Perder 5.700 millones de dólares, organizar una fiesta en Cancún y terminar lidiando con la Superintendencia de Pensiones, o jugar a “dulce o truco” con la deuda venezolana: estas son algunas historias que causan escalofríos en la industria financiera, ese terror tan propio de las celebraciones de Halloween. Aquí van tres relatos de miedo, que lejos de ser ficción, sucedieron este mismo año:
1.- La pesadilla de la británica Odey Asset Management
¿Se pueden perder 5.700 millones de dólares en activos bajo gestión en tan sólo dos años? ¿Puede sobrevivir una firma tras dejar escapar el 50% de su AUM, o la reputación queda tocada para siempre?
La respuesta viviente se llama Crispin Odey, una de las figuras de hedge funds más conocidas de Londres, y refleja un mundo de pesadilla para cualquier gestor. Los activos totales administrados por Odey Asset Management, incluyendo los fondos que no gestiona directamente el conocido manager, han caído desde los 11.700 millones de dólares a comienzos de 2015 a 6.000 millones de dólares a finales de agosto de este año.
Esta historia de terror, destapada por el Financial Times, tiene como protagonistas una serie de operaciones bajistas inoportunas y pérdida de clientes que han reducido a la mitad el capital gestionado por Odey. Dada la estructura de comisiones de los hedge funds, la rentabilidad de la firma también ha sufrido lo suyo.
«Siempre es peligroso luchar contra la Reserva Federal y eso es lo que hemos estado haciendo este año», escribió en agosto del año pasado Odey después de sufrir graves pérdidas para su fondo. «Sin duda sería más simple seguir el mercado, pero estaríamos ignorando los datos fundamentales».
2.- Una fiesta en Cancún que terminó como una película de terror
Debían de ser unos días de relax corporativo, de reunir al equipo para estrechar lazos, celebrar los éxitos y prepararse para el futuro. El escenario, el Hotel Paradisus de Playa del Carmen, tenía todo lo necesario para lograr el objetivo: cuatro piscinas, diez restaurantes, un spa y campo de golf.
Pero la fiesta de AFP Capital, el pasado mes de mayo, se convirtió en una pesadilla y quedará para los anales del desastre de la comunicación corporativa. La filtración de un vídeo de las celebraciones fue un aviso sobre los peligros de las redes sociales: ese lugar en el que todo circula, a toda velocidad, sin filtro y sin respeto a la privacidad.
Los cuatro días de vacaciones de unos 75 empleados de AFP Capital en México costaron más de 100.000 dólares, según fuentes de la prensa chilena, pero el costo de credibilidad todavía se sigue pagando. Los responsables de la firma puntualizaron que los aportes de los ahorristas no se utilizaron para pagar el festejo, que se costeó con el patrimonio de los accionistas. Pero en pleno debate sobre el sistema de pensiones, el argumento no logró calmar los ánimos.
Las disculpas de Juan Carlos Jobet, presidente de AFP Capital, llegaron más tarde y fueron firmes: «Entiendo perfectamente bien la frustración y la rabia que puede tener un afiliado. Por eso parto por decir que esto fue un error y pedir disculpas. No responde bien a lo que los afiliados y a lo que público en general espera de una institución como nosotros, que está en una industria tan sensible como la administración de fondos de pensiones, especialmente en el contexto actual”, dijo al diario local La Tercera.
Pero pese a la disculpa, la Superintendencia de Pensiones de Chile tomó cartas en el asunto y pidió que se aclarase el origen de los fondos para financiar la reunión en Cancún. Además, la autoridad ha pedido a las seis AFPs que hagan públicas sus políticas de incentivos a los empleados, especialmente, en el caso de viajes.
Si quieren espantar a algún conocido del mundo de los fondos de pensión este Halloween, sólo hablen de una fiesta en Cancún…
3.- Dulce o truco con la deuda de PDVSA
Esta es una historia de terror en curso: la del pago de los vencimientos de la deuda venezolana. El pasado viernes la petrolera estatal PDVSA anunció que había comenzado a transferir 842 millones de dólares a los tenedores de sus bonos con vencimiento en 2020, pero el lunes y el martes, muchos seguían esperando. ¿Dónde están los fondos? ¿Cómo se han perdido por el camino?
Según Bloomberg, cuando se dio a conocer la operación «los bonos de PDVSA subieron ante la expectativa de que, llegado el lunes, los acreedores recibirían el dinero en sus cuentas y que un pago aún mayor que vence el 2 de noviembre seguramente se realizaría», pero el dinero se ha convertido en un fantasma. Quizás después de Halloween vuelva a materializarse.