del Henderson Horizon Euroland Fund. “El cambio desde el estilo “value” en sustitución del estilo “growth” obedece a múltiples razones, aunque en general se debe a tres factores:
- El auge del populismo, que ha ejercido presión en los políticos de turno para relajar sus programas de austeridad.
- La perspectiva de que se adopten estímulos fiscales a largo plazo.
- El deterioro estructural de los mercados de renta fija provocado por el exceso de posesión, unido a las subidas potenciales de los tipos de interés y la inflación”.
¿Cuáles son los principales riesgos en Europa?
Sheridan explica que el aspecto más visible de estos tres factores principales es la política. “Los inversores siempre se mueven entre la codicia y el temor en lo que respecta a títulos específicos, especialmente en periodos de incertidumbre. Está previsto que se celebren elecciones en distintos países de Europa durante 2017, en un contexto de agitación populista, entre ellos en los Países Bajos (marzo), Francia (abril y mayo) y Alemania (septiembre)”, afirma.
Y si tenemos en cuenta los sucedido con el Brexit y Trump, está claro que el mercado está nervioso por lo que pueda pasar. Hay mayor volatilidad, aunque sea por un periodo corto. El gestor de Henderson recuersa que el proceso de Brexit sigue siendo en sí mismo un factor a tener en cuenta porque la firma prevé que Reino Unido sufra por la transferencia de puestos de trabajo de alto margen y basados en el conocimiento.
Entonces, ¿vuelve Europa a ser el centro de atención del mundo?
“Europa, y concretamente la eurozona, podría representar la oportunidad de inversión contracorriente más interesante de 2017. Observando el ratio de precio/beneficios (PER) de Shiller se aprecia el elevado interés que presenta la región en relación con otros importantes mercados, especialmente Estados Unidos”.
Con estos datos el veterano gestor cree que se puede aducir que la renta variable estadounidense se merece tener una calificación más alta que su homóloga europea, porque ofrece a los inversores una rentabilidad del capital mucho mayor.
Pero aunque esto es cierto, Sheridan recuerda que una parte de ello se fomenta artificialmente mediante el uso de bonos para retirar acciones.
¿Y si los tipos de interés comienzan a subir?
“Esto probablemente se moverá a la inversa, lo cual perjudicaría a las empresas estadounidenses cuando el incremento de la deuda haya rebasado la tasa de crecimiento de los beneficios. Desde el punto de vista de los beneficios, Europa sigue situándose muy por detrás de EE.UU, aunque en un mercado cada vez más orientado hacia el value, los inversores se preguntan si la región tiene suficiente potencial para alcanzarlo”, analiza.
En resumen
Para el portfolio manager de Henderson, en Europa, es previsible asistir a una recuperación económica, junto a medidas de estímulo del gobierno y por consiguiente, las rentabilidades de los bonos podrían menguar, un proceso que ya ha comenzado. Esto podría propinar el impulso que Europa necesita.
“Las regiones como Japón y Europa, tradicionalmente mercados con más peso en value, tienden a comportarse bien durante periodos de reflación global. Si esta tendencia continúa, Europa podría volver a tener su momento de gloria”, concluye.