Glen Finegan, responsable de renta variable de mercados emergentes de Henderson, considera que adoptar un enfoque de inversión a largo plazo sensible al riesgo que se centre en las tendencias de los fundamentales de una empresa es más importante que tratar de predecir las fluctuaciones de la economía en general.
¿Qué lecciones han aprendido de 2016?
En 2016 se ha constatado nuestra tesis de que comprender las tendencias de los fundamentales que presenta una empresa permite predecir con más exactitud su valor patrimonial, comparado con tratar de predecir las fluctuaciones de la economía en general.
Este año también ha salido reforzada nuestra opinión de que es importante no poner en riesgo la calidad, además de mantener una visión a largo plazo y aplicar una estricta disciplina a la hora de examinar las valoraciones.
Los mercados emergentes pueden ser más volátiles que sus homólogos desarrollados, y estamos convencidos de que esta característica exige adoptar un enfoque de selección de títulos sensible al riesgo que tenga como objetivo no solo conservar el capital sino también incrementarlo.
¿Cuáles son los principales temas más susceptibles de determinar la evolución de los mercados de renta variable emergente en 2017?
El hecho de que muchos mercados emergentes tengan implantados sistemas jurídicos y políticos inmaduros suele traducirse en unos niveles insuficientes de protección a accionistas minoritarios y un grado más alto de volatilidad económica. Por esta razón, nos parece importante concentrar nuestros esfuerzos en las empresas de mayor calidad y pensar más en lo que puede salir mal que en lo que podría salir bien.
Durante 2017 y años posteriores, las oportunidades que se presentarán para invertir a largo plazo en algunos mercados emergentes son relevantes y están bien documentadas. Las tendencias demográficas propicias, tales como el crecimiento de la población y la proliferación de consumidores con rentas medias, están impulsando la demanda de una amplia gama de productos y servicios que los que vivimos en el mundo desarrollado damos por sentado.
¿Cuáles son sus posiciones de mayor convicción de cara al año nuevo?
Las asignaciones de sectores y países incluidas en la cartera vienen determinadas por la selección de títulos y nuestro objetivo es buscar empresas de buena calidad que presenten sólidas perspectivas a largo plazo. Debido a nuestra estricta disciplina de valoración, a menudo nos sentimos más atraídos por las empresas de calidad que tal vez se enfrenten a perspectivas mediocres, o incluso a algunas adversidades temporales. Como consecuencia de ello, la composición de nuestras carteras tiende a diferir bastante del índice de referencia y de muchos de nuestros competidores.
En estos momentos creemos que algunos negocios sudafricanos bien gestionados cotizan a precios razonables. Todas las empresas sudafricanas en las que invertimos están expandiendo sus operaciones en África, lo que quiere decir posiblemente que serán capaces de aumentar sus ingresos y beneficios durante mucho tiempo.
¿Qué habría que evitar?
En líneas generales, preferimos evitar sociedades de propiedad estatal; por eso, tenemos una exposición relativamente baja a empresas chinas, las cuales, a nuestro juicio, suelen verse mermadas por una falta de sincronía entre los accionistas minoritarios extranjeros y el gobierno. Incluso cuando topamos con una empresa estatal saneada que presenta una valoración razonable, nos preocupa que pueda ser «nacionalizada», con vistas a apuntalar la economía y proteger los empleos en industrias poco competitivas.
En cambio, tratamos de invertir codo con codo con los accionistas mayoritarios y equipos directivos que ostenten trayectorias acreditadas de integridad y unos sólidos resultados financieros. También nos decantamos por empresas regidas por propietarios arraigados, a veces un grupo familiar, cuyo patrimonio se invierta en el mismo negocio que el ofrecido a inversores externos. Esto proporciona la tranquilidad de que nuestros intereses están armonizados.