El proceso del Brexit será recordado como un camino lleno de escollos. Ayer el parlamento británico escenificó uno más: la votación de otra moción de no confianza a la primera ministra británica, Theresa May, que logró superar de forma muy ajustada –325 en contra y 306 a favor–. Esta es una de las semanas más agitadas que vive este proceso, del que no sabremos su siguiente paso hasta que May presente un plan b al parlamento la próxima semana.
La mayoría de las gestoras ya adelantaron que era muy probable que May superar la moción de no confianza, pero ¿ahora qué? Según explican Azad Zangana, economista europeo de Schroders, y Remi Olu-Pitan, gestora de fondos multiactivo de Schroders, la primera ministra consultará a los parlamentarios de todos los partidos que se opusieron al acuerdo para ver qué cambios serían necesarios para asegurar su apoyo, para luego proponer estos cambios a Bruselas.
Sin embargo, la Unión Europea se apresuró en dejar claro que no modificará el acuerdo de retirada. “Para que la Unión Europea esté dispuesta a reabrir el acuerdo actual, el gobierno británico debe demostrar que existe un apoyo suficiente para que las enmiendas propuestas ganen una nueva votación en el parlamento. Dados los múltiples problemas del parlamento y sus posturas divididas, parece poco probable que May pueda presentar un conjunto de propuestas que puedan cambiar la opinión de al menos 116 diputados”, apuntan desde Schroders.
Si el gobierno persuade al parlamento y éste ratifica el acuerdo actual o el que logre consensuar, entonces el Reino Unido procederá a abandonar la Unión Europea el 29 de marzo y entrará en un período de transición. Desde Schroders puntualizan que, durante este período, “la relación futura, incluyendo el comercio, los acuerdos aduaneros y la alineación regulatoria, debe ser concretada”.
Pero esto aún es un escenario lejano, por ahora hay que mirar cómo ha reaccionado el mercado en el corto plazo. En este sentido, Eric Lonergan, gestor de fondos de M&G Investments, señala que “la respuesta relativamente insignificante de la libra esterlina al estrepitoso fracaso que sufrió el acuerdo de Brexit de Theresa May en el Parlamento da a entender que los mercados no se muestran excesivamente preocupados por el Brexit”.
En opinión de Lonergan, la economía británica ya se está viendo afectada por el Brexit y seguramente seguirá siendo el caso en el futuro, pero este hecho ya queda reflejado en el precio de los bonos británicos (gilts) y en el tipo de cambio. “Nadie espera sorpresas positivas en el plano económico. La única hipótesis que conlleva un riesgo más marcado es la de un Brexit sin acuerdo. Sin embargo, la opinión de consenso es que el parlamento británico coincide en rechazar esta opción, por lo que resulta poco probable que se materialice. Además, considero que los temores respecto de un Brexit sin acuerdo se sitúan actualmente en cotas más moderadas. Seguramente se trataría de la peor de las diferentes hipótesis posibles en el plano económico, pero no sería especialmente desastroso”, sostiene el gestor de M&G Investments.
Para Howard Cunningham, gestor de renta fija de Newton, parte de BNY Mellon, es poco probable que el Brexit se cierre sin ningún tipo de acuerdo, lo que mantiene al gestor neutrales en la libra y corto en gilts. “En nuestra opinión, la libra está infravalorada y los posibles resultados podrían considerarse mixtos, lo que nos ha llevado a adoptar un posicionamiento neutral con respecto a la moneda británica. La oferta de May de consultar con un grupo más amplio de parlamentarios podría resultar positiva y lograr una versión suavizada del Brexit que volviese a respaldar la libra. No obstante, puede que el mercado exagere la posibilidad de que se alcance un consenso suficiente antes de que venzan las diversas fechas límite. Parece inevitable que el Reino Unido tendrá que solicitar una ampliación del Artículo 50 que le permita evitar una salida caótica. Los mercados llevan varias semanas barajando la posibilidad de que el Brexit se retrase, por lo que no deberían verse muy afectados. Entretanto, la economía británica seguirá atrapada en el carril lento, al menos hasta que empiece a aclararse la situación”.
Desde DWS advierten que se debe de tener cuidado con la complacencia que muestra el mercado en torno al Brexit. “Mientras la votación del acuerdo cambió poco, los riesgos de que Gran Bretaña deje la UE siguen siendo muy reales. En nuestra opinión, muchos desenlaces siguen siendo posibles, entre ellos, elecciones generales, una extensión del plazo para el Artículo 50 y un segundo referéndum. Continuamos esperando un Brexit suave, pero el riesgo de una salida sin acuerdo incluso ha aumentado en nuestra opinión. El proceso sigue siendo fuertemente impulsado por los intereses de los partidos”, explican.
Economía británica y mercados
En este sentido, algunas gestoras están contando con la posibilidad de que la incertidumbre actual sobre el Brexit lastre el crecimiento británico y presione a la baja los tipos de interés británicos está descontada y resulta probable, quitando importancia a las implicaciones que pueda tener todo esto en el mercado. De hecho las bolsas europeas rebotaron el martes –día de la votación del acuerdo– y hoy abrían con pequeñas caídas y con una libra que se mantiene firme.
“El lado positivo de esta incertidumbre es que muchos mercados de acciones en todo el mundo, incluido el Reino Unido, son significativamente más baratos que hace un año y ofrecen una amplia gama de oportunidades de inversión que permiten a los inversores diversificar las exposiciones de su país y sector a situaciones aparentemente binarias. Es esperar y ver en términos de entender la futura relación del Reino Unido con la Unión Europea y, como resultado, parece que la incertidumbre del mercado continuará”, apunta Ben Lofthouse, Head of Global Equity Income en Janus Henderson Investors.
Posibles escenarios
La votación que superó Theresa May tampoco arroja mucha luz sobre el desenlace de este proceso porque sigue habían varios posibles caminos. “Ahora mismo, todos estos escenarios están abiertos –gráfico inferior– entramos en la parte derecha del escenario. Theresa May solo tiene 3 días para posicionarse y decir cuál es su plan B, por lo que tendremos pronto la solución. Aunque antes de eso, debemos ver cuál es el resultado de la moción de censura. La reacción de los mercados ha sido prácticamente nula, dado que este resultado estaba descontado por todos. El movimiento más fuerte que hemos visto ha sido sobre la Libra, que perdió terreno frente el euro y el dólar ayer antes de la votación y que luego recuperó tras la publicación del resultado. Al final, la sensación que tenemos es que los mercados lo consideran como algo positivo, probablemente porque puede acercarnos a un hipotético segundo referéndum que todo indica que llevaría al Reino Unido a quedarse en la Unión Europea… Ahí es cuando debemos tener cuidado antes posibles resultados negativos y decepciones”, explica Olivier de Berranger, director de inversión de La Financière de l’Echiquier.
Eso sí, se mantiene la incertidumbre relacionada con este tema que afecta a los mercados desde hace ya varios meses.
De cara estos escenarios,David A. Meier, economista de Julius Baer, apunta que es probable que May intente renegociar con la Unión Europea o incluso ganar tiempo derogando el artículo 50. “Es probable que May quiera volver a la UE y exigir nuevas negociaciones con un acuerdo menos dominado por Bruselas y que tuviera más apoyo de los partidos británicos. Sin embargo, creemos que más bien una alianza entre partidos acabe buscando un Brexit más suave o que garantice una integración más profunda con la Unión Europea o, directamente, abortar todo este proceso con un segundo referéndum. También es probable que May, o un posible sucesor, intente prescindir de la fecha Brexit del 31 de marzo prolongando el Artículo 50, para ganar más tiempo para organizar la política”.