Durante el último año hablar de renta fija resultaba poco atractivo, pero parece que, a medida que va avanzando el primer trimestre, este tipo de activo vuelve a las carteras. ¿Ha llegado el momento de que se produzca una rotación? Según las principales casa de inversión, sigue habiendo oportunidades de inversión en renta fija, pero hay que ser selectivo.
Por ejemplo, desde Fidelity señalan que los bonos high yield cosechan su mejor comportamiento desde 2016, pero conviene mantener la cautela. Estos activos, “se beneficiaron enormemente de la tolerancia al riesgo alimentada por la Fed y del rebote de los precios del petróleo”, explica Andrea Iannelli, director de inversiones en renta fija de Fidelity International.
En este contexto, el high yield estadounidense destacó sobre el resto. “El gran peso de los valores energéticos en el mercado estadounidense de bonos high yield fue una de las principales causas de esta recuperación; así, el subíndice ICE BofA Merrill Lynch US HY Energy avanzó un 6,2% durante el mes. Los diferenciales de deuda corporativa se comprimieron casi 100 puntos básicos durante las últimas cuatro semanas, con lo que deshicieron toda la ampliación registrada en diciembre de 2018 y ahora han retornado a niveles de mediados de noviembre”, añade.
En su opinión, de ahora en adelante, el comportamiento de esta clase de activos dependerá de que reaparezca la demanda de rentas, ahora que la Fed está adoptando una postura más expansiva, y de la evolución de los precios del petróleo. Según matiza Iannelli: “Sin embargo, no perdemos de vista que el ciclo de crédito sigue avanzando, lo que deja más margen para picos de volatilidad por situaciones específicas en un entorno de liquidez todavía difícil”.
Otro de los mercados que más atención está captando este año son los emergentes.En general, las gestoras consideran que los activos de renta fija de los mercados emergentes ofrecen una rentabilidad/riesgos atractiva, eso sí, de nuevo advierten que hay que ser muy selectivos.
“La deuda emergente ha protagonizado un marcado repunte este año, recuperándose así de un 2018 turbulento. Así, cabría preguntarse si es un buen momento para aumentar la exposición a esta clase de activo. Creemos que los inversores deberían iniciar posiciones en cualquier episodio significativo de ventas masivas, dado que consideramos que los fundamentales seguirán siendo favorables en los próximos trimestres. Nuestra perspectiva general sobre los mercados emergentes prioriza la renta variable en detrimento de la renta fija, si bien consideramos que la deuda emergente alberga el potencial de generar rentas interesantes para las carteras de renta fija”, sostiene Richard Turnill, director mundial de estrategia de inversión en BlackRock.
Para Turnill, la deuda emergente constituye una opción de compra interesante ante cualquier caída considerable de los precios en vista de las sólidas perspectivas que ofrece a corto plazo. Y recuerda que, a corto plazo, para este tipo de activo será fundamental el desarrollo de las conversiones entre Estados Unidos y China a cuenta de las tensiones comerciales que han protagonizado desde el verano del año pasado.
Desde A&G Banca Privada destacan el buen comportamiento de la deuda corporativa, con los diferenciales de crédito estrechando ligeramente en los diferentes nichos del mercado y destacando el buen comportamiento de los índices high yield europeos, mientras los tipos de interés repuntaban ligeramente en gobiernos core, con los tipos a 10 años alemanes aún por debajo del 0,11%.
Por último, respecto al mercado de crédito, AXA IM considera que el rebote continuará. “Entre los activos de riesgo, los mercados de crédito han continuado disfrutando de un momento positivo: en enero vimos registros sólidos y, en algunos casos, rendimientos récord”, apunta en su último informe sobre crédito.
Sus perspectivas para este año es que los diferenciales de los bonos investment grade europeos se “pongan al día”, a raíz de la política del Banco Central Europeo y de una curva de bonos del gobierno más dinámica.